Garc¨ªa Marquez: "Estoy descubriendo la literatura y me gusta"
El autor colombiano prepara una novela ambientada en Cartagena de Indias
Nadie dir¨ªa que a Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez le han extra¨ªdo un tumor de un pulm¨®n hace pocos meses. Tiene un aspecto magn¨ªfico y cuando se le pregunta por su salud se limita a decir: "?No me ve? Los m¨¦dicos dicen que me han quitado lo ¨²nico que ten¨ªa mal". Cuenta que ahora trabaja m¨¢s que nunca: "Estoy descubriendo la literatura y me est¨¢ gustando". Acaba de readaptar un mon¨®logo para el teatro, que se estrenar¨¢ en Madrid el pr¨®ximo oto?o; escribe Del amor y otros demonios, una novela ambientada en la Cartagena de Indias (Colombia) del siglo XVII, y contin¨²a sus memorias.
Doce cuentos peregrinos re¨²ne relatos que han peregrinado durante 18 largos a?os hasta adoptar su forma definitiva. Los cuentos empezaron a ges tarse hace casi 20 a?os con el objetivo de explicar "las cosas extra?as que les suceden a los latinoamericanos en Europa". Veinte a?os despu¨¦s, Garc¨ªa M¨¢rquez viaj¨® a los lugares donde nacieron los cuentos (Ginebra, Roma, Par¨ªs, Barce lona, Cadaqu¨¦s ... ) para com probar sus recuerdos. ?C¨®mo ha sido ese viaje al pasado? "Pondr¨¦ un ejemplo: cuando acab¨¦ el cuento La santa lo envi¨® al tenor [uno de los protago nistas del cuento] para estar seguro de que no ten¨ªa inconve niente en que se publicase. Me llam¨® muy divertido y me dijo que recuerda m¨¢s los episodios inventados que los reales. A m¨ª me ha sucedido m¨¢s o menos lo mismo. La verdad de la verdad es que la nostalgia, por fortuna, tiende a borrar las cosas malas y a magnificar las buenas".
?C¨®mo encontr¨® Barcelona? Garc¨ªa M¨¢rquez recuerda la reciente pol¨¦mica suscitada por unas declaraciones de Mario Vargas Llosa, que asegur¨® que la capital catalana se ha vuelto una ciudad provinciana. "Citar¨¦ solamente un episodio. En aquellos a?os ten¨ªamos que ir a Perpi?¨¢n a ver el cine prohibido en Espa?a. Eso define aquella ¨¦poca. Es una de las ciudades m¨¢s bella! del mundo. Es el para¨ªso de arquitectos y urbanistas que se han pasado a?os so?ando y que por fin, cumplieron sus sue?os: y a esa ciudad, que ha vivido de espaldas al mar, le han dado la vuelta completa".
Expectaci¨®n
"Siento verdadera expectaci¨®n por c¨®mo es recibido mi libro en Catalu?a, porque est¨¢ lleno de juicios y observaciones sobre los catalanes, como eso que digo de la generosidad' involuntaria. En realidad son peque?os chistes privados para mis amigos".
"Los siete,a?os que viv¨ª en Barcelona fueron muy importantes para m¨ª", concluye. M¨¢s importantes son, sin embargo, los ¨²ltimos tiempos, que han marcado su regreso a Colombia despu¨¦s de casi 30 a?os de ausencia. Vive all¨ª, aunque mantiene abierta su casa de M¨¦xico, donde tiene su bibloteca. "Cuando necesito algo, mi secretaria saca fotocopia y me lo env¨ªa por fax."Para m¨ª lo m¨¢s importante es haber vuelto a Colombia", dice. Ni siquiera le importan los largos y frecuentes cortes de luz. "Al principio estaba aterrorizado de quedarme en el ascensor en un corte de luz, pero ahora ya s¨¦ que los cortes no son intempestivos. Y, adem¨¢s, eso no tiene importancia cuando se sabe que lo que se est¨¢ haciendo vale la pena. La imagen tan mala que el mundo tiene de Colombia se contrapone con la gran creatividad cultural que existe. Estamos en una lucha constante para sacar el pa¨ªs adelante. Nos sentimos ¨²tiles".
Garc¨ªa M¨¢rquez parece haber redescubierto el placer de la literatura. Se divierte escribiendo, llega hasta la obsesi¨®n. "Hay momentos'tan intensos que se parecen al estado de levitaci¨®n". Ahora, Gabo "levita" con una novela hist¨®rica ambientada en la Cartagena de Indias del siglo XVII. ?Est¨¢ en la l¨ªnea de El general en su laberinto? "S¨ª y no. Es hist¨®rica, pero est¨¢ mucho m¨¢s novelada. El general... es un relato hist¨®rico con algunas libertades, y ¨¦sta es una novela. Lo que s¨ª quiero hacer es una reconstrucci¨®n exacta de la ¨¦poca, y eso da mucho trabajo. Es una desgracia que para escribir 120 p¨¢ginas tengas que estudiar 120 libros".
La novela ya tiene t¨ªtulo, Del amor y otros demonios, aunque los amigos del escritor le dicen en broma que deber¨ªa titularla El amor en los tiempos de la rabia, porque, explica Gabo, "es una historia de amor en torno a un caso de rabia".
Garc¨ªa M¨¢rquez aprovecha las pausas en su trabajo para escribir sus memorias. "No son cronol¨®gicas, sino tem¨¢ticas. Empiezan con un largo art¨ªculo sobre mi infancia. Escribir¨¦ otros sobre la experiencia period¨ªstica, sobre la realidad detr¨¢s de cada libro... Las publicar¨¦ poquito a poquito , cada 400 p¨¢ginas ser¨¢ un volumen. Hasta ahora s¨®lo llevo 200".
El montaje teatral de La c¨¢ndida Er¨¦ndida y su abuela desalmada, que se representa en Bogot¨¢ con gran ¨¦xito, ha he cho a Garc¨ªa M¨¢rquez intere sarse por el teatro. "Se pens¨® representarla durante un mes y ya lleva cuatro. Es como si 500 o 700 personas estuvieran le yendo juntas al mismo tiempo el libro en p¨²blico y reaccio nando sobre ¨¦l. Me interesa se guir por ah¨ª". En esa l¨ªnea, Garc¨ªa M¨¢rquez ha reescrito el mon¨®logo de hora y media de duraci¨®n Diatriba contra un, hombre sentado. Hace tres o cuatro a?os fue escenificado en Buenos Aires, pero a Gabo no le gust¨® el resultado. "El teatro tiene unas dimensiones que no se ven en el papel, unos espa cios que hay que aprovechar de otra manera. Lo retir¨¦, lo he readaptado y se estrenar¨¢ en Madrid el pr¨®ximo oto?o".
Este a?o, un libro emblem¨¢tico de Garc¨ªa M¨¢rquez, Cien a?os de soledad, cumple 25 a?os. Gabo apenas quiere hablar de ello: "Me he pasado 25 a?os luchando contra Cien -a?os de, soledad. No le tengo ninguna gratitud. A m¨ª me gusta m¨¢s El amor en los tiempos del c¨®lera".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.