Frente de rechazo
De repente, uno se da cuenta de lo f¨¢cil que es sentirse estafado por los profetas del ¨¦xito. La Bolsa se levanta y cae en cuesti¨®n de horas. De la euf¨®rica apertura al funesto cierre; un vaiv¨¦n que diluye esperanzas y despierta sue?os evanescentes. El mercado de valores se convierte de repente en la cenicienta de la econom¨ªa nacional; vuelve a casa precipitadamente antes de medianoche, mientras su pr¨ªncipe -el inversor- se queda dubitativo con los t¨ªtulos depreciados en la mano.Ensimismados, los operadores buscan una explicaci¨®n de ¨¢mbito internacional. Se preguntan por qu¨¦ cae la inversi¨®n extranjera, despu¨¦s de un retroceso inesperado de Tokio. Los m¨¢s anal¨ªticos persiguen la estela de los mercados europeos, interpretando su conducta a partir de las declaraciones de los gobernantes. No siempre es posible. Es bien sabido en el mundo de las finanzas que el dinero corre mientras. las administraciones andan. Por otra parte, tambi¨¦n en la industria financiera se perfila un frente de rechazo que ve en Maastricht el principio del fin de la quintaesencia del jacobinismo econ¨®mico, atrincherado en el binomio riqueza-soberan¨ªa nacional.
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