?Hacia qu¨¦ Europa vamos?
Asistimos en la actualidad a un debate suscitado por la mala situaci¨®n presupuestaria del gasto destinado al sistema de protecci¨®n por desempleo. Es reconocido por todos que el desv¨ªo experimentado en este gasto se debe a la elevada degradaci¨®n del mercado laboral derivada del abuso de la contrataci¨®n temporal, que se sit¨²a a finales de 1991 in algo m¨¢s del 32% de la poblaci¨®n ocupada.Sin embargo, la orientaci¨®n que se deja entrever a trav¨¦s de las posiciones oficiales manifestadas olvida este hecho y pretende sembrar el terreno para una reforma parcial, que afecte casi exclusivamente al sistema de cobertura, sin considerar un cambio en la direcci¨®n de la pol¨ªtica de empleo. Se trata de ligar la percepci¨®n de las prestaciones econ¨®micas a la asistencia de programas de formaci¨®n, d¨¢ndole al Inem un papel de control de la situaci¨®n de desempleo de los parados cubiertos en lugar de reconducirlo a una agencia p¨²blica de colocaci¨®n.
Este proyecto pretende reducir el paro, como ya se ha realizado en anteriores ocasiones, a un problema contable. Se trata de desanimar a los parados favoreciendo el paso del desempleo a la inactividad, en lugar de realizar un esfuerzo para garantizar la transici¨®n desde la situaci¨®n de paro a un puesto de trabajo. Es decir, que se elaboren los programas necesarios para garantizar la reinserci¨®n en el mercado de trabajo de m¨¢s de dos millones de parados en el Estado.
Pol¨ªticas activas
Nuestro pa¨ªs tiene una tasa de actividad muy inferior a la de los pa¨ªses de nuestro entorno. Junto a ello, el elevado volumen de desempleo hace que el nivel de actividad presente, incluso en periodos de creaci¨®n de empleo, tenga una fuerte resistencia a aumentar.
Una poblaci¨®n activa menor no ser¨ªa muestra de un mercado laboral m¨¢s saneado, sino el reflejo de una absoluta falta de confianza de la sociedad en la capacidad de nuestra econom¨ªa y de los responsables econ¨®micos para garantizar el derecho constitucional de acceso a un puesto de trabajo digno, y vendr¨ªa acompa?ada, indudablemente, de un aumento de la pobreza y de la marginaci¨®n.
Desde un punto de vista progresista, se debe apostar por pol¨ªticas activas de empleo, partiendo de una reforma global que adecue el sistema de contrataci¨®n, que garantice la formaci¨®n de calidad y la cualificaci¨®n de todos los desempleados, posibilit¨¢ndose el acceso a un puesto de trabajo.
Sin embargo, si queremos seguir avanzando hacia el Estado del bienestar y no apostamos por la sociedad de los dos tercios, hemos de defender el derecho subjetivo de los trabajadores a una protecci¨®n por desempleo digna y suficiente.
Si se realiza una comparaci¨®n de nuestro sistema de prestaciones por desempleo y complementos asistenciales con los pa¨ªses de la Comunidad Europea podremos comprobar que tenemos un nivel de prestaci¨®n inferior.
Todos los pa¨ªses europeos, excepto Portugal, Grecia e Italia, tienen un nivel de subsidio por desempleo m¨¢s elevado que el de Espa?a. B¨¦lgica, Alemania, Luxemburgo, Reino Unido, Irlanda y Francia recogen alg¨²n tipo de subsidio con car¨¢cter indefinido para garantizar unos ingresos m¨ªnimos a sus ciudadanos, adem¨¢s de f¨®rmulas similares al seguro de desempleo que se utiliza en nuestro pa¨ªs. Otros casos, como el de Dinamarca, contemplan prestaciones por desempleo de dos a?os y medio en periodos de tres a?os.
Es decir, el Estado ejerce una acci¨®n protectora para con sus ciudadanos en paralelo a una acci¨®n de reinserci¨®n en el mercado de trabajo en base a diferentes dise?os de agencias p¨²blicas de empleo.
