Democracia en apuros, corrupci¨®n en alza
La mejor¨ªa econ¨®mica no ha ido acompa?ada de la estabilidad pol¨ªtica en Am¨¦rica Latina
El precio pagado por el control de la inflaci¨®n y el esfuerzo por estabilizar las econom¨ªas no se ha traducido en una mayor estabilidad pol¨ªtica en Am¨¦rica Latina. La democracia se encuentra suspendida en Per¨² y se tambalea en otros pa¨ªses, amenazada por golpes militares, la corrupci¨®n, la ineficiencia o el narcotr¨¢fico, que ha sido definido, con una fuerte dosis de humor negro, como "la ¨²nica multinacional latinoamericana con ¨¦xito".Apenas un mes despu¨¦s del final de la cumbre de Guadalajara, hace un a?o en M¨¦xico, la tentativa de golpe de Estado en la Uni¨®n Sovi¨¦tica dio el tiro de gracia al comunismo en el mundo occidental. Cuba ha quedado como ¨²nico exponente, casi como una reliquia hist¨®rica. El fin del comunismo y de la bipolaridad en el liderazgo mundial han significado para Am¨¦rica Latina la reducci¨®n del sector p¨²blico en las econom¨ªas y el replanteamiento del papel del Estado.
As¨ª, la izquierda latinoamericana ha quedado reducida a la condici¨®n casi testimonial de secta minoritaria en casi todos los pa¨ªses, donde los pocos partidos socialistas que todav¨ªa bullen se han socialdemocratizado casi por completo y subido al carro del neoliberalismo. En este contexto ideol¨®gico, los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina buscan su salvaci¨®n en la econom¨ªa de mercado, la creaci¨®n de bloques econ¨®micos regionales y la apertura a los mercados exteriores.
Para Cuba, fa liquidaci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica ha significado una vuelta m¨¢s en la tuerca que aprieta a un sistema fracasado. Privada del apoyo exterior, quedan abiertos los interrogantes del r¨¦gimen castrista y hasta cu¨¢ndo podr¨¢ Cuba soportar la situaci¨®n. El tema de la afirmaci¨®n de los principios democr¨¢ticos volver¨¢ a plantear, por la presencia de Cuba, quebraderos de cabeza en la cumbre de Madrid a la hora de formular los comunicados finales.
Los pa¨ªses andinos
El dictador cubano Fidel Castro no se encontrar¨¢ tan aislado en Madrid como en Guadalajara. El presidente de Per¨², Alberto Fujimori, decidi¨® el pasado 5 de abril acabar con la democracia representativa en su pa¨ªs, sin que por el momento hayan podido palparse los resultados positivos del fujigolpe. La organizaci¨®n mao¨ªsta Sendero Luminoso ha incrementado sus acciones terroristas y en Per¨² crece la agitaci¨®n social. Al mismo tiempo, a los 100 d¨ªas del fujigolpe, parece esbozarse ya una inflexi¨®n en la curva ascendente de la popularidad del presidente convertido en golpista, azote de la partidocracia y primer acusador de la corrupci¨®n del poder judicial en Per¨².
El fujigolpe supuso una carga explosiva que liquid¨® de momento el Pacto Andino. Los intercambios de injurias entre el presidente de Venezuela, Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, y Fujimori resultaron insoportables para el intento de formar un bloque econ¨®mico de los pa¨ªses andinos, con la exclusi¨®n de Chile. P¨¦rez no estar¨¢ presente en Madrid, porque la situaci¨®n interna de Venezuela no lo permite y el Senado le ha negado el permiso para viajar al extranjero.
La democracia se mueve todav¨ªa en Venezuela por el filo de la navaja tras la tentativa de golpe de Estado del pasado 4 de febrero. Los militares golpistas se han convertido en h¨¦roes populares, catalizadores del descontento de la sociedad contra la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno y la corrupci¨®n del aparato del Estado.
Ecuador estar¨¢ representado en Madrid por un presidente socialdem¨®crata, Rodrigo Borja, a quien le quedan menos de tres semanas de mandato. El conservador Sixto Dur¨¢n suceder¨¢ en la presidencia a Borja y su programa de Gobierno promete ser de ajuste puro y duro, sin las concesiones gradualistas de los ¨²ltimos cuatro a?os.
El presidente de Colombia, C¨¦sar Gaviria, acude a Madrid con una ca¨ªda importante de su popularidad. Apagado el optimismo despertado por la aprobaci¨®n de la nueva Constituci¨®n, Colombia sufre los males ya casi tradicionales derivados de la lucha guerrillera, la inseguridad ciudadana y el narcotr¨¢fico, a los que se unen ahora varios meses de apagones cotidianos como consecuencia de la crisis energ¨¦tica.
Las acusaciones de corrupci¨®n alcanzan tambi¨¦n al Gobierno de Bolivia, donde la producci¨®n tradicional de hoja de coca ha derivado hacia la producci¨®n de coca¨ªna y el narcotr¨¢fico con un volumen importante. El presidente socialdem¨®crata Jaime Paz tuvo que aceptar hace poco m¨¢s de un a?o la dimisi¨®n de su ministro del Interior, un alto cargo del partido del Gobierno, denunciado por la Embajada de Estados Unidos como implicado en el narcotr¨¢fico.
En el panorama oscuro de la regi¨®n, Chile se presenta como el pa¨ªs m¨¢s estable, con una asombrosa cohabitaci¨®n entre el ex dictador Augusto Pinochet y un Gobierno de coalici¨®n de centroizquierda en el que participan antiguos perseguidos por la dictadura. Libre de esc¨¢ndalos y bajo la h¨¢bil gesti¨®n del presidente democristiano Patricio Aylwin, Chile ha conseguido una transici¨®n mod¨¦lica, con unas cifras macroecon¨®micas que envidian casi todos los pa¨ªses latinoamericanos.
