"Alcanzaremos la uni¨®n econ¨®mica europea, pero no en 1997"
El Reino Unido asumir¨¢ la presidencia de la Comunidad Europea en el segundo semestre del a?o, tras la etapa portuguesa. Los expertos sospechan que el relevo conllevar¨¢ un cierto freno en los procesos unitarios pol¨ªticos y econ¨®micos. Los brit¨¢nicos nunca han ocultado sus reticecias a todo lo que pueda parecer una p¨¦rdida de soberan¨ªa, si bien es verdad que el talante de John Major es m¨¢s moderado que el de su antecesora, Margaret Thatcher. Por todo ello, las opiniones de un profundo conocedor de la econom¨ªa del Reino Unido y decidido defensor de la uni¨®n econ¨®mica y monetaria europea adquieren una significaci¨®n especial.Pregunta: ?Qu¨¦ confianza tiene en que la uni¨®n econ¨®mica y monetaria salga adelante en 1997?
Respuesta: Estoy seguro de que alcanzaremos la uni¨®n econ¨®mica, pero no en 1997. El proceso hacia la integraci¨®n econ¨®mica ser¨¢ mas costoso y lento de lo que muchos han previsto. La causa fundamental ser¨¢n las dificultades pol¨ªticas. Aunque los beneficios de la integraci¨®n econ¨®mica son mayores que los costes de la convergencia, el proceso ser¨¢ muy doloroso.
P. ?Por qu¨¦ no se han previsto estas dificultades y se fija, entonces, el a?o 1997?
R. Ha habido una tendencia en Europa por apuntarse a lo que hiciera falta sin pensar del todo en las consecuencias. Por ejemplo, acusan al Reino Unido de no estar comprometido con Europa, de que siempre causa problemas. Ser¨¢ o no verdad, pero yo creo que nosotros antes de firmar tendemos a examinar m¨¢s que lo que lo hacen nuestros socios europeos. Estoy convencido que muchos de los que firmaron en Maastricht no se leyeron detenidamente el documento y lo hicieron llevados por el entusiamo. El Tratado de Maastricht marc¨® un hito hist¨®rico en el camino hacia la integraci¨®n europea pero creo que fue un gesto para garantizar la participaci¨®n de Alemania en Europa, a riesgo de que los nuevos acontecimientos en el Este desviaran definitivamente la atenci¨®n alemana hacia esa regi¨®n. Maastricht sirvi¨®, adem¨¢s, para establecer los criterios necesarios para la convergencia, en t¨¦rminos de inflaci¨®n, tipos de inter¨¦s, d¨¦ficits....
Hasta el a?o 2000
P. ?Qu¨¦ pasar¨¢ si se retrasa el proceso?R. No debemos considerar estos retrasos como un fracaso. Lo importante es seguir en el camino hacia la convergencia. Las fuerzas que nos llevan hacia la integraci¨®n de Europa son muy fuertes y terminar¨¢n imponi¨¦ndose pase lo que pase. No me sorprender¨ªa que la etapa final de la uni¨®n monetaria ocurriera despu¨¦s del a?o 2000.
P. ?C¨®mo afectar¨¢n las dificultades sociales y econ¨®micas que atraviesa Alemania, la hasta ahora locomotora de la CE?
R. La participaci¨®n de Alemania es clave. No se puede concebir un mercado com¨²n sin este pa¨ªs. Las dificultades que atraviesa tras su uni¨®n con la Alemania oriental se dejar¨¢n notar por un tiempo. En cierta manera, su menor fortaleza econ¨®mica equilibrar¨¢ las fuerzas econ¨®micas de la CE. La posici¨®n alemana dominaba demasiado.
P. Pero todav¨ªa se da el caso de que Francia se ve incapacitada para bajar sus tipos de inter¨¦s porque Alemania mantiene elevados los suyos. ?Seguir¨¢n estas tensiones?
R. S¨ª. El poder de influencia de Alemania sobre la pol¨ªtica monetaria en Europa sigue siendo muy fuerte aunque cada vez es menor. Es posible que pa¨ªses como Francia, y el Reino Unido puedan reducir este a?o sus tipos de inter¨¦s sin que Alemania lo haga previamente. La situaci¨®n de inestabilidad influye en el mercado. Si, por ejemplo, el Bundesbank decidiera hoy subir los tipos de inter¨¦s no creo ni por un momento que el Banco de Inglaterra hiciera lo mismo.
P. ?Qu¨¦ probabilidades hay ,de que el Reino Unido no participe haciendo uso de su cl¨¢usula opt-out (opci¨®n de quedarse fuera)- en procesos tan importantes como la moneda com¨²n?
R. No soy lo que se llama un europe¨ªsta fan¨¢tico, pero lo que est¨¢ claro es que el opt-out fue una cl¨¢usula pol¨ªtica que utiliz¨® Major para tener el partido unido de cara a las elecciones generales. Pero no significa nada. Espa?a misma podr¨ªa decidir a ¨²ltima hora no participar en la UEM. Nadie puede obligarla.
P. ?Qui¨¦n cree que formar¨¢ parte del grupo de cabeza en el proceso de convergencia?
R. Bueno est¨¢ claro que Alemania tiene que estar porque sino no tiene ning¨²n sentido la uni¨®n monetaria. La iron¨ªa es que tal y como est¨¢ la situaci¨®n, Alemania puede que no cumpla las condiciones de convergencia en 1997. Si s¨®lo Dinamarca, Holanda, Luxemburgo y B¨¦lgica cumplen con los criterios, la UEM no significar¨¢ nada. En cualquier caso, yo creo que adem¨¢s de estos pa¨ªses Francia y el Reino Unido estar¨¢n en el grupo de cabeza. Despu¨¦s, dudo entre Italia, Espa?a o Irlanda y no s¨¦ por cu¨¢l decidirme. Italia es uno de los socios fundadores y tendr¨ªa un impacto psicol¨®gico muy negativo si no formara parte.
P. ?Ser¨¢n todos los miembros de la CE capaces de soportar los ajustes de cara a la convergencia?
R. Teniendo en cuenta que las ventajas son mayores que las desventajas, merece la pena el sacrificio para llegar a- la uni¨®n econ¨®mica y monetaria. Puede que Espa?a necesite m¨¢s tiempo. El coste de la convergencia se refleja en su creciente desempleo pero se supone que alcanzar la convergencia es doloroso. Evidentemente se puede conseguir el objetivo pero para pa¨ªses como Espa?a, Italia y el Reino Unido no resultar¨¢ f¨¢cil. Con todo, est¨¢ claro que estamos mejor dentro que fuera de la uni¨®n monetaria. Y ese ser¨¢ el factor determinante.
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