Rotaci¨®n del mercado
La nueva Ley de Protecci¨®n por Desempleo de 1984 da lugar a un aumento considerable de la poblaci¨®n protegida, ya que ampl¨ªa de forma importante la condici¨®n de beneficiario asistencial y el periodo de percepci¨®n, reconociendo la larga duraci¨®n generalizada de la situaci¨®n de desempleo.
Con estas medidas de impulso en el nivel asistencial, la tasa de cobertura de desempleo ha aumentado paulatinamente desde 1985, llegando al 54% en julio de 1991. Sin embargo, esto no implica que se haya aumentado el n¨²mero de parado si con prestaci¨®n. El fen¨®meno de la rotaci¨®n del mercado de trabajo, motivado por contratos de corta duraci¨®n, provoca que una misma persona puede estar en situaci¨®n de desempleo y percibiendo prestaciones varias veces al a?o.
A ra¨ªz de estas observaciones, el problema actual de la cobertura de desempleo es que necesita objetivamente atender a dos tipos de colectivos. Mientras antes era un mecanismo de protecci¨®n de los desempleados, ahora, junto a esta funci¨®n, cumple la de compensar a los afectados por la precarizaci¨®n. Teniendo en cuenta la duraci¨®n del desempleo y su estructura y la evoluci¨®n normativa del sistema de protecci¨®n por desempleo, se puede concluir que el efecto intermitencia afecta a unos 800.000 trabajadores temporales, aumentando el volumen de desempleados perceptores de prestaci¨®n contributiva por este efecto desde finales de 1989 en unas 200.000 personas en media anual.
La pol¨ªtica de mercado de trabajo, basada en la permisividad oficial frente al abuso y al fraude en la utilizaci¨®n de contratos de car¨¢cter temporal, restando productividad a las empresas, degradando las condiciones de trabajo e incluso. fomentando la competencia desleal, y por a?adidura, actuando en contra de las arcas p¨²blicas.
El pasado a?o, el Presupuesto se vio desbordado por efecto de una mala presupuestaci¨®n en general, y en el mes de julio se tuvo que proceder a un ajuste. El Presupuesto de 1992 se ha realizado de la misma forma, por lo que es de prever que el aumento de las partidas del Inem en un 33,3% no sea suficiente para cubrir el gasto.
A esto hay que a?adir que la cobertura resulta m¨¢s onerosa derivada de la eventualidad. Frente a esta situaci¨®n, en lugar de plantearse una pol¨ªtica de mercado de trabajo que acabe con la precarizaci¨®n, y en el intervalo elaborar una pol¨ªtica presupuestaria ajustada a la evoluci¨®n del gasto y a las necesidades futuras, se procede al planteamiento regresivo de asegurar que el gasto se desv¨ªa como consecuencia del elevado fraude existente en la percepci¨®n de prestaciones por desempleo. Se trata de obligar a la aceptaci¨®n de cualquier oferta de trabajo, por inadecuada que sea, y de ligar la percepci¨®n a la asistencia a cursos de formaci¨®n, convirtiendo algo positivo, como es mejorar la cualificaci¨®n, en un castigo personal a los nuevos desempleados con experiencia laboral.
Control horario
Aunque sin querer pecar de pesimistas, dadas las actuales condiciones de la formaci¨®n profesional, tanto en presupuestos como en su planificaci¨®n en funci¨®n de las necesidades del mercado, se hace dif¨ªcil concretar la ejecuci¨®n de un plan efectivo.
Por contra, con este mecanismo se va a conseguir que se convierta el Inem en un instrumento de control horario de los perceptores de las prestaciones, abandonando definitivamente las pol¨ªticas activas y provocando el paso desde el desempleo a la inactividad, exactamente lo contrario de lo que cabr¨ªa esperar de cualquier pol¨ªtica de empleo, como demuestra el descenso en un 14,6% de lo presupuestado por el Inem en el conjunto de pol¨ªticas de fomento de empleo.
Cabr¨ªa preguntarse despu¨¦s de analizar la actual situaci¨®n y las propuestas m¨¢s o menos informales, o m¨¢s o menos intencionadas, hacia qu¨¦ Europa vamos, o quiz¨¢s, hacia qu¨¦ modelo social nos encaminamos.
Josep M. ?lvarez es secretario general de UGT de Catalu?a.
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