La unidad de Europa

El ministro de Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, me parece que no tiene las ideas claras, al igual que la mayor¨ªa de sus colegas, respecto a c¨®mo debe ser y hacer un pol¨ªtico al servicio de la comunidad. Viene a cuento esto por sus declaraciones p¨²blicas en las que dice que est¨¢ convencido de que no es necesario convocar a los espa?oles a un refer¨¦ndum para modificar la Constituci¨®n y ratificar el Tratado de Maastricht. Tambi¨¦n estaban convencidos los pol¨ªticos daneses respecto al resutado del refer¨¦ndum y les sali¨® el tiro por la culata.La diferencia entre el pueblo soberano y quienes est¨¢n al servicio del mismo, en principio, es que unos pagan y los otros cobran por su trabajo. Por ello, esa diferencia y los l¨ªmites del que cobra se fundamentan en principios no escritos y no racionales que delimita la propia ¨¦tica, y para comprenderlo inciden factores de educaci¨®n, cultura, moral, etc¨¦tera. Otra diferencia la tenemos en que el pueblo tiene el derecho a equivocarse, privilegio del que carece el pol¨ªtico, puesto que cobra por su cometido y la consecuencia... El futuro de una comunidad no puede depender de los profesionales de la pol¨ªtica, ello prostituye la esencia del derecho y la democracia; la historia de Espa?a es un ejemplo de esa prostituci¨®n y las consecuencias de c¨®mo hemos llegado hasta nuestros d¨ªas. La Constituci¨®n, el Tratado de Maastricht y otros de tal importancia son cuestiones que sobrepasan los l¨ªmites de decisi¨®n de los profesionales de la pol¨ªtica, y como afectan al futuro del pueblo soberano, es ¨¦ste, el pueblo, quien debe decidir lo m¨¢s conveniente o equivocarse si ello es posible. No comprenderlo es autoexcluirse

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para ejercer cualquier responsabilidad p¨²blica al servicio y pagado por la comunidad. La democracia tiene virtudes y defectos, pero es peor todo lo dem¨¢s.-