1993: presos a pan y agua
Las deudas, superiores a los 12.000 millones de pesetas, se comen el presupuesto del a?o pr¨®ximo para suministros y reparaciones en las c¨¢rceles
Los presupuestos no son la especialidad de la Secretar¨ªa General de Asuntos Penitenciarios. Si s¨®lo un a?o despu¨¦s de aprobarse el plan de c¨¢rceles -con un gasto previsto de 130.000 millones de pesetas y 20 nuevas prisiones- ha tenido que ampliar el presupuesto en 30.000 millones y ha perdido ya dos de las 20 c¨¢rceles previstas, ahora se sabe que est¨¢ acumulando una deuda en mantenimiento de prisiones y suministros que supondr¨¢ 12.051 millones a fines de 1992. Esto significa que para pagar la deuda adquirida tendr¨ªa que reducir pr¨¢cticamente a cero las reparaciones y los suministros de electricidad, combustible, agua, hospitales o alimentos en 1993 en las c¨¢rceles espa?olas.
Sin embargo, no puede decirse que estas cifras sean una sorpresa. Si el d¨¦ficit en el gasto en el cap¨ªtulo de suministros y mantenimiento a finales de 1992 ser¨¢ de 4.600 millones de pesetas, el de 1991 era ya de 4.372 millones y el de 1990, de 3.079 millones. Lo que da la cifra de 12.051 millones de pesetas. Estas cifras repercuten en uno de los cap¨ªtulos que m¨¢s han crecido proporcionalmente en los presupuestos de Asuntos Penitenciarios en los ¨²ltimos a?os. Cuando lleg¨® Antoni Asunci¨®n a dirigir ese departamento se encontr¨® que el presupuesto en este cap¨ªtulo en 1987 era de 4.500 millones de pesetas. Cinco a?os despu¨¦s, el presupuesto alcanzaba ya los 12.300 millones. Para intentar salir de esta situaci¨®n, Asunci¨®n pidi¨® el pasado mes de febrero un cr¨¦dito extraordinario de 12.100 millones de pesetas al Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda, que le ha sido denegado.Para justificar este cr¨¦dito, Asuntos Penitenciarios alud¨ªa a la diferencia entre los costes y el dinero presupuestado. As¨ª, por ejemplo, los gastos previstos de medicina, 534 millones de pesetas, supondr¨¢n en realidad 1.370 millones; gastos y proyectos con 888 millones de pesetas previstos supondr¨¢n en realidad 1.952 millones y la reparaci¨®n y mantenimiento de los 74 centros penitenciarios supondr¨¢n 1.460 millones frente a los 465 previstos.
Una parte importante del presupuesto de medicina est¨¢ destinado a los enfermos de sida. Un 20% de la poblaci¨®n reclusa espa?ola, alrededor de 34.000 personas, est¨¢ infectada con el virus del sida (VIH) y 1.333 presos necesitan tratamiento especial. El gasto por enfermo y a?o es de 800.000 pesetas, lo que supodr¨¢ s¨®lo en este cap¨ªtulo 1.000 millones de pesetas.
Resulta por lo menos extra?a esa previsi¨®n de 534 millones de pesetas, cuando s¨®lo el tratamiento especial duplica pr¨¢cticamente esa cifra. Adem¨¢s hay que incluir que al menos un 41 % de los reclusos est¨¢n infectados de hepatitis B y un 3,3% padecen s¨ªfilis. Por otra parte, la cifra de un 20% de infectados por VIH es inferior a la de a?os atr¨¢s: 24,2% en 1990 y 28,4% en 1989, con lo que dif¨ªcilmente puede achacarse a un incremento inesperado de la enfermedad. El retroceso de esta enfermedad, as¨ª como de la hepatitis, se debe en un porcentaje importante a que muchos drogadictos han optado por el consumo de drogas por v¨ªa nasal (esnifada) o fumada por miedo al contagio.
La pr¨¢ctica seguida con los centros penitenciarios en los ¨²ltimos anos y que ha llevado a la acumulaci¨®n de deuda ha sido realizar "la compra de los bienes y servicios necesarios" al margen de lo presupuestado, deslizando la deuda a los a?os siguientes. Esta f¨®rmula ha llevado a deudas cada vez mayores y a la explosiva situaci¨®n actual., que puede suponer el ahogo del sistema financiero cuando los gastos necesarios para mantener las c¨¢rceles ya no puedan realizarse.
De momento, seg¨²n reconoce Asuntos Penitenciarios en su petici¨®n de dinero al Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda, "la situaci¨®n de endeudamiento encubierto determinar¨¢ que la deuda acumulada a final de 1992 equivalga pr¨¢cticamente a los cr¨¦ditos para l993".
Farmacias militares
En algunos casos, esta situaci¨®n ha llevado ya a que proveedores habituales no puedan mantener el cr¨¦dito y hayan dejado de aprovisionar a las c¨¢rceles. Entre ¨¦stos se encuentran las farmacias militares.
Esta situaci¨®n de quiebra no parece haber ablandado al Ministerio de Econom¨ªa, que contest¨® a la petici¨®n de Antoni Asunci¨®n con una oferta de 657 millones de pesetas y un consejo.
Econom¨ªa parece haber descubierto que el importante presupuesto del plan de c¨¢rceles (160.000 millones de pesetas) pueden dar cobijo a muchas cosas m¨¢s, y no ha dudado en aconsejar a Antoni Asunci¨®n que trasvase a la empresa estatal que debe construir las nuevas prisiones parte de los 4.600 millones del d¨¦ficit que espera para este a?o.
Tampoco parece haber impresionado a Econom¨ªa otro de los argumentos utilizados desde Asuntos Penitenciarios, como es el "grave quebrantamiento econ¨®mico de la generalidad de los acreedores (en dos terceras partes, peque?as empresas y econom¨ªas familiares) ante el impago de sus deudas, sin cobertura financiera".
La deuda actual con peque?as empresas, reparaciones, vestuario, alimentos o material did¨¢ctico y educativo alcanza los 4.759 millones de pesetas.
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