Sin rebajas
El tenor Alfredo Kraus interviene en la pol¨¦mica sobre lo deseable o no de los recitales multitudinarios de ¨®pera. Las opiniones al respecto de figuras como Jos¨¦ Carreras, Pl¨¢cido Domingo, Luciano Pavarotti o el propio Kraus revelan importantes discrepancias. Para Kraus, hay que distinguir entre vulgarizar y acercar.
Siempre que se me ha ofrecido la oportunidad de cantar para un p¨²blico masivo en recintos multitudinarios, incluso al aire libre, me he planteado una serie de cuestiones -a veces en voz alta y con representantes de los medios de comunicaci¨®n como interlocutores- que, en ocasiones, han promovido la pol¨¦mica y el intercambio de distintos puntos de vista, siempre saludable cuando se fija con rigor y seriedad.Ante este tipo de eventos, tan en boga durante los ¨²ltimos a?os y en su supuesto af¨¢n de popularizar la ¨®pera, no puedo dejar de preguntarme: ?vamos a ofrecer o elevar el nivel musical del p¨²blico o lo vamos a empobrecer? En estos recintos, lejos de las condiciones naturales -ac¨²sticas y dram¨¢ticas- para las que la ¨®pera fue concebida y con un p¨²blico menos habituado a este g¨¦nero, ?no se requiere un sobreesfuerzo por parte de los artistas y las organizaciones para darles lo mejor posible? ?No ser¨ªa lo contrario enga?ar y vulgarizar la ¨®pera? ?Debemos pagar. por ello el alto precio que supondr¨ªa renunciar a la profesionalidad y nivel art¨ªstico rebajando la calidad de nuestro trabajo?
Ya desde los primeros a?os de mi carrera he tomado parte en algunos de estos espect¨¢culos en recintos como plazas de toros, pabellones de deporte o al aire libre. No se puede decir, por tanto, que est¨¦ en contra de estos eventos como espect¨¢culos para un gran p¨²blico, pero s¨ª a su calificaci¨®n de ¨®pera con may¨²sculas, porque no lo son. Y menos pretender que con ello se popularize este g¨¦nero dado que, en dichos actos, se le desposee de sus soportes propios y naturales. Si acaso, puede aceptarse su calificaci¨®n de recitales l¨ªricos. Pero, insisto, rebajando su nivel art¨ªstico s¨®lo se conseguir¨¢ vulgarizar negativamente este g¨¦nero.
En nuestro pa¨ªs se ha vivido siempre de espaldas a la m¨²sica. Todav¨ªa, lamentablemente, no ha entrado a formar parte de la cultura general de los espa?oles a pesar de ser una actividad fundamental en la vida cultural de una naci¨®n desarrollada. No obstante, ser¨ªa injusto dejar de reconocer a los ¨²ltimos Gobiernos sus m¨¦ritos, pues nunca ha estado la cultura tan favorecida en nuestro pa¨ªs como en los ¨²ltimos a?os.
Pero en el tema concreto de la ense?anza musical hemos de reconocer, pese a las reiteradas promesas gubernamentales, que todav¨ªa estamos en mantillas; porque para que exista una cultura musical es imprescindible una educaci¨®n musical. Y en Espa?a a¨²n no disponemos de suficientes centros de ense?anza, faltan especialistas en educaci¨®n musical y medios suficientes que permitan esta imprescindible tarea. Y es imprescindible que para poder desenvolverse dignamente, alcanzar altura y tener la repercusi¨®n social que merece, la m¨²sica debe integrarse plenamente en todos los niveles de la ense?anza; desde la preescolar hasta la universitaria, pasando por la primaria y el bachillerato. Recordando mi discurso en la Universidad Complutense en El Escorial, el pasado 26 de julio, vuelvo a decir que tenemos que mejorar esta situaci¨®n, para lo cual es necesario que se tomen, decisiones de gobierno. A pesar de este panorama tan desolador, soy optimista. Debemos mirar con otros ojos el presente y, especialmente, el futuro, puesto que todo tiene arreglo si en ello se pone inter¨¦s.
Coordinaci¨®n
El camino pasa por unir y coordinar los esfuerzos desde el Ministerio de Cultura, el de Educaci¨®n y Ciencia, el Consejo Nacional de la M¨²sica y la Danza y otros organismos responsables y competentes en la materia para que la m¨²sica se integre en nuestro sistema educativo, no s¨®lo como parte fundamental e ineludible de la pedagog¨ªa, sino tambi¨¦n como una manifestaci¨®n de la capacidad creadora del ser humano.
La m¨²sica no debe ser cultivada como mero elemento ornamental, sino como elemento estructural de todo el sistema educativo.
?se, y no otro, aunque quiz¨¢ no sea tan espectacular o rentable electoral y comercialmente, es el ¨²nico m¨¦todo para conseguir que la m¨²sica se convierta en patrimonio com¨²n de todos los ciudadanos. Podemos arreglarlo con inter¨¦s y esfuerzo. El reto bien vale la pena si logramos dar la oportunidad a todos los ni?os de ser en el futuro bien m¨²sicos, bien aficionados cultos, educados y con criterios propios.
Mi actitud personal sobre tan importante asunto se basa en el profundo amor y respeto que me inspira la ¨®pera y la m¨²sica como actividad art¨ªstica, como s¨ªmbolo de la grandeza de un pueblo y una civilizaci¨®n. Por eso pienso que no es justo que se enga?e al gran p¨²blico con el pretexto de "popularizar". Porque al ofrecer la ¨®pera, a menudo por intereses de marketing-, como un producto m¨¢s de consumo masivo, imponiendo el star system y fomentando el culto a la personalidad, corremos el riesgo de perder de vista el arte, la m¨²sica y el canto.
M¨¢s que de "popularizar" mi af¨¢n consiste en culturizar y, para ello, educar, porque lo que hay que hacer es enriquecer el conocimiento del p¨²blico.
Si en un recinto multitudinario se re¨²nen los requisitos que permitan ense?ar al gran p¨²blico y ofrecer un producto de calidad para que aprendan y disfruten la m¨²sica, la ocasi¨®n debe ser aprovechada. Nada m¨¢s lejos de mi deseo que la m¨²sica sinf¨®nica u oper¨ªstica sea para ¨¦lites reducidas. Antes bien, sue?o con que la inmensa mayoria de la sociedad sean ¨¦lites musicales, que entiendan y disfruten con los espect¨¢culos de calidad. Por tanto, clasifiquemos bien y llamemos a las cosas por su nombre. ?Popularizaci¨®n o comercializaci¨®n de la ¨®pera? ?Popularizaci¨®n o vulgarizaci¨®n? ?Es preferible culturizar o popularizar? Porque, si buscando el beneficio f¨¢cil se ofrecen espect¨¢culos invocando el carisma de la ¨®pera, pero donde ¨¦sta no se presenta con todo su car¨¢cter; con sus rasgos -voces y ac¨²stica naturales (si la voz se trata electr¨®nicamente se falsea), atm¨®sfera teatral, movimientos coreogr¨¢ficos, escenograf¨ªas, etc¨¦tera- y sus circunstancias..., lo que se har¨¢ es -sencillamente-, vulgarizarla, pero nunca facilitar digna y adecuadamente el acercamiento de nuevos p¨²blicos.
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