Las orejas, en manos del asesor
Retrasar la concesi¨®n del trofeo, una t¨¢ctica contra el triunfalismo
El presidente de una corrida de toros tiene la ¨²ltima palabra. Es quien administra la voluntad del p¨²blico para conceder la oreja. Pero no suele ser ¨¦l quien decide. Tiene sus asesores. De los tres que hay en Las Ventas, siempre uno se sienta a su izquierda.
Jos¨¦ Amor¨®s es el decano de los asesores art¨ªsticos del presidente. Porque ¨¦ste no tiene que saber de toros. Est¨¢ ah¨ª porque alguien tiene que mandar en la plaza y la costumbre ha hecho ley de que para eso nadie mejor que un comisario de polic¨ªa. En esta feria van cuatro orejas por lo que respecta a corridas de toros. Y cuando se dieron tres de ellas, Jos¨¦ Amor¨®s estaba de asesor presidencial. Dice que esta coincidenc?a no tiene mayor significado: "Yo puedo estar de acuerdo o no con la concesi¨®n, pero si hay mayor¨ªa de p¨²blico que pide la oreja para el torero, mi obligaci¨®n es recomendar al presidente que la conceda".
Como pas¨® con Espartaco en su segunda corrida: "Puede hacerlo mejor, porque es capaz de poner una plaza boca abajo, pero hab¨ªa mayor¨ªa de p¨²blico que ped¨ªa la oreja". Con los otros trofeos concedidos de los que ¨¦l tuvo alguna responsabilidad, se siente plenamente identificado: "Ortega Cano estuvo en su sitio, bien, y Lozano se jug¨® la vida, se llev¨® una cornada y qu¨¦ menos que se llevara tambi¨¦n la oreja".
En la concesi¨®n de todas estas orejas hubo un hecho com¨²n: que el presidente tard¨® mucho en sacar el pa?uelo blanco. Amor¨®s dice que esto es s¨®lo estrategia: "Si se concede la oreja muy pronto, el p¨²blico puede pedir la segunda y en muchos casos podr¨ªa ser ya excesivo, as¨ª que lo que se hace es retrasar la concesi¨®n para que el p¨²blico se de por satisfecho tras su insistencia".
Amor¨®s lleva 22 a?os siendo asesor de los presidentes. Con ¨¦l alternan Luis Rodriguez y Manuel ?lvarez. Y no quiere, dice, morirse sin dignificar la labor del asesor: "No estamos sindicados y a veces nos sentimos como si fu¨¦ramos figurines; no porque cobremos 1.800 pesetas por corrida, sino porque nos ignoran en otros aspectos".
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