Supermercado de copas
Empresarios de bares nocturnos montan un recinto con 12 barras en Arganzuela
A partir de esta noche, la antigua f¨¢brica de cervezas El ?guila -calle del General Lacy, esquina a Ram¨ªrez de Prado- se convierte en un recinto para el ocio. Adem¨¢s de 12 barras de bar, de proyecciones de cine, zona de discoteca, pintura y escultura y algo de comer, se ofrecer¨¢ all¨ª m¨²sica en directo, con un precio ¨²nico de entrada, consumici¨®n incluida, de 600 pesetas (tambi¨¦n en las noches de conciertos). Los responsables calculan una capacidad de 5.000 personas entrando y saliendo -si no lo impiden los consabidos vigilantes de la puerta- en una extensi¨®n de 20.000 metros cuadrados.
Hace casi un siglo, los trenes acced¨ªan hasta el interior y descargaban all¨ª los materiales que luego ser¨ªan la bebida rubia y veraniega por excelencia, la cerveza. De lo pasado quedan como testigos mudos un ¨¢guila de piedra que preside la entrada y los ra¨ªles de aquel tren, incrustados para siempre en los adoquines, am¨¦n del enorme edificio de ladrillo que desde hace dos d¨¦cadas ha servido como decorado para medio centenar de pel¨ªculas: desde Yo soy ¨¦sa hasta Carmen, o El sue?o del mono loco, de Fernando Trueba, que encontr¨® all¨ª una sala alicatada en verde morgue para sus pat¨¦ticas escenas.A nadie le pareci¨® una locura la idea de Cris Lozano, propietario de la discoteca Archy de Madrid y promotor de este asunto. La fascinaci¨®n de una primera ojeada dej¨® paso a la experiencia del hostelero e inmediatamente a la idea de aprovechar ese incre¨ªble espacio para el Madrid m¨¢s bullidor, en crisis a la fuerza. Lejos de escandalizarse, los directivos de El ?guila -algunos comenzaron all¨ª como botones- juzgaron la idea y dieron el excelente por sentencia. No estaba mal como regalo a la ciudad de Madrid servir la misma cerveza que all¨ª se fabric¨® durante tantos a?os. "Lo propuse de forma casual hace un par de meses, y aqu¨ª estamos", cuenta Cris Lozano.
M¨¢s esfuerzo que inversi¨®n
El equipo se puso a trabajar aprovechando una cesi¨®n casi de balde a cambio de promoci¨®n, publicidad y presencia. "Con m¨¢s esfuerzo que inversi¨®n, la verdad", dicen los promotores. "Eso s¨ª, hemos renovado toda la instalaci¨®n el¨¦ctrica, los sistemas de seguridad, y hemos comprado el equipo de sonido. Hemos querido contar con los nombres que mueven gente en Madrid. Habr¨¢ mezcla de ambientes, pero cada cual encontrar¨¢ el suyo".
Los expertos en cin¨¦tica nocturna madrile?a respirar¨¢n. con la apertura de un recinto a salvo de las garras del concejal ?ngel Matanzo (que ha perseguido a muchos locales del distrito Centro, cuya junta municipal preside).
"Por parte de la junta de distrito [Arganzuela] todo han sido facilidades", explica Lozano.
Y al p¨²blico m¨¢s in -el, que entra en Archy si al vigilante de la puerta le parece bien- le tocar¨¢ bailar al son de otros compases; igual que los m¨¢s rudos tendr¨¢n que codearse con la blonda y el boato.
La ley de la calle
"Este sitio es la calle", comenta Santi Morales, quien, junto a ?lvaro Ruiz y el equipo del bar Rev¨®lver Club, programa los conciertos en directo. Lunes y martes, flamenco. Un grupo fuerte a la semana; para, empezar: los Goodfathers y una inefable noche de rock. Desde hoy, chicas bailando lo mismo en una jaula o un andamio."No nos hacemos competencia a nosotros mismos, porque nuestra hora de cierre, tres y media de la ma?ana, coincide con la apertura de las mayor¨ªa de las discotecas". Junto a estos especialistas en animar las noches madrile?as, m¨¢s nombres en el cat¨¢logo: Pedro del Moral, en el sector disco; Tex Mex, China Club, Nacional, Avenue, Big Bamboo, Calentito y Ol¨ª, Madrid, coordinados por Archy. "Si alguien lo juzga desastroso, por el aspecto, a m¨ª me parece un lujo", sentencia Cris Lozano, due?o de Archy, elogiando un sitio que permanecer¨¢ como esa cerveza, "siempre igual".
Porque adem¨¢s del nombre, Antigua F¨¢brica de El ?guila, el edificio seguir¨¢ tal cual. Con ese aire apocal¨ªptico que tiene el desuso y deja el saqueo del tiempo: esquinas melladas, cristales rotos, paredes desconchadas, azulejos desportillados, mucho ¨®xido... incluso en la zona vip (all¨ª se entrar¨¢ con enchufe).
Como poco, sorprendente. Aire garajero y atractivo de cascaja. Precioso si se sabe mirar con el cristal adecuado. Y el vigilante no lo impide.
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