Hubo toreros, no toros
Peralta / Ni?o de la Capea, Rinc¨®n, Cu¨¦llar
Toros de Peralta, terciados, muy c¨®modos y flojos, de juego Irregular. Ni?o de la Capea: estocada ca¨ªda (palmas); estocada desprendida (oreja). Cesar Rinc¨®n: bajonazo (oreja); dos pinchazos sin soltar y estocada (palmas). Juan Cu¨¦llar: estocada atravesada que asoma y descabello (palmas); estocada tendida desprendida (palmas).
Plaza de Aranjuez, 30 de mayo. Tradicional corrida del d¨ªa de San Fernando. Lleno.
Cuando C¨¦sar Rinc¨®n toreaba de muleta a su primer toro, se escucharon algunos truenos que pusieron al p¨²blico que hab¨ªa llenado la plaza de Aranjuez un tanto inquieto. El cielo se hab¨ªa cerrado en su banda de nubes, se soltaron algunas gotas y la gente sac¨® apresuradamente paraguas e impermeables, pero no lleg¨® a romper el aguacero temido: disfrutamos de una tarde de toros m¨¢s y vimos a un buen C¨¦sar Rinc¨®n en el hist¨®rico coso. Tambi¨¦n vimos a un Ni?o de la Capea m¨¢s entonado de lo que nos tiene acostumbrados ¨²ltimamente. Falt¨® toro en la corrida de Peralta -eso es evidente-, pero hubo toreros en el ruedo, lo cual es evidente tambi¨¦n.C¨¦sar Rinc¨®n, en su noble y colaborador primer toro, luci¨® su templanza y quietud y exprimi¨® al toro todo lo que daba de s¨ª. No hubo acoplamiento por el pit¨®n izquierdo, dadas las condiciones del animal por ese lado, pero le expuso todo lo que era menester y su decisi¨®n fue apreciada en los tendidos. Eso con la muleta. Con el capote brill¨® en unos lances suaves de salida, y en unos delantales con los que puso al toro en suerte ante el picador de turno.
En su segundo -quinto de la tarde-, manso y noble, que termin¨® cortito, construy¨® una faena decidida, en la que prob¨® distancias y lleg¨® a torear con la derecha templadito, aunque em:)arcando por fuera. El toro no iguantaba mucho m¨¢s. Durante a lidia de este quinto de la tarde, sus subalternos Juan Montiel y Woriaguillo de Colombia fueron iplaudidos por sus aciertos y buen hacer tanto con las bande?llas como con el percal. Fue ina faena variada, de torero con ?ndamento y tauromaquia, la de C¨¦sar Rinc¨®n en ese quinto toro de la tarde.
Al Ni?o de la Capea se le vi¨® en Aranjuez m¨¢s dispuesto de lo que ha sido habitual en sus ¨²ltimas actuaciones, tanto en la presente como en la pasada temporada. Con el flojito y noble primero pudo interpretar el natural con cierto buen aire, aunque la faena result¨®, en su conjunto, de tono menor. Y con su segundo, en un trasteo irregular que fue a m¨¢s, al final se le apreci¨® entrega y esa sonrisa de torero que va encontr¨¢ndose. Una trincherilla y dos pases de pecho encadenados, con una firma suavecita de remate, tuvieron su prestancia.
Con el peor lote
A Juan Cu¨¦llar le correspondi¨® el peor material de la tarde, y con esos bureles entre sus manos, no le faltaron tes¨®n y buenas intenciones. En su primero, protestado por abanto y parado de salida, se cruz¨® y le sac¨® dos tandas de derechazos bien rematados, hasta que el toro dijo que no m¨¢s. Despu¨¦s, en el que cerraba el festejo, derroch¨® voluntad.
Sucedi¨®, sin embargo, que en mitad de la faena casi imposible -soso y parado era ese toro-, se arranc¨® la banda de m¨²sica, el torero la mand¨® a parar, los m¨²sicos dijeron que nones, y Cu¨¦llar se vi¨® en la obligaci¨®n de perseverar en su faena. Por el pasodoble y tambi¨¦n porque se iba sin trofeos, lo que finalmente sucedi¨®. Y el bravo torero de Colmenar de Oreja sigui¨® toreando, hasta conseguir dar los derechazos que parec¨ªa no tener el toro. Nadie en el p¨²blico los jale¨® ni los aplaudi¨®; all¨ª faltaba la emoci¨®n que da la casta, y concluy¨® el largo trasteo con un espadazo en el que se fue decidido camino del morillo.
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