"Presidente, d¨¦me algo"
Los habitantes de Potos¨ª avasallan con peticiones de ayuda a Felipe Gonz¨¢lez
, Acaso alg¨²n despistado se haya quedado sin pedirle nada, pero gran parte de los habitantes de la antigua villa imperial de Potos¨ª, cuyas minas inundaron de plata al Imperio espa?ol, no desperdiciaron la ocasi¨®n y formularon un rosario de solicitudes de toda ¨ªndole al presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez. Junto con el jefe de Estado boliviano, Jaime Paz, Gonz¨¢lez recorri¨® el mi¨¦rcoles esta ciudad patrimonio universal de la humanidad. La visita de Gonz¨¢lez parec¨ªa una reedici¨®n en tierras bolivianas de la pel¨ªcula Bienvenido, m¨ªster Marshall.
"Acepto la comparaci¨®n cinematogr¨¢fica", comentaba Jos¨¦ Pons, director del Departamento Internacional de La Moncloa, "pero hay una diferencia funda mental: aqu¨ª los espa?oles no pasamos de largo, sino que nos quedamos y ayudamos con dinero".Gil Villeg¨¢s, presidente del Consejo Municipal de Potos¨ª, adelant¨® en su alocuci¨®n de bien venida en el aeropuerto el ambiente que reinaba en la ciudad. "Todo lo que Potos¨ª ha recibido", recalc¨®, "es poco frente a la riqueza que entreg¨® a Espa?a y al mundo entero", y a rengl¨®n seguido pidi¨® a Gonz¨¢lez apoyo espa?ol para la construcci¨®n de dos nuevas carreteras que rompan el aislamiento de esta ciudad, que no cuenta con ninguna carretera asfaltada ni aeropuerto comercial.
Tras resaltar "la aportaci¨®n del Cerro Rico [la monta?a de 4.800 metros que esconde la plata] l desarrollo de Espa?a y de Europa", el alcalde, Sergio Barrientos, tampoco se qued¨® manco y solicit¨® al "ilustre hu¨¦sped" espa?ol ayuda para que las aguas del r¨ªo San Juan puedan ser utilizadas como agua corriente.
Al llegar a Potos¨ª, la avalancha de peticiones se dispar¨®. Los 110.000 habitantes de esta ciudad, que en sus a?os de esplendor llegaron a ser 160.000 convirti¨¦ndola en una de las aglomeraciones m¨¢s grandes del mundo, se hab¨ªan echado a la calle. En primera fila estaban los ni?os uniformados de los colegios agitando banderas espa?olas y con pancartas que rezaban: "Gracias, se?or presidente, por el desayuno escolar".
"Los ni?os necesitamos la leche", recordaban otras pancartas que se hac¨ªan eco del temor de que Espa?a suspenda en julio los 31.000 desayunos diarios a base de leche y galletas que suministra a alumnos de colegios de Potos¨ª y sus alrededores.
Mineros
Despu¨¦s, cuando Gonz¨¢lez subi¨® al Cerro Chico, un rellano situado a 4.500 metros de altura en el camino que conduce a la cima del Cerro Rico, les toc¨® el turno de expresar sus peticiones a los sindicatos de mineros. Lo hicieron, sin embargo, con tanta discreci¨®n -entregaron un pliego al presidente- que no se supo su contenido. M¨¢s tarde fueron incluso espont¨¢neos los que se le acercaron para pedirle que les echara una mano. Con una paciencia de santo, Gonz¨¢lez contest¨® a todos.La avalancha de peticiones no alter¨®, en absoluto, el buen humor del jefe del Gobierno. Vestido con un pantal¨®n blanco y una chaqueta de ante beige, Gonz¨¢lez mostr¨® en Bolivia su rostro humano, sumergi¨¦ndose en ba?os de multitud, abraz¨¢ndose con mineros cubiertos de polvo y saludando sonriente a la prensa con la mano cuando su veh¨ªculo todoterreno adelantaba en la pista de tierra al de los periodistas. Tambi¨¦n se par¨® a acariciar a los ni?os y a bromear con unas bailarinas adolescentes ligeramente vestidas. "No entiendo c¨®mo Pod¨¦is estar as¨ª con el fr¨ªo que hace en esta tierra", les dec¨ªa toc¨¢ndoles las manos heladas en la puerta de la Casa de la Moneda.
Despu¨¦s busc¨® a Povedano, su fot¨®grafo oficial, para que le retratase junto con un grupo de espa?oles residentes en Potos¨ª, y les prometi¨®: "Os har¨¦ llegar la foto a trav¨¦s de la Embajada".
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