Gran interpretaci¨®n de Michel Serrault
Al comienzo de Doctor Petiot un extra?o personaje con un malet¨ªn entra en un cine, comienza a ver un documental sobre la vida en Par¨ªs bajo la ocupaci¨®n alemana y luego, furioso, se mete en la acci¨®n de la pel¨ªcula que proyectan en torno a un, mal¨¦fico doctor. Al final, ese mismo personaje est¨¢ sentado en su butaca acabando de ver la pel¨ªcula, entran unos polic¨ªas con linternas persigui¨¦ndole y, huyendo de ellos, atraviesa la pantalla del cinemat¨®grafo y llega al otro lado, donde es detenido.Entre medias, Christian de Chalonge ha construido una visi¨®n de pesadilla del Par¨ªs de comienzos de los a?os cuarenta, cuando los alemanes, de acuerdo con el Gobierno franc¨¦s de Vichy, dominan Francia. Un claro tono expresionista, una excelente fotograf¨ªa de Patrick Blossier, donde se mezcla con habilidad el blanco y negro y el color, y la mal¨¦fica figura de un atractivo personaje, genialmente encarnado por Michel Serrault, hacen el resto.
Doctor Petiot
Director: Christian de Chalonge. Gui¨®n: Dominique Garnier, Christian de Chalonge. Fotograf¨ªa: Patrick Blossier. Int¨¦rpretes: Michel Serrault, Pierre Romans, Zbigniew Horoks, Aurore Prieto. Francia 1990. Estreno en Madrid: Ideal (versi¨®n original).
Nacido en Auxerre en 1897 y guillotinado en Par¨ªs en 1946, el m¨¦dico y asesino Petiot es, al igual que Landr¨², un claro producto de su ¨¦poca. Si Landr¨² trata de justificar sus acciones diciendo que, al igual que la diplomacia conduce a la guerra, los negocios llevan al crimen, y que si aqu¨¦lla es admitida tambi¨¦n debe aceptarse ¨¦ste. Petiot se aprovecha de la confusa situaci¨®n reinante en Francia para facilitar la huida de jud¨ªos a Buenos Aires, pero en realidad lo que hace es asesinarles en su palacete con una supuesta vacuna, quedarse con su dinero y objetos personales e incinerar sus cuerpos en una gran caldera.
Locura nocturna
Doctor Petiot parte de este personaje real y su verdadera vida, no para hacer una reconstrucci¨®n realista de la ¨¦poca y conseguir otra pel¨ªcula francesa m¨¢s sobre los duros a?os de la ocupaci¨®n alemana, sino para rodar un retrato expresionista, una especie de historia de terror, una locura nocturna donde el personaje corre sin parar de un lugar a otro realizando en un principio incomprensibles acciones.Superado este primer bloque de la historia, situado en 1942, posiblemente el mejor de la pel¨ªcula por la gran fuerza y novedad de sus im¨¢genes, se llega a un segundo bloque, ambientado en 1943, donde se introduce informaci¨®n sobre el personaje y su entorno hasta que todas las piezas encajan, con perfecci¨®n dentro de un mismo clima de pesadilla.
Doctor Petiot se cierra con un tercer bloque, que transcurre en 1944, donde la locura, el frenes¨ª y el tono expresionista se aten¨²an, pues la ocupaci¨®n. alemana ha finalizado y llega el momento del ajuste de cuentas.
El alma de este interesante relato, con una excelente ambientaci¨®n en un casi irreconocible Par¨ªs, es Michel Serrault, un actor no demasiado conocido en Espa?a, pero que es uno de los grandes del cine franc¨¦s. A medio camino entre la locura, el miedo y el rid¨ªculo, crea un magn¨ªfico personaje, que al mismo tiempo resulta atractivo y repulsivo, e incluso a veces divertido, con un sobrio empleo de sus m¨²ltiples recursos. Baste como muestra la larga escena en que, despu¨¦s de matar a una de sus v¨ªctimas, recorre enloquecido su palacete desgarrando sus abrigos, abriendo sus maletas, tirando su dinero por el aire, mientras baila un tango.
Creada con eficacia por Christian de Chalonge, es el mejor trabajo de este realizador de irregular trayectoria. Tras El salto (1967), una narraci¨®n realista sobre la emigraci¨®n clandestina de portugueses, y La alianza (1970), comedia escrita y protagonizada por Jean-Claude Carri¨¨re, permanece ocho a?os apartado de la direcci¨®n. Luego hace trilog¨ªa El dinero de los dem¨¢s (1978), Malevil (1980) y Les cuaranti¨¨mes rugissant (1982).
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