El gasto p¨²blico central crecer¨¢ en torno a un 12% en 1993, cuatro puntos m¨¢s que la econom¨ªa
Las primeras discusiones para la elaboraci¨®n del presupuesto de 1993 ya han comenzado entre los distintos ministerios, bajo la batuta de Hacienda. En un primer esbozo, el departamento de Carlos Solchaga plantea un incremento del gasto p¨²blico para las Administraciones centrales -Estado, Seguridad Social y organismos aut¨®nomos- en torno al 12%, es decir, cuatro puntos m¨¢s que el crecimiento nominal previsto de la econom¨ªa (8%). En su propuesta, Hacienda establece tres niveles de prioridades, que coinciden b¨¢sicamente con las del presupuesto del pasado a?o. Dentro de ellas, destacan los recursos destinados al desempleo y otras prestaciones sociales que crecer¨¢n alrededor de un 27%.
De momento, se han celebrado ya dos reuniones interministeriales para analizar las grandes l¨ªneas del presupuesto de las Administraciones centrales para 1993, es decir, de todo el sector p¨²blico sin contar los ayuntamientos y las comunidades aut¨®nomas. El debate se centra en el gasto p¨²blico, ya que sobre las grandes l¨ªneas que propone Hacienda, los ministerios hacen sus propuestas m¨¢s o menos ajustadas. Los ingresos se suelen cuadrar al final, es decir, cuando se tiene fijado el "objetivo pol¨ªtico" de d¨¦ficit p¨²blico.Las l¨ªneas maestras del presupuesto y del cuadro macroecon¨®mico ya est¨¢n fijadas en el plan de convergencia con la CE, pero de hecho existen variaciones. As¨ª, en el programa figura un incremento del gasto p¨²blico central del 10%, pero Hacienda baraja un 12%, cuatro puntos m¨¢s que el crecimiento nominal de la econom¨ªa (8%). El motivo es que para 1992 se esperan unos menores ingresos de 200.000 millones respecto de lo presupuestado y algunos gastos -sanidad y desempleo, sobre todo- ya van por encima de lo previsto.
Lo m¨¢s probable es que el peso de la deuda arrastrada por estos dos conceptos se desplace hacia los a?os siguientes en mayor cuant¨ªa de la estimada cuando se elabor¨® el plan de convergencia. Sobre todo si el d¨¦ficit p¨²blico no corrige su tendencia actual que, hasta el mes de mayo, registra un incremento en tomo al 50%.
La anunciada subida de las retenciones del trabajo en el impuesto sobre la renta salvar¨ªa s¨®lo una parte del problema, ya que se pueden ingresar unos 100.000 millones de pesetas m¨¢s si la decisi¨®n se adopta de forma inmediata, aunque s¨®lo servir¨ªa para contrarrestar parte de la ca¨ªda prevista en el impuesto de sociedades. Adem¨¢s, a¨²n no se han contabilizado unos 400.000 millones en intereses de la deuda adelantados por el Banco de Espa?a al Tesoro.
Hacienda vuelve a perseguir, en cualquier caso, que el presupuesto del 93 sea lo m¨¢s realista posible. Las consecuencias de previsiones muy superadas por la realidad y del no reconocimiento a tiempo de desviaciones como las del Inem y la sanidad, tardar¨¢n varios a?os en superarse y ahora, por lo menos, no se quieren ocultar los problemas.
De hecho, tal y como est¨¢ estructurado el presupuesto de gastos e ingresos, existe un estrecho margen de maniobra que ofrece pocas variaciones respecto a presupuestos pasados. La propuesta de Hacienda a los dem¨¢s ministerios establece tres niveles de prioridades. En el primero, se sit¨²an las denominadas "pol¨ªticas ineludibles", como son el gasto en desempleo y otras prestaciones sociales, para lo que se prev¨¦ un crecimiento del 27%.
Dentro de este primer grupo de prioridades est¨¢n tambi¨¦n los intereses de la deuda p¨²blica (16% de aumento), las transferencias brutas a la CE (17%), las clases pasivas o pensiones de los funcionarios (8%) y las transferencias a las comunidades aut¨®nomas y los ayuntamientos (8%).
El segundo conjunto de prioridades lo forman la sanidad (17%), justicia (9%), educaci¨®n (9%) e infraestructuras (9%). El resto de los programas de gasto crecen en tomo a un 5%, es decir, por debajo del crecimiento econ¨®mico nominal esperado, con especial incidencia en defensa.
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