La ejemplar Mar¨ªa Or¨¢n

El recital ofrecido por la soprano Mar¨ªa Or¨¢n, con la colaboraci¨®n del pianista Miguel Zanetti, para el Ciclo de C¨¢mara y Polifon¨ªa, ha sido de todo punto ejemplar. No s¨®lo porque la cantante se encuentra en la plenitud de su madurez vocal e interpretativa, sino tambi¨¦n por el mismo programa seleccionado, pleno de l¨®gica, coherencia y belleza.Es bastante infrecuente entre nosotros que los programas de lieder, melod¨ªes y canciones, reh¨²yan una estructura caleidosc¨®pica que suele obligar al oyente a un continuo salto de estilos y lenguajes. La Or¨¢n compuso su concierto con tres ciclos completos que, adem¨¢s, pertenecen a autores franceses de este siglo.

Mauricio Ravel, en las Melod¨ªas populares griegas, no hace exotismo, por muy embiem¨¢ticos que resulten ejemplos como la Canci¨®n del recolector de lentiscos, de tan acusada mediterraneidad. De Poulenc se ha dicho que ha sido el Shubert franc¨¦s del siglo XX. El ciclo escrito en 1930 con el t¨ªtulo Tel Jour, telle nuit, sobre poemas de Paul ?luard, asume el pensamiento y la expresi¨®n surrealista del poeta en todos sus valores, para lograr p¨¢ginas tan hermosas como Nous avonsfait la nuit.

La unidad de pensamiento de Oliver Messiaen en el ciclo Chants de terre et de ciel, estrenado en 1939, nos trae ese universo renovador, muy rico de invenci¨®n vocal y pian¨ªstica y, conviene subrayarlo, de interpretaci¨®n muy dif¨ªcil.

Mar¨ªa Or¨¢n fue de uno a otro autor con naturalidad y dominio prodigiosos. Con el apoyo valioso de Zanetti nos dio una tarde de la mejor m¨²sica, un concierto distinto y enriquecedor.