Am¨¦rica Central y M¨¦xico
Otro caso de dif¨ªcil cohabitaci¨®n lo presenta Nicaragua, donde la presidenta Violeta Chamorro y su Gobierno de coalici¨®n de antisandinistas convive con el general Humberto Ortega al frente del Ej¨¦rcito Popular Sandinista y con una polic¨ªa sandinista. El precio pagado es un dif¨ªcil y complicado equilibrio. El Gobierno se ha visto obligado tolerar los latrocinios cometidos por los dirigentes sandinistas, que en los ¨²ltimos meses de mandato entraron a saco y se apoderaron, en provecho propio, de las propiedades confiscadas en nombre de la revoluci¨®n.
En el vecino El Salvador, la firma de la paz entre el Gobierno de derechas y la guerrilla ha puesto fin a 12 a?os de guerra con decenas de miles de muertos. El Salvador se encuentra en un proceso de reconstrucci¨®n y de integraci¨®n a la vida civil de los ex guerrilleros.
La eliminaci¨®n del dictador Antonio Noriega, con la invasi¨®n de tropas de Estados Unidos, no liber¨® a Panam¨¢ de esc¨¢ndalos y corrupci¨®n que en ocasiones salpican al mismo presidente Guillermo Endara. Guatemala sigue v¨ªctima de la violencia y se advierte un incremento del narcotr¨¢fico.
Am¨¦rica Central ha dejado de ser una pieza en el enfrentamiento Este-Oeste para convertirse de nuevo en una regi¨®n olvidada y abandonada de Estados Unidos, que se volc¨® en ayuda militar cuando consider¨® que all¨ª estaban en juego sus intereses estrat¨¦gicos ante el riesgo de que, el sandinismo se extendiese por todo el istmo hasta alcanzar M¨¦xico. La imprescindible ayuda econ¨®mica para todo Centroam¨¦rica y Panam¨¢, que apenas suman 30 millones de habitantes, no lleg¨®. Toda la regi¨®n se debate en el subdesarrollo tradicional, con la excepci¨®n de Costa Rica, que disfruta de las ventajas acumuladas por d¨¦cadas de estabilidad pol¨ªtica y paz social.
A pesar de las protestas de los cardenistas por el resultado de Michoac¨¢n, las recientes elecciones de gobernadores en M¨¦xico han sido consideradas como las m¨¢s limpias en la historia del pa¨ªs, con la derrota del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Estado de Chihuahua, el m¨¢s extenso del pa¨ªs y, fronterizo con Estados Unidos. El presidente Carlos Salinas est¨¢ a punto de lograr su objetivo del tratado de libre comercio con Estados Unidos, la econom¨ªa mexicana marcha bien y s¨®lo falta que la iniciada limpieza electoral se implante de forma definitiva para dejar abierta la posibilidad de desinstitucionalizar la revoluci¨®n.
Pa¨ªses del Mercosur
En el sur del continente, Brasil representa el problema m¨¢s grave para la estabilidad, con un presidente, Fernando Collor, implicado en la corrupci¨®n de un grupo que ha sido definido como Mafia de Alagoas, el Estado del noreste brasile?o feudo de los Collor y de la familia de su esposa, Rosane. Una comisi¨®n parlamentaria investiga la corrupci¨®n de Collor y su entorno. La impresi¨®n m¨¢s extendida en Brasilia es que s¨®lo la falta de un vicepresidente con garant¨ªas salvar¨¢ a Collor de la destituci¨®n y el procesamiento. A esta crisis institucional se une la incapacidad para contener la inflaci¨®n, que ronda el 20% mensual y alcanz¨® un 675% en los ¨²ltimos 12 meses. La paradoja de la situaci¨®n de Brasil es que el Collorgate estall¨® cuando Collor hab¨ªa conseguido formar un Gobierno considerado por los analistas como de un nivel extraordinario y que se piensa que podr¨ªa incluso conseguir manejar la crisis econ¨®mica del pa¨ªs.
El otro gran pa¨ªs del Sur, Argentina, ha conseguido superar los permanentes esc¨¢ndalos que sacuden al Gobierno del peronista Carlos Menem y que llegan a su entorno familiar gracias a los ¨¦xitos en la conducci¨®n econ¨®mica. En Argentina, en el paso del ecuador de su mandato, Menem ha sido capaz de lograr una ins¨®lita transformaci¨®n del pa¨ªs con un control de poderes tradicionales tan arraigados como los militares y sindicatos, desmantelar la estructura de un Estado ineficiente y sobredimensionado y controlar una hiperinflaci¨®n que amenazaba con incendiar el pa¨ªs en el momento de la toma de posesi¨®n, hace poco m¨¢s de tres a?os. Si el plan econ¨®mico resiste hasta el final de su mandato, Menem podr¨¢ pasar a la historia como un gran presidente y hasta conseguir que el pa¨ªs olvide los esc¨¢ndalos que le acompa?an de forma casi permanente.
Los dos hermanos menores del Mercosur atraviesan situaciones diferentes. Paraguay tiene todav¨ªa la asignatura pendiente de acabar con la corrupci¨®n, liquidar los restos de la dictadura stroesnista y reducir el poder militar y del Partido Colorado hasta enmarcarlo del todo dentro de las reglas del juego democr¨¢tico.
En Uruguay est¨¢ en juego la reforma del Estado y poner en marcha una econom¨ªa donde hasta ahora el grado de intervenci¨®n estatal reviste rasgos comparables a los de los pa¨ªses del desaparecido socialismo real.
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