Defensa de Colombia
La vieja relaci¨®n de amistad entre su peri¨®dico y Colombia me anima a plantearle algunas reflexiones en relaci¨®n con el editorial aprecido el 28 de julio en EL PAIS, bajo el t¨ªtulo Drama en Colombia. Colombia ha librado una dolorosa y solitaria lucha contra el narcotr¨¢fico. Dolorosa porque hemos entregado numerosas vidas de ciudadanos comprometidos con los hechos de violencia resultantes de este grave flagelo delictivo. Solitaria, porque, salvo algunos gestos casuales, la actitud de la comunidad internacional se ha concentrado en declaraciones ret¨®ricas de solidaridad pasiva con la actitud de las autoridades colombianas. Los pa¨ªses consumidores de la droga han desconocido de manera sistem¨¢tica sus obligaciones y compromisos en esta batalla desigual. ?Qui¨¦nes son los responsables de que la demanda de drogas aumente presionando axiom¨¢ticamente el incremento de la oferta? Los pa¨ªses consumidores. ?D¨®nde se lavan los dineros provenientes de la venta masiva de drogas? En los bancos de los pa¨ªses consumidores. Es dentro de este contexto donde merece ser ubicada la discusi¨®n sobre narcotr¨¢fico.Despu¨¦s de dos a?os de una cruenta guerra en la cual estuvimos solos, el Gobierno del presidente Gaviria tom¨® la decisi¨®n de ofrecerles a los jefes de la droga la posibilidad de su sometimiento voluntario al imperio de la justicia. Se tomaron las precauciones legales para salvaguardar la vida de los jueces que habr¨ªan de juzgarlos con la figura de los jueces sin rostro. Se agilizaron los procedimientos de instrucci¨®n criminal para el caso del narcotr¨¢fico, y finalmente, se adoptaron las obvias medidas de precauci¨®n carcelaria para personas de tan alta peligrosidad. Estas disposiciones estuvieron acompa?adas por la decisi¨®n soberana de la ¨²ltima Asamblea constituyente de prohibir la extradici¨®n de colombianos para ser juzgados en el exterior. La pol¨ªtica de sometimiento voluntario dio sus frutos: pr¨¢cticamente todo el cartel de Medell¨ªn se acogi¨® a ella. El hecho, ciertamente lamentable, de que, por circunstancias que est¨¢n siendo severamente investigadas y castigadas, el se?or Pablo Escobar se haya evadido de la c¨¢rcel no significa, ni mucho menos, que la pol¨ªtica no haya servido, como en efecto se puede demostrar, para haber terminado con el narcoterrorismo.
Los juicios de su editorial sobre una presunta rendici¨®n de soberan¨ªa por la fuga de Pablo Escobar son injustos. La mejor reafirmaci¨®n de la soberan¨ªa de un pa¨ªs es su capacidad de juzgamiento dentro de la ley de sus propios nacionales. La rendici¨®n de Pablo Escobar fue incondicional y su regreso a la c¨¢rcel lo ser¨¢ tambi¨¦n. Colombia no solamente es mucho m¨¢s
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Viene de la p¨¢gina anterior que Pablo Escobar, sino que es, como usted lo sabe, todo lo con trario de lo que ¨¦l es y de lo que ¨¦l representa en las p¨¢ginas negras del recuerdo reciente de la historia colombiana. Le agradezco la divulgaci¨®n que pueda dar a es tas consideraciones animadas por la mejor voluntad de que la opini¨®n p¨²blica entienda nuestra inquietud porque se nos siga considerando verdugos en una causa en la cual somos las prime ras v¨ªctimas.-embajador de Colombia en Espa?a.
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