Argentina sue?a de nuevo con ser Canad¨¢
El auge de la pobreza, principal rev¨¦s de la pol¨ªtica de Buenos Aires
La plata dulce, el dinero f¨¢cil, no est¨¢ a¨²n de nuevo al alcance de los argentinos, pero la expansi¨®n no se refleja s¨®lo en los gr¨¢ficos econ¨®micos sino tambi¨¦n en la calle. El incremento del consumo, que obliga a importar productos alimenticios, la creciente frecuentaci¨®n de los restaurantes y el alto ¨ªndice de ocupaci¨®n de los vuelos de Buenos Aires a Miami ilustran la recuperaci¨®n que incita a muchos argentinos a so?ar, con su ministro de Econom¨ªa, Domingo Cavallo, en volver a ser, como a principios de siglo, el segundo Canad¨¢ de Am¨¦rica.
ENVIADO ESPECIAL
Domingo Cavallo, ministro argentino de Econom¨ªa, titubea un poco antes de soltarlo, pero los recientes ¨¦xitos cosechados le acaban de decidir a repetir en p¨²blico la tesis de su libro La Argentina que pudo ser: el porvenir de su pa¨ªs es asemejarse a Canad¨¢, un pa¨ªs extenso y rico y con una poblaci¨®n comparable a la de Argentina. "No digo", matiza a continuaci¨®n, "que en 10 a?os vamos a ser como ellos, pero no deber¨ªamos aspirar a ser muy diferentes de lo que hoy es Canad¨¢ o Australia". "Despu¨¦s de todo", recuerda, "a principios de siglo el nivel de vida de Argentina era similar al de EE UU".
Convencido de que su presidente y el Gobierno justicialista (peronista) "est¨¢n superando seis d¨¦cadas de historia de una Argentina que perdi¨® el rumbo en 1929, con el primer golpe de Estado", Cavallo, el m¨¢s popular de los ministros de Carlos Menem, fundamenta su optimismo en el espaldarazo internacional que acababa de obtener su pol¨ªtica econ¨®mica con el ingreso de Argentina en el Plan Brady, el apellido del secretario del Tesoro de EE UU que propuso una f¨®rmula para rebajar la deuda de los acreedores en el Tercer Mundo.
El 6 de abril, Cavallo concluy¨® en Santo Domingo un acuerdo con la banca internacional, a la que Argentina deb¨ªa 31.000 millones de d¨®lares -el 51% de su deuda total-, que prev¨¦ una reducci¨®n del monto de 10.000 millones y un reescalonamiento del pago del resto a lo largo de 30 a?os y con un tipo de inter¨¦s m¨¢ximo del 6%. Anticip¨¢ndose al acuerdo el Fondo Monetario Internacional concedi¨® a Buenos Aires un cr¨¦dito a tres a?os de 2.900 millones de d¨®lares, un¨¢nimemente interpretado como el gesto de aliento m¨¢s claro brindado a Menem por la comunidad financiera internacional.
Aplausos al ministro
Aplaudido a su regreso por el Gabinete en pleno, Cavallo se mostr¨® en un seminario con la prensa extranjera, organizado por la Fundaci¨®n Ortega y Gasset y por el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales, "seguro al 100% de cumplir" lo pactado porque "el servicio de la deuda, que caer¨¢ a su m¨¢s bajo nivel desde 1983, s¨®lo representa el 2% del producto interior bruto" (PIB). Ser¨¢, adem¨¢s, en parte costeado por los intereses de unas reservas que ascienden a 7.000 millones de d¨®lares. La incorporaci¨®n al Plan Brady es, en gran medida, la sanci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica fomentada por ese doctor por la Universidad de Harvard que Menem coloc¨® hace 15 meses al frente de la cartera de Econom¨ªa. Hasta sus adversarios, como Eduardo Angeloz, gobernador radical de la provincia de C¨®rdoba, reconocen sus ¨¦xitos: "La estabilidad econ¨®mica alcanzada en el pa¨ªs es una realidad ( ... )".
Argentina ha dejado de ser "esa torre de Babel, esa sociedad sin lenguaje", como la describ¨ªa Cavallo cuando, en plena hiperinflaci¨®n (4.923% en 1989), la moneda carec¨ªa de valor, para reducirla este a?o a niveles casi europeos, en torno a un 15%, seg¨²n prev¨¦ Menem. Tras a?os de recesi¨®n, el crecimiento econ¨®mico fue en 1991 del 5% y, seg¨²n cifras oficiales, se generaron, a pesar de los masivos despidos del sector p¨²blico, 380.000 puestos de trabajo, que rebajaron la tasa de paro del 7% al 5,3%.
