Volver al campo a tener un hijo

P. S., Hace quince a?os tuvo un hijo all¨ª, en las monta?as que centran Europa, y ¨¦sa es una de las mejores formas de integrarse en un lugar donde no se ha nacido. Otra de las formas es ser aceptado como alumno, lo que tambi¨¦n le ocurri¨®. Pues Berger, pelo blanco y ojos azul a?il, tiene un aspecto masivo de campesino, con botos, pana y cicatrices en las manos, que no es gratuito. Desde el principio quiso participar en los trabajos de sus vecinos, y de ah¨ª que lo adoptaran como el aprendiz que era. Aunque sabe que no es ni ser¨¢ nunca un campesino, sus modales, acompasados por una gran simpat¨ªa y sencillez, son los de alguien que vive mucho tiempo al aire libre.

A sus 65 a?os, Berger est¨¢ considerado corno uno de los grandes europeos por Susan Sontag o Angela Carter. Guionista de Alain Tanner en pel¨ªculas como Jon¨¢s que tendr¨¢ veinte a?os en el a?o 2.000, en 1972 obtuvo el Booker Prize por G. Berger habl¨® ayer en la Residencia. de Estudiantes y lo har¨¢ el d¨ªa 3 en el C¨ªrculo de Bellas Artes.

En 15 a?os

En 1974, tras el ¨¦xito de su programa Modos de ver, en la televisi¨®n inglesa, que culminaba una actividad cr¨ªtica con un lenguaje individualizado ya famoso, emprendi¨® en su pueblecito de la Alta Saboya la aventura de contar las ra¨ªces, desarrollo y fin de la crisis de la sociedad rural, uno de los hechos para ¨¦l que tiene ahora mayor alcance. Lo hizo en tres libros que le tomaron quince a?os. Los dos primeros, Puerca tierra y Una vez en Europa, est¨¢n compuestos por narraciones de una aparente sencillez y exquisita modernidad, donde se percibe el latido de nuestro tiempo. El tacto, que dir¨ªa ¨¦l. El tercero, Lila y Flag, de pr¨®xima aparici¨®n, es una novela. Pues novela es, dice, la experiencia de la ciudad.