S¨®lo el Levante les detiene

S¨®lo el Levante es capaz de pararles. Vienen de T¨¢nger a Tarifa con sus potentes pateras cargadas con dos docenas de africanos. Vuelven veloces, tranquilos y ricos. Cada inmigrante ilegal, que con su bolsa negra accede a una patera, debe pagar ente 60.000 y 100.000 pesetas por el viaje. M¨¢s si proceden del centro de Africa. Una simple multiplicaci¨®n revela el contrabando de inmigrantes como un gran negocio, mejor incluso que el tr¨¢fico de hach¨ªs, seg¨²n han reconocido algunos traficantes marroqu¨ªes que han hablado algo sobre este nuevo comercio de africanos.Los pescadores de Tarifa est¨¢n acostumbrados a verles. "All¨ª va otra patera", dicen, y avisan por radio a Tarifa Tr¨¢fico, el centro de control del Estrecho perteneciente a la Marina Mercante. Los responsables de Tarifa Tr¨¢fico alertan a la Guardia Civil, que espera a los africanos en la orilla. Los que saben nadar alcanzan la playa, y con suerte escapan. Los que no saben nadar se ahogan. S¨®lo les queda la esperanza de que los rescate, como sucedi¨® el domingo, la Cruz Roja del Mar.

S¨®lo el temible viento de Levante les detiene. S¨®lo ese viento deja amarradas las pateras en la costa africana. Pero s¨®lo por unos d¨ªas. Los magreb¨ªes seguir¨¢n llegando. Y a¨²n no han pisado tierra espa?ola, cuando el patr¨®n de la patera ya viaja a gran velocidad hacia las costas de T¨¢nger, sin que ni siquiera le importunen en ning¨²n momento las lanchas r¨¢pidas del servicio de vigilancia aduanera. Las autoridades espa?olas a¨²n no han logrado interceptar a ninguno de los patrones de las pateras, que, en ocasiones, llegan a agredir a los inmigrantes para hacerles abandonar la lancha cuanto antes.