"Abandonada como un perro"
El caso de Lorenza, una anciana a quien su hija dej¨® en el hospital con un tel¨¦fono falso
Lorenza, una anciana que sufre demencia senil, ha sido hospitalizada a la fuerza. Su hija la llev¨® el viernes a las urgencias del Ram¨®n y Cajal, la misma tarde que miles de madrile?os emprend¨ªan sus vacaciones, y se march¨® tras facilitar un domicilio y un tel¨¦fono falsos. "La han abandonado como si fuera un perro", comenta un sanitario. El hospital le ha buscado un hueco y una cama en el ¨¢rea de urgencias. Y ha denunciado su abandono en el juzgado de guardia.
"No la podemos dejar en la calle: ni siquiera puede hablar; donde debe estar es en casa con su familia", coment¨®, impotente, el empleado del hospital.En el Ram¨®n y Cajal, y en todos los hospitales, est¨¢n acostumbrados a abandonos similares, sobre todo las v¨ªsperas de las vacaciones. "Los dejan aqu¨ª, se van y, al cabo del tiempo, suelen llamar y preguntan c¨®mo se encuentra. Algunos se enfadan cuando se les dice que ha sido traslados a tal o cual residencia".
?Y qu¨¦ hace all¨ª..."
Los m¨¦dicos no saben qu¨¦ hacer ahora con Lorenza. Cuando informaron a su hija de que las pejiguer¨ªas de su madre eran las propias de la vejez, ella repuso con exigencia, antes de desaparecer: "Est¨¢ enferma, y tiene que quedarse aqu¨ª".
Desde el viernes, ni la hija que la llev¨® a las urgencias ni ning¨²n otro familiar han dado se?ales de vida. Ni nadie ha atendido, desde entonces, las reiteradas llamadas de la megafon¨ªa del hospital advirtiendo que se le iba a dar el alta m¨¦dica. "Su patolog¨ªa no requiere estar internada. Con un tratamiento puede estar perfectamente en casa".
"No dice nada"
Las explicaciones de Teresa, asistente social del hospital Ram¨®n y Cajal, no satisficieron a la hija. Y en un descuido se march¨®. Nadie ha vuelto a verla; tampoco su propia madre, que pasa los 85 a?os, y que "no habla ni dice nada".
"He llamado a muchos albergues de ancianos, pero est¨¢n todos ocupados", comenta con impotencia Teresa, asistenta social.
La forzosa hospitalizaci¨®n de Lorenza ha acabado en el juzgado. Los infructuosos intentos de Teresa para localizar a sus familiares han resultado est¨¦riles. "La misma tarde en que huy¨® la hija, llam¨¦ al tel¨¦fono que hab¨ªa facilitado. En un principio, nadie lo cog¨ªa. Al rato contest¨® un se?or que dijo que no conoc¨ªa a Lorenza. Se ofreci¨® incluso a hacer algunas gestiones por el barrio, pero tambi¨¦n sin fruto". "No sabemos si se ha ido de vacaciones o ... ; lo cierto es que a la anciana la tenemos recogida aqu¨ª. Y tratamos de atenderla lo mejor que podemos".
El Ram¨®n y Cajal, como el resto de los hospitales madrile?os, est¨¢ bajo m¨ªnimos en camas y en personal por las vacaciones. De ah¨ª la imposibilidad de facilitarle una habitaci¨®n para ella sola, y menos si no se trata de un caso cl¨ªnico, sino social.
Hasta el fin de semana, nadie hab¨ªa telefoneado para interesarse por ella. Si hoy no ha dado se?ales de vida ning¨²n familiar, el hospital buscar¨¢ un plaza en alguna residencia de ancianos de la Comunidad, siempre con el visto bueno del juez.
Son decenas los casos similares que se dan en Madrid durante el verano.
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