"Una batalla de una guerra mayor"
Ante todo quiero agradecer, de todo coraz¨®n, a todos los escritores que han escrito apoy¨¢ndome o defendi¨¦ndome, o defendiendo las cuestiones y los principios m¨¢s importantes planteados por el denominado asunto Rushdie (?Cu¨¢nto dar¨ªa por tener la posibilidad de dejar de ser un asunto o un caso y volver a la tarea m¨¢s ardua de ser simple y llanamente escritor!). Y quiero tambi¨¦n dar las gracias al proyecto de World Media por el papel que ha desempe?ado en esta iniciativa.He afirmado en muchas ocasiones que la existencia de tant¨ªsimos defensores activos que han alzado su voz y, m¨¢s all¨¢, de millones de defensores silenciosos, es lo que me ha permitido hacer frente a todas las dificultades que se me han presentado en los tres ¨²ltimos a?os; y eso sigue siendo absolutamente cierto.
De manera que gracias, Nadine Gordimer, por haber preguntado si estamos volviendo a una ¨¦poca en la que se tolera la persecuci¨®n ideol¨®gica si est¨¢ respaldada por la religi¨®n. Gracias, Kazuo Ishiguro, por haberte centrado (y son muy pocos los que lo han hecho en estos ¨²ltimos cinco a?os) en Los vers¨ªculos sat¨¢nicos, de los que soy autor. Y gracias, Paul Theroux, por expresar p¨²blicamente tu ira; Johannes Simmel, por recordarnos que en todo esto est¨¢n por medio las realidades de los grandes negocios, que los derechos humanos son aplastados con demasiada facilidad cuando se pueden pillar jugosos contratos. Y gracias, quiz¨¢ m¨¢s que a nadie, a Fahimeh Farsale, por insistir en que el ataque contra mi obra no es m¨¢s que una batalla de una guerra mayor.
Si hubiera algo m¨¢s que decir sobre el tema del que ya se ha dicho tant¨ªsimo, ser¨ªa sobre esta guerra mayor. Fahimeh Farsale me criticaba en su art¨ªculo por no alzar la voz en defensa de otros escritores, de otros artistas cuya obra ha sido prohibida o que han sido encarcelados, torturados e incluso asesinados. Lo cierto es que, antes de la fatwa de Jomeini, la Polic¨ªa del Pensamiento se hab¨ªa convertido en una fuerza muy poderosa en el mundo musulm¨¢n actual, y no s¨®lo en el mundo musulm¨¢n; que los intentos de reprimir la libertad de imaginaci¨®n, la libertad de pensamiento, la disidencia, estaban aumentando en intensidad. Y he seguido afirm¨¢ndolo pr¨¢cticamente en toda ocasi¨®n en que he tenido la posibilidad de decir algo, y lo seguir¨¦ haciendo.
S¨ªmbolo de represi¨®n
El aspecto m¨¢s interesante del caso de Los vers¨ªculos sat¨¢nicos es el siguiente: debido a la atenci¨®n que se le ha prestado, se ha convertido en el s¨ªmbolo y arquetipo de todos los dem¨¢s casos de represi¨®n. Se ha permitido que esos perros de la guerra medievales, la "blasfemia" y la "herej¨ªa", se introdujeran silenciosamente, y no debemos olvidar que, a trav¨¦s de la historia del hombre, la "blasfernia" y la "herej¨ªa" se han utilizado para encadenar y amordazar al esp¨ªritu humano, las voces libres. La raz¨®n por la que hay que ganar esta batalla, por la que la fatwa y sus amenazas correspondientes deben desaparecer, es que la victoria ser¨ªa a la vez real (cosa que ser¨ªa bastante agradable para m¨ª) y representativa: supondr¨ªa un gran golpe en esa guerra mayor. Y si se perdiera la batalla, ser¨ªa un mal momento de ese mismo conflicto mayor. Tenemos que ganar porque no podemos perder; lo que est¨¢ en juego es nada m¨¢s y nada menos que nuestras mentes.
