El Supremo de EE UU abre la v¨ªa para que las v¨ªctimas del tabaco demanden a las compa?¨ªas
El Tribunal Supremo de Estados Unidos, en un decisi¨®n hist¨®rica, abri¨® ayer el camino para que las v¨ªctimas de c¨¢ncer que demuestren que su enfermedad fue causada por el tabaco puedan demandar a las poderosas compa?¨ªas tabaqueras, que tendr¨¢n que emplear miles de millones de d¨®lares para protegerse. El m¨¢ximo tribunal norteamericano decidi¨® que la advertencia sobre los riesgos del tabaco que aparecen en todos los paquetes de cigarrillos que se venden en EE UU no exime a las compa?¨ªas de la obligaci¨®n de responder ante los tribunales por los da?os que pueda provocar el tabaco.
La decisi¨®n del Tribunal Supremo quiere decir que los 50 casos presentados actualmente ante la Justicia en todo el pa¨ªs contra distintas empresas de tabaco por parte de familiares de muertos de c¨¢ncer cuentan ya con posibilidades de ¨¦xito, lo que obligar¨ªa a las compa?¨ªas a pagar indemnizaciones multimillonarias.La decisi¨®n del Tribunal Supremo no supone la condena inmediata de las compa?¨ªas. Los afectados o sus familiares tendr¨¢n que afrontar duras batallas ante los tribunales para demostrar que fue el uso de determinada marca de cigarrillos durante determinado tiempo lo que caus¨® su enfermedad o su muerte.
Pero lo que s¨ª ha ocurrido es que el Tribunal Supremo le quita a las empresas el paraguas que las proteg¨ªa hasta ahora; es decir, que la ley de 1965 sobre advertencias en las cajetillas y sobre publicidad de sustancias peligrosas no es una protecci¨®n contra los recursos judiciales.
Uno de los nueve miembros del Tribunal Supremo, el juez Paul Stevens, el que se opuso con mayor ¨¦nfasis a la reciente decisi¨®n favorable al secuestro en otros pa¨ªses de fugitivos de la justicia norteamericana, explic¨® que el m¨¢ximo tribunal no pretende culpar a las compa?¨ªas tabaqueras de publicidad fraudulenta, sino abrir la posibilidad de que tengan que responder ante los tribunales por los da?os que causa su producto. En contra de la decisi¨®n del tribunal se pronunciaron dos de sus miembros, Antonin Scalia y el famoso juez Clarence Thomas, ambos fumadores.
Revoluci¨®n en la industria
Esta decisi¨®n puede suponer una verdadera revoluci¨®n en esta industria, que en su d¨ªa fue una de las m¨¢s poderosas de Estados Unidos. La medida no s¨®lo da la raz¨®n al medio centenar de casos a los que la ley de 1965 cerraba el camino de los tribunales, sino que abre las puertas para que cualquier enfermo de c¨¢ncer de garganta o de pulm¨®n, o los afectados por enfermedades coronarlas o de: cualquier otro tipo que pudieran estar vinculadas al tabaco pidan indemnizaciones.
En Estados Unidos mueren cada a?o 400.000 personas por enfermedades que pudieran estar relacionadas con el consumo de cigarrillos.
Eso supondr¨¢ un enorme: gasto para las empresas que: pierdan los casos que se les planteen y una enorme inversi¨®n en abogados y otros sistemas de protecci¨®n contra los peligros de demandas.
Este nuevo desaf¨ªo coincide con un momento de dificultades econ¨®micas para las empresas de tabaco, algunas de las cuales est¨¢n empezando a derivar su negocio hacia el terreno de la alimentaci¨®n.
Adem¨¢s de los abogados, los grandes beneficiados por la decisi¨®n del Tribunal Supremo, que act¨²a en Estados Unidos con poderes similares a los de un tribunal constitucional, son las organizaciones anti-tabaco, que ganan una nueva batalla en su guerra contra el viejo vicio de fumar.
Hasta ahora, las compa?¨ªas de tabaco, protegidas por la ley de 1965, s¨®lo hab¨ªan perdido un caso ante los tribunales sobre su responsabilidad en la muerte de un fumador. Se trata del que plante¨® en 1988 la familia de Rose Cipollone, que muri¨® de c¨¢ncer despu¨¦s de haber consumido cigarrillos durante 40 a?os.
Culpa de la v¨ªctima
La compa?¨ªa Liggett Group Inc. s¨®lo tuvo que pagar entonces la cantidad de 400.000 d¨®lares (40 millones de pesetas) porque el tribunal consider¨® que el 80% de la culpa era de la propia v¨ªctima, que conoc¨ªa los peligros del tabaco. Otras dos empresas acusadas en aquel caso, entre ellas la poderosa Philip Morris, que produce los cigarrillos Marlboro, fueron absueltas.
Para las empresas, esta decisi¨®n supone un rev¨¦s tan serio que puede poner en peligro incluso su actividad en Estados Unidos.
Fuentes de Philip Morris comentaron que present¨ªan desde hace tiempo las enormes dificultades del mercado norteamericano y est¨¢n buscando nuevos mercados en el exterior, principalmente en Rusia y otros antiguos pa¨ªses comunistas.
Hace a?os que fumar ha dejado de estar de moda en Estados Unidos, donde cada a?o se aplican medidas m¨¢s severas para separar en los lugares p¨²blicos a los fumadores, pero la decisi¨®n tomada ahora por el Tribunal Supremo puede ser tal vez el golpe de gracia contra un vicio precisamente impuesto por este pa¨ªs.
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