El juicio de Baldo abre el camino de Pakito y la c¨²pula de ETA hacia el banquillo

El camino hacia el banquillo de Francisco M¨²gica Garmendia, Pakito, est¨¢ expedito. Los magistrados franceses dictar¨¢n el pr¨®ximo 10 de julio la sentencia contra los 22 presuntos dirigentes y colaboradores de ETA enjuiciados las tres ¨²ltimas semanas en Par¨ªs. Tras la previsible condena de Jos¨¦ Javier Zabaleta, Baldo; Jes¨²s Arkauz, Josu de Mondrag¨®n, Miguel Zarrabe y sus compa?eros y c¨®mplices, ser¨¢ el turno de quien, a medida que iban cayendo sus sucesivos "n¨²mero dos", acumulaba m¨¢s poder y capacidad de control hasta quedarse casi s¨®lo en el mando. La condena de Pakito equivaldr¨¢ a retrasar la extradici¨®n a Espa?a del m¨¢ximo dirigente etarra hasta el a?o 2000.

La ca¨ªda de Pakito el 29 de marzo en Bidart es consecuencia del encarcelamiento previo de todos sus lugartenientes: Josu Ternera, Santi Potros, Carmen Guisasola, Baldo y finalmente Josu de Mondrag¨®n. Documentos en poder de la Justicia francesa confirman que M¨²gica Garmendia, ante la eficacia policial cada vez mayor, reaccionaba aumentando su poder personal y se aislaba cada vez m¨¢s para tratar de preservar su seguridad.Tras la detenci¨®n de Baldo, Pakito escribe a Josu de Mondrag¨®n. El tono de sus cartas, incorporadas al sumario cuya vista oral acaba de terminar, es conminatorio y autoritario. M¨²gica Garmendia controla para entonces las finanzas, hasta el m¨¢s ¨ªnfimo de los detalles, y toda la actividad de los "comandos" operativos, es decir, los recursos del poder real de la organizaci¨®n terrorista junto con las armas y los explosivos.

Pakito exige cuentas del dinero que ¨¦l mismo entrega para los comandos, para pagar pisos en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s o para los viajes. Una carta, por ejemplo, considera excesivo un gasto de 10.000 pesetas para cada viaje de un agente de enlace desde el norte del Pa¨ªs Vasco a San Sebasti¨¢n.

A¨²n m¨¢s revelador es el papel que M¨²gica Garmendia se reserva desde la detenci¨®n de Baldo el 23 de septiembre de 1990, en Biarritz, al salir de casa de su encubridora Lucie Hitta. Pakito escribe a Arkauz para comunicarle: "A partir de ahora ser¨¦ yo quien escriba a los K ¨¢comandos¨¦ y te enviar¨¦ las cartas para que las entregues a los enlaces y ¨¦stos a los comandos".

polic¨ªa francesa

Esta pr¨¢ctica continu¨® hasta comienzos del presente a?o, seg¨²n revel¨¦ la correspondencia del jefe del comando itinerante, Jos¨¦ Luis Urrusolo Sistiaga. En otro texto a Arkauz, M¨²gica Garmendia le advierte que no habr¨¢ nuevas incorporaciones a la direcci¨®n y que ser¨¢n ambos los encargados del mando sobre los grupos ejecutores de los atentados terroristas.La actividad de la polic¨ªa francesa, dirigida en los ¨²ltimos cuatro a?os contra los lugartenientes de Pakito y contra la red log¨ªstica que les amparaba en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s, demostr¨® tener su l¨®gica. Los Josu Ternera, Santi Potros o Baldo eran m¨¢s f¨¢ciles de encontrar porque deb¨ªan moverse y mantener contactos para hacer funcionar la maquinaria de ETA.

La polic¨ªa confiaba en que el n¨²mero dos" de turno llevara a la c¨²pula, como as¨ª fue al final. La investigaci¨®n sobre los c¨®mplices, parte sentados en el banquillo junto a Baldo, permit¨ªa apartar algunos ¨¢rboles para llegar mejor al bosque.

Lo que nadie hab¨ªa calculado es que el papel de segundo de turno fuera desempe?ado por Jos¨¦ Luis Alvarez Santacristina, Txelis, el becario de la Sorbona e ideol¨®go de la organizaci¨®n terrorista. Su localizaci¨®n por la Guardia Civil en la costa vasco francesa a finales de 1991 acab¨® llevando hasta el colectivo Artapalo en pleno, incluidos Pakito y Jos¨¦ Mar¨ªa Arregui Erostarbe, Fitti, el especialista en explosivos.

La fiscal Irene Stoller ha pedido en total m¨¢s de 68 a?os de prisi¨®n para los 22 procesados, as¨ª como medidas de expulsi¨®n para los tres principales y para dos mujeres de ciudadan¨ªa espa?ola, Mercedes Urresti Motrico y Julia Aldasoro, acusadas de formar parte de la infraestructura al servicio de la direcci¨®n y los "comandos".

Si Baldo, Mondrag¨®n y Zarrabe son condenados a la m¨¢xima pena posible por los delitos que se les imputan, es decir, asociaci¨®n de malhechores y tenencia il¨ªcita de armas, cumplir¨¢n previsiblemente algo m¨¢s de seis anos antes de poder ser extraditados a Espa?a.

Extradiciones

Pakito, Txclis y Fitti pueden verse en muy pocos meses ocupando el lugar de Baldo, esposados y fianqueados de gendarmes en el estrado de seguridad acristalado del Palacio de Justicia de la capital francesa. Zabaleta El¨®segui hubiera sido juzgado muy pocos meses despu¨¦s de su detenci¨®n en septiembre de 1990, de no haber sido por la recusaci¨®n de su abogada, Christianne Fando, reci¨¦n arrojada a las tinieblas del "liquidacionismo" por la c¨²pula de la organizaci¨®n terrorista ETA.Si los tres integrantes del colectivo Artapalo que fueron detenidos en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s se confiesan miembros de la organizaci¨®n terrorista, como ha hecho Baldo y es probable tambi¨¦n en su caso, no podr¨¢n ser extraditados hasta las v¨ªsperas del a?o 2000.