La suspensi¨®n de pagos del gigante inmobiliario Olympia and York desata la inquietud en las bolsas
La suspensi¨®n de pagos presentada el jueves en Canad¨¢ por la mayor compa?¨ªa inmobiliaria del mundo, Olympia and York, cuyos rascacielos son famosos desde hace d¨¦cadas en Nueva York, Toronto y Londres, provoc¨® un clima de incertidumbre en los principales mercados financieros internacionales, aunque los expertos anticipan que los efectos ser¨¢n m¨¢s psicol¨®gicos que reales. La Bolsa de Tokio perdi¨® ayer 730 puntos, mientras que en Wall Street se impuso la cautela con un descenso de 17,16 puntos al cierre de la sesi¨®n. El gigante inmobiliario declar¨® deudas por valor de 18.000 millones de d¨®lares -m¨¢s de 1,8 billones de pesetas- y la suspensi¨®n de pagos afecta a m¨¢s de 100 bancos en todo el mundo.
La fuerta ca¨ªda de la Bolsa de Tokio, que experiment¨® un descenso de 730 puntos el d¨ªa de ayer, no fue seguida despu¨¦s en Nueva York, donde la bolsa cerr¨® con una p¨¦rdida de s¨®lo 17,16 puntos en el Dow Jones. La ca¨ªda no fue superior al extenderse los rumores sobre un posible recorte de los tipos de inter¨¦s, seg¨²n los expertos. Incluso en la bajada del ¨ªndice Nikei, seg¨²n los expertos, el efecto de la crisis de Olympia and York parece m¨ªnimo.Pese al nerviosismo desatado por el paso dado por este gigante inmobiliario, algunos expertos consideran que la crisis del sector inmobiliario estaba ya muy asumida por todas las instituciones financieras y estaba ya decontada por los mercados financieros.
"En el negocio inmobiliario, Donald Trump fue el primero en caer, y los mayores y m¨¢s respetados, como Olympia and York, han sido los ¨²ltimos. Pero, en el fondo, esto es saludable porque sirve para poner punto y final a los excesos de los a?os ochenta. Empezamos a dejar atr¨¢s los peores problemas de esa d¨¦cada", afirma el economista David Jones, de una de las principales compa?¨ªas inversoras de Nueva York.
"En realidad esta crisis no es una liquidaci¨®n sino una reestructuraci¨®n. El mercado estaba ya preparado para esto desde hac¨ªa meses. Hay que contar con un efecto psicol¨®gico que podr¨ªa hacer restringir el cr¨¦dito de algunos bancos que han actuado con demasiada alegr¨ªa, pero las consecuencias no ser¨¢n mayores", opinaba una fuente bancaria en Nueva York.
Al anunciar el jueves por la noche la suspensi¨®n de pagos, el presidente de Olympia and York, Gerald Greenwald declar¨® que "el procedimiento iniciado representa un camino adecuado para reestructurar la compa?¨ªa y asegurar su viabilidad a largo plazo".
La medida de suspensi¨®n de pagos afecta a las 28 filiales de Olympia and York en Canad¨¢ y a los activos de la empresa en EE UU, pero no a sus propiedades en este pa¨ªs. Olympia and York es due?o de 12 edificios en Nueva York, nueve en Toronto y otros en Chicago, Los Angeles, Boston y San Francisco. Quiz¨¢ los m¨¢s famosos son el First Canadian, una preciosa torre de m¨¢rmol blanco que aloja un centro comercial en Toronto, y el World Financial Center de Manhattan.
La noticia sobre la suspensi¨®n de pagos de esta compa?¨ªa hizo temer una catastr¨®fica repercusi¨®n en los mercados de valores, por lo que supon¨ªa la ca¨ªda de un s¨ªmbolo que le dio a sus fundadores, los hermanos Reichman, fama de reyes de Midas, capaces de convertir en oro todo lo que tocaban.
Incertidumbre
Aunque todav¨ªa existe una gran incertidumbre, los expertos creen que el da?o mayor hab¨ªa sido ya causado el pasado mes de febrero, cuando se tuvieron las primeras informaciones sobre los problemas de Olympia and York para refinanciar sus deudas con los principales bancos. Un mes despu¨¦s la compa?¨ªa reconoci¨® sus "dificultades de liquidez".
En marzo pasado, Thomas Jonhson, antiguo presidente de Manufacturers Hanover, reemplaz¨® a Paul Reichman, uno de los hermanos fundadores, de la presidencia. Apenas veinte d¨ªas m¨¢s tarde, Johnson fue sustituido por Gerald Greenwald y se abrieron por primera vez los libros que mostraban las deudas de la famosa firma con un centenar de bancos.
En Canad¨¢, el pa¨ªs donde las dificultades de Olympia and York puede tener peores consecuencias, el Gobierno, muy debilitado por la crisis econ¨®mica y por la impopularidad del primer ministro, Brian Mulroney, ha advertido que no piensa intervenir en auxilio de la compa?¨ªa afectada.
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