Siria concede libertad de movimientos a su peque?a comunidad jud¨ªa

La reanudaci¨®n, ayer en Washington, de las conversaciones bilaterales entre ¨¢rabes e israel¨ªes, fue marcada por un doble golpe de efecto: uno, esperado, de Israel, que present¨® su proyecto anunciado de elecciones municipales en los territorios ocupados, y el otro, imprevisto, de Siria, que anunci¨® la concesi¨®n de la libertad de movimientos a la comunidad jud¨ªa del pa¨ªs, que consta de unas 4.500 personas.

La decisi¨®n de Damasco fue anunciada primero por la portavoz del Departamento de Estado, Margaret Tutwiler, quien precis¨® que los jud¨ªos sirios estar¨¢n autorizados de ahora en adelante a viajar libremente, tanto por razones de negocio como por vacaciones, y a vender sus bienes. La portavoz de la delegaci¨®n siria en las conversaciones de Washington, Bouchra Kanafani, confirm¨® esta noticia al afirmar que "todos los sirios, jud¨ªos o no jud¨ªos, est¨¢n autorizados a viajar sin restricci¨®n", y al anunciar que su Gobierno ya no exigir¨¢ visado de salida. En Jerusal¨¦n, el primer ministro, Isaac: Shamir, expres¨® unas horas m¨¢s tarde su alegr¨ªa por la noticia. El anuncio de la convocatoria de elecciones municipales en Gaza y Cisjordania no concit¨® la misma unanimidad. La portavoz palestina, Hanan Ashraui, reiter¨® ayer que lo que su delegaci¨®n pide son "elecciones generales" para constituir un Parlamento aut¨®nomo en los territorios ocupados. Se trata sin embargo de un gesto de Tel Aviv en un momento en que Israel -como Estados Unidos- se encuentra en plena campa?a electoral. Isaac Shamir no puede permitirse el lujo de concurrir el 23 de junio ante sus votantes con el dudoso m¨¦rito de haber dinamitado las privilegiadas relaciones que su pa¨ªs manten¨ªa hasta ahora con Estados Unidos.

Por su parte, el presidente George Bush y el secretario de Estado, James Baker, por mucho que deseen la derrota de Shamir, con quien vienen discrepando personalmente desde hace a?os, tampoco pueden apostar a fondo por el triunfo de un Gobierno laborista en Israel.

Adem¨¢s, la proximidad de las elecciones en Estados Unidos, donde Bush se juega la reelecci¨®n en noviembre, obliga al presidente a ser m¨¢s prudente con Israel de lo que ha sido hasta ahora, si no quiere tener que correr contra todo el peso de la influencia jud¨ªa en este pa¨ªs. Aunque eso no es todav¨ªa una preocupaci¨®n fundamental en la Casa Blanca, no se puede despreciar el fuerte apoyo que el candidato dem¨®crata Bill Clinton obtuvo entre la poblaci¨®n jud¨ªa durante las elecciones primarias de Nueva York, a principios de mes. Clinton es un firme defensor de Israel.

Debates entre palestinos

En cuanto a los principales actores de esta historia, los palestinos, se debaten en sus problemas internos sin que Washington pueda ejercer una influencia significativa sobre ellos. Durante pasadas rondas de conversaciones, Estados Unidos, sobre todo el Departamento de Estado, no ha ocultado las simpat¨ªas con las que miraba el trabajo de Haidar Abdel-Shafi y del resto de la delegaci¨®n negociadora palestina, pero Washington se encuentra en estos momentos con serias sospechas de que esa delegaci¨®n no represente en realidad m¨¢s que a uno de los sectores de los palestinos. Fuentes del Departamento de Estado temen que los palestinos est¨¦n ahora m¨¢s preocupados por la pol¨¦mica sobre la debilidad del liderazgo de Yasir Arafat y su posible sucesi¨®n que por las conversaciones de paz. En esas circunstancias, las mismas fuentes temen que la posici¨®n palestina sea hoy m¨¢s intransigente de lo que fue cuando este proceso de paz naci¨® en Madrid en octubre pasado.