La Ley de Propiedad Intelectual beneficiar¨¢ a las multinacionales de la imagen y el sonido

La nueva Ley de Propiedad Intelectual consagra en Espa?a el derecho de los autores a percibir un canon por las copias que hacen los particulares -los ciudadanos en sus casas en cintas de v¨ªdeo, o casetes v¨ªrgenes- de sus creaciones. Pero la gran quimera de este canon radica en que a ambos lados de la mesa hay sillas que ocupan interlocutores que pertenecen a la misma compa?¨ªa: las multinacionales. ?stas pagar¨¢n los c¨¢nones de una tarta que luego se comer¨¢n otros de su misma compa?¨ªa. Pese a ello, los representantes espa?oles de las multinacionales han anunciado que recurrir¨¢n la nueva norma.

Sony es propietaria de CBS, una de las mayores empresas discogr¨¢ficas del mundo; Philips participa en Polygram, otra de las grandes. El 91% del total de equipos de audio y el 84% de los de v¨ªdeo, as¨ª como las cintas y casetes v¨ªrgenes que se venden en Espa?a, son importados. Una parte de ellos -un 10% Sony, similar cuota del mercado espa?ol que Philips- pertenece a la mismas empresas multinacionales que fabrican aparatos. Esas grandes compa?¨ªas producen tambi¨¦n la m¨²sica que suena en ellos. Por tanto, recibir¨¢n ingresos por derechos de autor gracias al nuevo canon.Con este canon, Espa?a se incorporar¨¢ a comienzos de 1993 a los pa¨ªses m¨¢s avanzados de Europa en materia de derechos de autor. El proceso ha sido laborioso, presidido en todo momento por la pol¨¦mica, e incluso el enfrentamiento entre los creadores, que se convierten ahora en acreedores, y los fabricantes-importadores, que acaban siendo los deudores.

La cuenta en cuesti¨®n asciende a unos 7.000 millones de pesetas al a?o en concepto de canon por derechos de reproducci¨®n privada de fotocopias, audio y v¨ªdeo. Aparte queda por discutir, entre fabricantes-importadores y creadores, la cuant¨ªa de los atrasos por dicho canon, desde 1990 hasta hoy. Esta cantidad, as¨ª como la puesta en marcha de la ley modificada, ser¨¢ negociada entre las partes bajo el arbitrio del Ministerio de Cultura, que, si ¨¦stos no se ponen de acuerdo, nombrar¨¢ un mediador que dictaminar¨¢ en el plazo de tres meses, despu¨¦s del verano.

Los representantes espa?oles de las multinacionales siguen oponi¨¦ndose al canon, incluso han anunciado la presentaci¨®n de un recurso de inconstitucionalidad a la norma legal, pero parece que acabar¨¢n concediendo en Espa?a lo que sus delegaciones en otros pa¨ªses europeos: Alemania, Francia, etc¨¦tera, llevan practicando desde hace a?os y que, en porcentaje importante por su doble condici¨®n de fabricantes-importadores a la vez que productores musicales o tambi¨¦n cinematogr¨¢ficos (como es el caso de Sony), pagan con una mano y luego reciben por la otra.

Pero en el mundo de las multinacionales, la mano izquierda no acostumbra a saber lo que hace la derecha, seg¨²n afirma Carlos Grande, presidente la Asociaci¨®n Fonogr¨¢fica y Videogr¨¢fica Espa?ola (Afive). Grande, para disipar cualquier duda sobre conspiraciones de poderes multinacionales, asegura, a preguntas de este diario: "El propio director de Sony-equipos ha venido a verme para explicarme los problemas que les plantea la promulgaci¨®n de la ley; estoy seguro que lo ha hecho sin contar con la divisi¨®n de producci¨®n musical, porque las distintas ramas de las grandes compa?¨ªas act¨²an aut¨®nomamente".

Grande ilustra su tesis -funcional para analizar las cuentas de resultados de las distintas divisiones- con un ejemplo del ¨¢mbito cinematogr¨¢fico: "CBS-Home Video y la CBS, que explota los filmes en las salas cinematogr¨¢ficas, no s¨®lo no tienen nada que ver, sino que adem¨¢s compiten entre ellas".

Campa?a publicitaria

De todas formas, en este debate tambi¨¦n intervienen los consumidores, puesto que f¨¢bricantes-importadores han hecho correr la hip¨®tesis -factible- de que ser¨¢ el p¨²blico espa?ol quien acabe pagando este nuevo canon -que en las cintas v¨ªrgenes de v¨ªdeo y audio concentra la mayor parte de la tarta: de los 7.000 millones de pesetas que esperan recaudar las entidades de gesti¨®n de los creadores, cerca de 6.000 millones se estima que vengan de dichas cintas y casetes, a raz¨®n de 50 pesetas por hora de cinta, virgen (o sea, una subida de 150 pesetas para las cintas v¨ªdeo) y luna subida de 30 pesetas por hora para las de audio.

Las multinacionales no est¨¢n dispuestas a que la entrada en vigor del canon suponga una p¨¦rdida econ¨®mica para su divisi¨®n de aparatos y fabricaci¨®n de cintas. Por ello, han desarrollado una intensa campa?a publicitaria, en la que aseguran que los consumidores ser¨¢n, en ¨²ltima instancia, quienes pagar¨¢n estos c¨¢nones. La Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU) ha asegurado en un comunicado que "la nueva ley va a instaurar una evidente injusticia al obligar a todos los usuarios, hagan copias o no, a pagar un canon".

Las sociedades de gesti¨®n de derechos de autor, en cambio, sostienen que en pa¨ªses donde el canon est¨¢ ya establecido el precio de una casete virgen es igual o es m¨¢s barato que en Espa?a, donde a¨²n no se ha aplicado.