"Espa?a es enormemente cicatera para dar puestos de trabajo a la investigaci¨®n"
Aunque los temas cient¨ªficos empiezan a ser tratados en los medios de comunicaci¨®n, Garc¨ªa Moliner cree que Espa?a no se caracteriza por que la ciencia sea precisamente un ingrediente esencial de sus coordenadas culturales. "Es una l¨¢stima, porque entre sus consecuencias est¨¢ la incapacidad de respuesta al desaf¨ªo tecnol¨®gico que tenemos planteado y que se ha convertido ya en un t¨®pico". Hacer frente a esto requiere, en su opini¨®n, que el p¨²blico asuma que es necesario un fondo de ciencia b¨¢sica. "Es imprescindible tener una comunidad cient¨ªfica muy desarrollada, y este pa¨ªs es enormemente cicatero en dotar puestos de trabajo en investigaci¨®n".Para Garc¨ªa Moliner, pionero en el desarrollo de la f¨ªsica de estado s¨®lido, la ciencia tiene una parte esencial de aventura. Y critica que casi todos los gobiernos del mundo occidental se hagan eco de las exigencias sociales de eficacia y rentabilidad, obligando a los cient¨ªficos a poner en pr¨¢ctica unos planteamientos muy conservadores. "Esto es ir contra la ra¨ªz de la ciencia. Estados Unidos y Jap¨®n, considerados los pa¨ªses m¨¢s pr¨¢cticos y con el m¨¢ximo desarrollo tecnol¨®gico, parad¨®jicamente son tambi¨¦n los que dedican una fracci¨®n m¨¢s alta de sus recursos a la investigaci¨®n b¨¢sica".
Aunque dice "no tener muy claras cu¨¢les deben ser las medidas destinadas a fomentar el acervo cient¨ªfico espa?ol y reconoce la dificultad de gobernar, se muestra m¨¢s partidario de "los pol¨ªticos con sensibilidad por la ciencia, que de los t¨¦cnicos con inquietudes pol¨ªticas". Los esquemas tradicionales de las empresas espa?olas, acostumbradas a comprar derechos de patentes, ya no sirven. Seg¨²n Garc¨ªa Moliner, deben generar su propia innovaci¨®n tecnol¨®gica, ya que el nuevo "juego" ha empezado y va en serio.
"Hoy, la ciencia ya no es el pasatiempo de un caballero en su ¨¢tico", a?ade. "Es una cuesti¨®n p¨²blica, aunque los pol¨ªticos no dir¨¢n nunca cu¨¢l es el alcance de la ciencia y la tecnolog¨ªa". Firme, Garc¨ªa Moliner rechaza la discriminaci¨®n intelectual que en Espa?a sufren los cient¨ªficos. "Un poeta no es importante por decir cosas bonitas, sino por decir grandes verdades. Estas personas contribuyen muy significativamente a nuestra visi¨®n del mundo, pero la ciencia y los cient¨ªficos tambi¨¦n". Tampoco est¨¢ de acuerdo con el clich¨¦ de que los cient¨ªficos son una especie de "tarugos espirituales" que se meten en su laboratorio y se olvidan del mundo. "Nos interesa la m¨²sica, el campo, la lectura de novelas...".
Muchos cient¨ªficos destacan el talante viajero de Garc¨ªa Moliner y la calidad de sus contactos internacionales, que ¨¦l vuelca en gran medida hacia los pa¨ªses en desarrollo. No en vano lleva 25 a?os vinculado al Centro Internacional de F¨ªsica Te¨®rica, que depende de la Unesco y la Agencia Internacional de Energ¨ªa At¨®mica.
"Tenernos una ciencia mejor de la que imagina la sociedad espa?ola, aunque much¨ªsima menos de la que necesitamos a¨²n, en funci¨®n del pa¨ªs que somos y queremos ser", matiza. "De hecho, nuestros colegas extranjeros tienen mejor opini¨®n de nosotros que nosotros mismos. Y la prueba es que hoy son muchos los que vienen a trabajar aqu¨ª".
Al repasar la historia de la ciencia en Espa?a, este cient¨ªfico levantino, de Burriana (Castell¨®n), valora muy positivamente el desarrollo auton¨®mico, que ha dado lugar a grupos de investigaci¨®n muy buenos en campos como la f¨ªsica del estado s¨®lido o la fisica de part¨ªculas elementales.
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