Aficionados y espectadores
, El espectador se queja de que transcurridas las ocho primeras corridas de la feria, y salvo el milagro de la resurrecci¨®n de Curro, la t¨®nica general ha sido el aburrimiento. El aficionado no se aburre nunca en los toros. Se emociona o no se emociona, pero el hast¨ªo dif¨ªcilmente le invade. S¨®lo la observaci¨®n de las reacciones del toro -todos los toros son para ¨¦l distintos- mantiene su atenci¨®n y excluye el tedio. El espectador reduce su esperanza de diversi¨®n a la faena de muleta. En la faena, adem¨¢s, s¨®lo si hay derechazos y naturales hay diversi¨®n. Todo lo dem¨¢s lo considera balad¨ª. El aficionado, por contra, disfruta, por sus pasos, en cada uno de los tercios. Una buena vara le compensa tanto como un buen natural. Lo que pasa es que naturales buenos se prodigan y presenciar un tercio de varas para el recuerdo es como buscar una aguja en un pajar. Hoy se pica peor que en ninguna otra ¨¦poca. El aficionado tiene la esperanza puesta en el nuevo caballo, previsto en el reglamento y que entra en vigor el 1 de mayo. Por cierto, en la Maestranza se sigue utilizando peto antiguo, hoy ya antirreglamentario, pues entr¨® en vigor el 10 de marzo. ?Acaso el Ministerio del Interior no ha homologado todav¨ªa los nuevos petos? La ausencia de emoci¨®n para el aficionado, o de diversi¨®n para el espectador, se est¨¢ imputando, no siempre con raz¨®n, al comportamiento de las reses. Es verdad que todav¨ªa no ha salido un toro de bandera, pero han salido toros muy aprovechables, que se han ido con las orejas al desolladero. Tambi¨¦n han salido muchos toros mansos, cuya lidia el espectador no soporta y, sin embargo, el aficionado anhela. El aficionado se caracteriza por discernir sobre las cualidades del toro y en funci¨®n de ellas enjuicia la labor del diestro. El espectador no tiene en consideraci¨®n el comportamiento de las reses.
Su comportamiento externo es tambi¨¦n muy diferente. El aficionado no vocifera. El espectador s¨ª. La masa favorece la agresividad. Es ya t¨®pico el adagio latino: "Senatore boni viri, Senatus bestia ". Es muy importante, por eso, para el porvenir de la fiesta, aumentar el n¨²mero de aficionados. Ello permitir¨¢ separar el grano de la paja. Se revalorizar¨¢ lo aut¨¦ntico, se menospreciar¨¢ lo falso, lo chabacano. Ser buen aficionado no es f¨¢cil. Se requiere una gran capacidad de observaci¨®n. "El toreo", escribi¨® Azor¨ªn, "es inteligencia pura. El arte de torear es a manera de un razonamiento escueto: de un discurso del m¨¦todo... ".
El que los aficionados disminuyen y aumentan los espectadores no es bueno para la fiesta. Por eso es muy importante la conversi¨®n de los j¨®venes espectadores en aficionados. Y esa tarea corresponde, fundamentalmente, a la cr¨ªtica. L¨®gicamente, a la cr¨ªtica honesta y solvente. La venal que siga con su negocio. En otras ¨¦pocas, su presencia era mucho m¨¢s preeminente que ahora, y sin embargo, no hizo mella en la vitalidad del espect¨¢culo.
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