Despu¨¦s atajar la inflaci¨®n, promover la apertura econ¨®mica al exterior rebajando los aranceles; firmar la creaci¨®n de un mercado ¨²nico con Brasil, Paraguay y Uruguay; mantener la convertibilidad del peso a la par con el d¨®lar; incrementar la recaudaci¨®n fiscal; elaborar y aprobar en los plazos previstos, por primera vez en 25 a?os, un presupuesto, y concluir en 1992 la privatizaci¨®n de las empresas p¨²blicas, que proporcionar¨¢ al Estado 2.150 millones de d¨®lares, ?que le queda por hacer a Menem para acabar de enderezar el pa¨ªs?
Satisfacer, asegura Manuel Mora y Ara¨²jo, soci¨®logo de la Universidad de Belgrano, una "nueva ola de demandas que pide una moralizaci¨®n de la vida p¨²blica", caracterizada por la corrupci¨®n, de la que los esc¨¢ndalos protagonizados por los Yoma, la familia de Menem, s¨®lo fueron la punta visible del iceberg. "Ni siquiera hay", se queja el radical Rodolfo Terragno, "una adecuada sanci¨®n social" para los culpables, aunque Menem tiene en proyecto una ley que incrementa las penas al equiparar a la corrupci¨®n con el delito de traici¨®n a la patria.
La principal asignatura pendiente es, sin embargo, para la oposici¨®n radical y numerosas personalidades independientes, la puesta en marcha de una pol¨ªtica social que por lo menos contenga el empobrecimiento de un amplio sector de la sociedad. Menem no lo cree as¨ª: "Al haber m¨¢s trabajo, hay menos pobres", y Cavallo sostiene incluso que el "ciudadano de a pie entiende lo que est¨¢ pasando, no a trav¨¦s de un razonamiento intelectual, sino de su vida cotidiana". "No en balde los salarios han aumentado un 20% en t¨¦rminos reales".
Estad¨ªstica pol¨¦mica
La estimaci¨®n del paro en Argentina poco tiene que ver con la medici¨®n que se lleva a cabo en Europa. Se efect¨²an dos encuestas anuales y, recalca Atilio Bor¨®n, vicerrector de la Universidad de Buenos Aires, "basta con que la persona interrogada haya trabajado una hora en la semana anterior a la que le fue formulada la pregunta para que se la considere como ocupada". "Nuestra recuperaci¨®n democr¨¢tica", enfatiza, "va acompa?ada de un auge de la pobreza". Prueba de ello, asegura Bor¨®n, "es que un tercio de la poblaci¨®n se sit¨²a ahora por debajo del umbral de la pobreza", y Terragno ilustra esta miseria con un ejemplo: nueve millones de argentinos hacinados en chabolas no acceden a la red de alcantarillado. El d¨²o Menem-Cavallo ha recortado el presupuesto social en 4.400 millones de d¨®lares, hasta el punto "de ahorrarse la compra de la vacuna contra el sarampi¨®n y por eso pudo propagarse una epidemia el a?o pasado", denuncia Fernando de la R¨²a, jefe del grupo parlamentario de la Uni¨®n C¨ªvica Radical.
Aunque el descontento de algunos sectores ante la dr¨¢stica reforma neoliberal sirve de caldo de cultivo a caudillos populistas como el ex golpista Aldo Rico, Gobierno y oposici¨®n, encabezada por De la R¨²a, descartan que se produzca un estallido social al estilo venezolano. "El mes pasado un sondeo pon¨ªa de relieve que el 60% de la poblaci¨®n apoyaba la pol¨ªtica econ¨®mica de Menem", subraya la soci¨®loga Carlota Jackisch. "La gente cree", a?ade, "que el Gobierno ha logrado revertir una situaci¨®n econ¨®mica catastr¨®fica".
A pesar de los malos recuerdos,que trae el golpe de Estado en Per¨², una opci¨®n similar parece tambi¨¦n excluida en Argentina. Mimadas desde un punto de vista retributivo-elsalario de los militares acaba de ser aumentado entre un 7% y un 30%-, "Ias FF. AA. aparecen disciplinadas al poder constitucional", asegura Juan Carlos Portantiero, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. M¨¢s importante a¨²n, recalca Jackisch, es que para la gran mayor¨ªa de la opini¨®n p¨²blica "el r¨¦gimen militar no es ya una soluci¨®n deseable". "?ste es el gran cambio".
De ah¨ª que, cuando se le pregunta por el riesgo de contagio del golpe peruano sobre el conjunto de Latinoam¨¦rica, Menem conteste con aplomo que "desde Argentina se puede producir un efecto de domin¨®, pero al rev¨¦s". "Quiero decir que M¨¦xico en el norte y Argentina en el sur son los dos ejemplos a seguir, los dos polos de estabilizaci¨®n de este Continente".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.