Precaria victoria de Yelev en Bulgaria
La victoria del candidato de la Uni¨®n de Fuerzas Democr¨¢ticas, Yeliu Yelev, en las elecciones presidenciales b¨²lgaras ha sido bienvenida en Occidente como "ruptura del electorado b¨²lgaro con el pasado comunista". Por primera vez en el proceso democratizador b¨²lgaro, iniciado el 11 de noviembre de 1989 con la ca¨ªda del anciano comunista Todor Yivkov, una mayor¨ªa absoluta del electorado se define a favor de la opci¨®n rupturista de la UDF y en contra del conservadurismo rojo del Partido Socialista, ex comunista.Sin embargo, un an¨¢lisis de los resultados desmiente esta primera impresi¨®n y refuerza las dudas existentes tanto dentro como fuera de Bulgaria sobre las posibilidades de esta sociedad balc¨¢nica de realizar una transici¨®n hacia la econom¨ªa de mercado similar a las que se hallan en curso en los pa¨ªses ex comunistas de Centroeuropa.
Yelev, que durante su gesti¨®n presidencial demostr¨® talante conciliador y tolerante, una decidida apertura a los valores llamados occidentales y una considerable habilidad en su pol¨ªtica exterior, venci¨® con tan s¨®lo el 52,88% frente al 48,12% de Velko Valkanov, el candidato oficialmente independiente, pero apoyado por el PS.
La imprescindible estabilidad para los cambios en un pa¨ªs inmerso en la explosiva regi¨®n que son hoy los Balcanes ha recibido un rev¨¦s con esta p¨ªrrica victoria de Yelev. La sociedad b¨²lgara se halla, seg¨²n demuestran los resultados del domingo, dividida en dos partes pr¨¢cticamente iguales. Dos a?os llenos de revelaciones sobre la corrupci¨®n, el abuso de poder, la masiva violaci¨®n de los derechos humanos y el fracaso del r¨¦gimen de Yivkov no han impedido que casi el 50% de los electores votaran a favor de las tesis de sus herederos.
En las elecciones parlamentarias del pasado mes de octubre, la UDF hab¨ªa superado (con el 36%) por primera vez al PS (32%), y pudo formar gobierno gracias al partido de la minor¨ªa turca (Movimiento por los Derechos y Libertades, MDL), que obtuvo el 7% de los votos. Parece ya cierto que la minor¨ªa turca vot¨® en bloque a Yelev y una mayor¨ªa de los votantes considerados ¨¦tnicamente b¨²lgaros vot¨® en su contra. Es cierto que parte de los votos a favor de Valkanov pueden no estar dirigidos contra las reformas pol¨ªticas y econ¨®micas, sino a favor del nacionalismo antiturco. Tambi¨¦n que la trinchera entre los frentes es en gran parte generacional y educacional.
Los m¨ªtines de Valkanov parec¨ªan asambleas de la tercera edad, y las grandes urbes votaron en masa a Yelev, exceptuando los bastiones comunistas de Vidin, Vratsa o Mihailovgrad. Pero tambi¨¦n es cierto que el desmantelamiento del sistema burocr¨¢tico e industrial b¨²lgaro sovietizado como pocos en el Este- acaba de empezar y tendr¨¢ graves consecuencias sociales inmediatas para la poblaci¨®n .
Es previsible, por tanto, que los adversarios de la pol¨ªtica de Yelev y del Gobierno sean mayor¨ªa muy pronto con la crisis sin tocar fondo. El talante pac¨ªfico y tolerante forma parte del car¨¢cter nacional b¨²lgaro y ha desempe?ado un considerable papel en impedir grandes convulsiones en la desesperada situaci¨®n econ¨®mica y depresi¨®n colectiva por las que ha pasado Bulgaria en los pasados meses. Este se ver¨¢ de nuevo puesto a prueba con el aumento del desempleo y las tensiones ¨¦tnicas.
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