El primer y ¨²ltimo vuelo de Christian
Un ni?o colombiano de 13 a?os muere ante las c¨¢maras al estrellarse tras saltar en paraca¨ªdas
Es una historia absurda y terriblemente dolorosa. Christian Eduardo G¨®mez, de apenas 13 a?os, quiso realizar la ilusi¨®n de su vida: saltar en paraca¨ªdas. Su sue?o termin¨® en muerte. Las irregularidades en su preparaci¨®n y la irresponsabilidad de la escuela de paracaidismo ?guilas Doradas causaron la tragedia.Los colombianos asistieron horrorizados a los ¨²ltimos momentos de Christian. Un noticiero de televisi¨®n desplazado a la localidad de Flandes, cerca de Bogot¨¢, film¨® paso a paso desde que Christian, sonriente y alegre, se coloc¨® el paraca¨ªdas hasta el momento en que el cuerpo del peque?o se estrell¨® contra el suelo. El paraca¨ªdas jam¨¢s se abri¨®. Christian Eduardo sobrevivi¨® unos minutos al terrible golpe, pero muri¨® llegando al hospital.
"?Voy a salir en televisi¨®n?", pregunt¨® entusiasmado Christian a los c¨¢maras mientras se colocaba el equipo. Esta misma pregunta la repiti¨® minutos antes de saltar al vac¨ªo, a m¨¢s de 2.000 metros de altura. Las im¨¢genes de estos instantes, seguidos por el grito de su padre: "?Qu¨¦ pas¨®? ?qu¨¦ pas¨®?", y el de la madre "?mi peque?o!, ?m¨ª peque?o!", sonar¨¢n en los o¨ªdos de los telespectadores durante d¨ªas. La presentadora del noticiero QAP advirti¨® que las im¨¢genes podr¨ªan herir a los espectadores m¨¢s sensibles. Fue dif¨ªcil no llorar al verlas.
Lo absurdo es que se violaron todas las normas de seguridad requeridas para realizar un salto en paraca¨ªdas. Christian Eduardo s¨®lo recibi¨® entrenamiento en tierra durante tres d¨ªas. Jam¨¢s realiz¨® una prueba de salto al vac¨ªo. En el muro de un jard¨ªn de entrada, de no m¨¢s de 40 cent¨ªmetros de alto, ensay¨® lo que t¨¦cnicamente se conoce como la descomposici¨®n de ca¨ªda. En s¨®lo seis horas de instrucci¨®n aprendi¨® c¨®mo repartir la ca¨ªda en todo su cuerpo para no hacerse da?o. En el momento del salto no us¨® la l¨ªnea est¨¢tica, que hubiera asegurado que su paraca¨ªdas se abriera. Esto, dicen los manuales de seguridad, se debe hacer siempre al menos en los tres primeros saltos. Las irregularidades se dieron tambi¨¦n en el vuelo. El monomotor del cual salt¨® Christian Eduardo no ten¨ªa autorizaci¨®n para volar.
Las investigaciones esclarecer¨¢n ahora las responsabilidades de los instructores de la academia. Entre otras cosas, estas escuelas s¨®lo pueden permitir el salto en paraca¨ªdas a mayores de 16 a?os. Hay un grupo de abogados que piensa que el padre tambi¨¦n tiene algo de culpa, pues autoriz¨® a su hijo para realizar el arriesgado salto. "No se olviden de tomarme fotos", fue lo ¨²ltimo que dijo Christian a sus padres antes de subir al avi¨®n. Es la breve y triste historia de un ni?o que a finales de julio pasado, al leer en una revista un art¨ªculo sobre paracaidismo, se entusiasm¨® tanto que convenci¨® a su padre para que lo inscribiera en la escuela ?guilas Doradas. Ahora, muchos deber¨¢n responder por su primer y ¨²ltimo salto.
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