"El mal singular de silenciar la expresi¨®n de una opini¨®n", escribi¨® John Stuart Mill en su ensayo cl¨¢sico Sobre la libertad, "es que se est¨¢ robando a la raza humana, a la posteridad, as¨ª como a la generaci¨®n presente- y a quienes disienten de la opini¨®n todav¨ªa m¨¢s que a quienes la defienden. Pues si la opini¨®n es correcta, se ven privados de la posibilidad de cambiar el error por la verdad; y si es incorrecta, pierden un beneficio igual de grande: esa percepci¨®n m¨¢s clara y esa impresi¨®n m¨¢s viva de la verdad que produce su choque con el error".
El caso particular de la literatura de ficci¨®n requiere a?adir algunas palabras m¨¢s a ese gran texto de Mill. Pues en la literatura de ficci¨®n lo normal es que no se defienda una sola opini¨®n de manera consistente. En este sentido, el proceso de creaci¨®n no se diferencia mucho del proceso de las sociedades libres, que son, por su misma naturaleza, divididas, plurales e incluso dadas a las discusiones. Son sociedades en movimiento, y con el movimiento viene la tensi¨®n, las fricciones. Los pueblos libres hacen surgir chispas, y esas chispas son la mejor prueba de la existencia de la libertad. El totalitarismo persigue siempre detener el movimiento de la sociedad; apagar su llama, sustituir las muchas verdades de la libertad por la verdad ¨²nica del poder.
En el proceso de creaci¨®n se introducen y se enfrentan en la mente del escritor diversas actitudes, diversos puntos de vista sobre el mundo; y de estas fricciones nace la chispa, la obra de arte. Esta multiplicidad interior, esta masa de ideas, resulta a menudo una dura carga para los artistas, y dif¨ªcil de explicar. Recordemos la lucha de Diderot entre el racionalismo ateo y sus propias necesidades espirituales. "Me enfurece", escribi¨®, "verme atrapado en una filosof¨ªa diab¨®lica que mi mente se ve obligada a aceptar pero que mi coraz¨®n rechaza". Tambi¨¦n Dostoievski se desesperaba por la coexistencia en su interior de la fe y la descreencia absolutas. Y William Blake, advirtiendo que en El para¨ªso perdido John Milton describ¨ªa mejor el infierno que el cielo, dijo que Milton, ese genio devoto, era un poeta que estaba por naturaleza de parte del diablo. En el interior de todo artista, quiz¨¢ en el interior de toda imaginaci¨®n humana, se produce, parafraseando a Blake, un matrimonio entre el cielo y el infierno.
El caso de Los vers¨ªculos sat¨¢nicos, como han advertido muchos de los escritores que han participado en la campana, encierra, en su fondo, una proporci¨®n de formas extraordinaria. Se trata de una novela sobre los conflictos y tensiones entre y dentro de los puntos de vista secular y religioso del mundo, y que se ha visto inmersa precisamente en esos mismos conflictos. Como dir¨ªa Kurt Vonnegut: as¨ª es la vida. Y detr¨¢s de Los vers¨ªculos sat¨¢nicos, detr¨¢s de todas las cartas que han escrito mis colegas escritores, se alza nuestro conocimiento de que el intento de dar forma a la espesa sopa de la experiencia humana, el continuo reformar del significado en que insiste el proceso art¨ªstico, no puede ceder ante ninguna banda de polic¨ªas, por muy grandes que sean sus pistolas. Se trata "fundamentalmente", si se me permite usar una palabra tan fundamentalista, de una batalla de voluntades. Lo que resulta m¨¢s inspirador y fortalecedor sobre las muchas cartas abiertas es que muestran precisamente el tipo de voluntad que se necesita para hacer frente a la tiran¨ªa, al vilipendio y al asesinato: la voluntad de triunfar.
Copyright World Madia. Traducci¨®n:
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