Pol¨¦mica en Francia sobre la autenticidad de las pinturas submarinas de Marsella
El prehistoriador espa?ol Antonio Beltr¨¢n defiende que fueron pintadas en el paleol¨ªtico
"No se puede decir que algo no es aut¨¦ntico s¨®lo porque es raro", dice Antonio Beltr¨¢n, refiri¨¦ndose a la desconfianza de varios especialistas franceses. Este prehistoriador espa?ol es ahora mismo una de las dos personas del mundo con m¨¢s elementos de juicio sobre la importancia y autenticidad de las espectaculares pinturas rupestres encontradas el a?o pasado en una cueva cercana a Marsella. "Claro que ser¨ªa necesario pasarse all¨ª dentro dos meses", se?ala con cierta frustraci¨®n, porque sabe que lo m¨¢s probable es que nunca pueda estudiar la cueva in situ. Su ¨²nica entrada, una estrecha y larga galer¨ªa submarina, impide que la cueva sea conocida todav¨ªa m¨¢s que por su descubridor, Henri Cosquer, y otros submarinistas. En total, 20 personas.
La Armada francesa es la encargada ahora de estudiar la cueva y de vigilar permanentemente su entrada, situada a 37 metros de profundidad y cerrada rudimentariamente con unos pedruscos. En la estrecha galer¨ªa de m¨¢s de 200 metros, en la que cualquier movimiento levanta un fino sedimento que impide la visi¨®n, murieron tres submarinistas aficionados el 2 de septiembre del a?o pasado, un d¨ªa antes de que Cosquer se decidiera a hacer p¨²blico su descubrimiento. ?ste es uno de los elementos que han hecho desconfiar a varios expertos franceses de la palabra de este hombre, "simpatiqu¨ªsimo pero ignorante absoluto en prehistoria", seg¨²n Beltr¨¢n, que ha tenido ocasi¨®n de conocerle en las reuniones del comit¨¦ cient¨ªfico para el estudio de la cueva creado poco despu¨¦s por el controvertido ministro franc¨¦s de Cultura, Jack Lang.
En ¨¦l, Beltr¨¢n y su colega franc¨¦s Jean Clottes, otro m¨¢ximo especialista en arte parietal, son los elementos de m¨¢s peso por su especializaci¨®n en el periodo en que se supone fueron hechas las pinturas. Les acompa?a el ¨²nico prehistoriador que ha entrado en la cueva con Cosquer, Jean Courtin, que no es especialista en esta ¨¦poca pero s¨ª submarinista, y funcionarios de la Armada y del ministerio de Cultura. En Marsella se encuentra precisamente un Departamento de Investigaciones Arqueol¨®gicas Submarinas.
Monumento a proteger
La rapidez con que Lang declar¨® monumento a proteger la cueva y el nombramiento de un especialista espa?ol han contribuido tambi¨¦n a que su autenticidad sea puesta en duda. Beltr¨¢n, de 76 a?os, catedr¨¢tico de Prehistoria en Zaragoza y ahora profesor em¨¦rito, ya no tiene dudas. Para ¨¦l, que ha trabajado en c¨¦lebres casos de autenticidad a lo largo de su dilatada carrera cient¨ªfica -incluido uno en Espa?a en el que un pintor se declar¨® autor de las pinturas encontradas en una cueva de Murcia- las pinturas de la cueva Cosquer son verdaderas y fueron pintadas por hombres del paleol¨ªtico antes de que hace 10.000 a?os el mar condenara la entrada. Y adem¨¢s son magn¨ªficas, en su opini¨®n, aunque no quiere hacer comparaciones con las c¨¦lebres cuevas de Lascaux y Altamira, en todo caso posteriores. Por el estilo de las pinturas y grabados, Beltr¨¢n piensa que pertenecen claramente al magdaleniense (probablemente el antiguo, ya que no hay dibujos pol¨ªcromos), aunque parte de ellas puede ser m¨¢s antigua, del solutrense superior.
El hallazgo muy reciente de restos del solutrense en un yacimiento cercano a la cueva refuerza su teor¨ªa, as¨ª como la dataci¨®n por carbono de un hogar encontrado dentro de la cueva, que ha dado unos 14.800 a?os de antig¨¹edad. Beltr¨¢n no se f¨ªa mucho de una posible futura dataci¨®n por carbono de las propias pinturas, como la que se acaba de hacer en Altamira, porque cree que est¨¢n muy mineralizadas y tendr¨¢n poco material org¨¢nico accesible. El inventario de las pinturas incluye cinco bisontes, 10 caballos, dos ping¨¹inos, una cabra, un ciervo, un felino y una decena de manos. Los grabados representan a dos b¨®vidos, tres caballos, dos focas, otros animales y muchas l¨ªneas.
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