Qu¨¦ l¨¢stima de espada
Ortega Cano sali¨® a hombros, estuvo cumplidor toda la tarde y templadito en el toro de su triunfo. Pero quien tore¨®, dominador, serio y natural, fue Enrique Ponce. Aunque sigue. fatal con la espada. Una l¨¢stima, porque es un torero para recrearse vi¨¦ndole en la plaza.Ortega Cano se dobl¨® bien con su primero, un toro codicioso y noble, y le hizo un toreo variado, ci?¨¦ndose m¨¢s con la derecha que al natural. No logr¨® acoplarse con el encastado quinto y s¨®lo en los pases de pecho consigui¨® el benepl¨¢cito del p¨²blico.
Enrique Ponce se cruza, templa y tiene naturalidad y elegancia. Y domina y obliga. Pero a la hora de matar le fallan el tino y la decisi¨®n. Despu¨¦s de una buena faena al tercero, perfilado ante el morrillo del toro, el codo ya indicaba que iba a echarse fuera.
Toril / Ni?o de la Capea, Ortega, Ponce
Cinco toros de El Toril (uno rechazado en el reconocimiento), terciados; 1? anovillado y sospechoso de pitones. 4? de Mart¨ªn Pe?ato, manso. Ni?o de la Capea: pinchazo hondo y descabello (oreja); pinchazo y estocada ca¨ªda (palmas). Ortega Cano: estocada desprendida (dos orejas); media tendida y siete descabellos; dos avisos (silencio); sali¨® a hombros. Enrique Ponce: dos pinchazos, metisaca bajo, espadazo delantero -aviso- y descabello (ovaci¨®n); bajonazo (oreja). Plaza de Segovia, 28 de junio. Primera corrida de feria. Lleno.
En su primero, Ponce sali¨® con magisterio y poder, hasta los medios. Faena larga, buena colocaci¨®n y mejor toreo en redondo. Una vez con la espada de verdad en la mano, volvi¨® para torear al natural, y subi¨® el list¨®n poncista. Los ayudados por bajo y las firmas, fueron muy bonitos. En el sexto, Ponce estuvo inteligente y templ¨®. Al final de cada tanda ten¨ªa que sacar al toro de chiqueros, lo que hac¨ªa con trincherillas o pases cambiados muy oportunos.
Nifio de la Capea, en el primero, noble y de pobres pitones, tore¨® por ambos lados despacio, sin obligar su c¨¢ndida embestida. Con el manso de Mart¨ªn Pe?ato porfi¨® sin excesiva fortuna.
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