El et¨®logo Jordi Sabater Pi documenta los nunca estudiados tatuajes de los fang de Guinea Ecuatorial
Jordi Sabater Pi, conocido como una autoridad mundial en los campos de la etolog¨ªa y la primatolog¨ªa, es tambi¨¦n un apasionado de la antropolog¨ªa. Resultado de sus trabajos de campo sobre la etnia fang en Guinea Ecuatorial en los a?os cincuenta es el libro que acaba de publicar (editado por el Ayuntamiento de Barcelona) sobre uno de los aspectos m¨¢s singulares de ese pueblo: sus nunca estudiados tatuajes. Son unas marcas que expresan no s¨®lo un hondo sentido est¨¦tico, sino aspectos del mundo simb¨®lico y m¨¢gico de los fang.
Sabater Pi emigr¨® en 1940, a los 16 a?os, a la isla de Fernando Poo, donde entr¨® en contacto con la naturaleza africana y sus etnias y comenz¨® a desarrollar su inter¨¦s por la antropolog¨ªa. En 1946 fue contratado para trabajar en una factor¨ªa en R¨ªo Muni (en la Guinea continental). En los mercados de Bata top¨® por primera vez con los fang, un vasto conjunto ¨¦tnico que se extiende desde el Carner¨²n meridional y oriental a trav¨¦s de R¨ªo Muni y el Gab¨®n septentrional hasta los confines del actual Congo. Sabater Pi aprendi¨® su lengua.En 1949 la empresa le envi¨® como encargado de una peque?a plantaci¨®n de caf¨¦ a Nkumadjap, en el interior, en pleno territorio ntum, uno de los subgrupos fang con m¨¢s personalidad. All¨ª, Sabater Pi inici¨® el estudio etnol¨®gico del grupo y entabl¨® relaci¨®n epistolar con el etn¨®logo August Panyella, conservador del reci¨¦n fundado Museo Etnol¨®gico y Colonial de Barcelona. El estudio de campo de Sabater Pi se centr¨® en el proceso migratorio de los fang, su estructura familiar y el papel de la mujer, la exogamia cl¨¢nica, las trampas de caza, y la recopilaci¨®n gr¨¢fica, el an¨¢lisis y la catalogaci¨®n sistem¨¢tica de los tatuajes faciales y corporales. "Ya en los a?os cincuenta era una pr¨¢ctica, la de los tatuajes, testimonial", explica el erudito; "de hecho, s¨®lo los llevaban adultos de m¨¢s de 35 a?os". Sabater Pi, impresionado por las complejas y bell¨ªsimas marcas, se dedic¨® met¨®dicamente a dibujarlas.
Magia y est¨¦tica
Resultado, de esa actividad fue un conjunto ins¨®lito de bocetos de un valor enorme para la antropolog¨ªa, por cuanto documentan un patrimonio perecedero irrecuperable. Un patrimonio no s¨®lo est¨¦tico (de la capacidad pl¨¢stica fang da fe un dato: una estatuilla de esa etnia acaba de subastarse en Par¨ªs por 62 millones de pesetas), sino simb¨®lico y m¨¢gico.Para la edici¨®n del libro, los tatuajes han sido cuidadosamente redibujados. Hay cerca de 150; se los muestra sobre un somero retrato de la persona que los portaba (en el caso de los faciales) o un apunte del t¨®rax o el miembro en que hab¨ªan sido grabados -siempre con un sistema, doloroso, a base de, ceniza y esquirla de bamb¨²-. Se documenta la procedencia del individuo y se muestra tambi¨¦n el tatuaje por separado, se?alando su significado y la fuente de inspiraci¨®n.
Hay tatuajes basados en la naturaleza: abstracciones de animales como el pangol¨ªn o el camale¨®n, marcas que recuerdan las del leopardo o las faciales de determinados primates. Hay otros de una extrema conceptualizaci¨®n como uno que significa la selva. Otros m¨¢s est¨¢n basados en elementos de la vida cotidiana: saetas, puntas de lanza, pipas. Los tatuajes se?alaban la pertenencia a determinada tribu, clan tot¨¦mico o sociedad secreta, o eran puramente decorativos.
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