Un nuevo estudio recomienda el DDI para todos los pacientes de sida

NYT /EL PA?SEl DDI o didanosina, segundo de los medicamentos utilizados para retardar los efectos mortales del sida, es m¨¢s eficaz que el AZT en pacientes ya tratados con este primer f¨¢rmaco, seg¨²n un estudio publicado en el New England Journal of Medicine.

El estudio ha encontrado que la mayor¨ªa de los pacientes que pasaron al DDI tras haber sido tratados con AZT experimentaron una mejor¨ªa en su sistema inmunol¨®gico que retras¨® la aparici¨®n de infecciones.

El ensayo fue realizado durante un a?o con 913 personas, en tres grupos. En el primero estaban las personas con el virus pero sin s¨ªntomas. En el segundo, las que ten¨ªan s¨ªntomas leves, y en el tercero, las que ten¨ªan sida declarado. En los dos primeros grupos, el paso del AZT al DDI "ha retrasado de manera significativa la aparici¨®n del sida o la muerte", seg¨²n el cient¨ªfico James Kahn, de la universidad de California en San Francisco (EE UU). Sin embargo, en el tercer grupo no hubo cambios.

"Estos resultados hacen pensar que el DDI no deb¨ªa estar limitado a las personas que no pueden tolerar el AZT o en las que este f¨¢rmaco no funciona", se?ala Kahn.

A prueba en Espa?a

La CE recomend¨® a comienzos de verano la comercializaci¨®n del DDI para tratar el sida. Actualmente se comercializa en EE UU, Canad¨¢, Australia, Nueva Zelanda, M¨¦xico y Francia. En Espa?a, se encuentra en fase de ensayo cl¨ªnico, es decir, de an¨¢lisis y documentaci¨®n cient¨ªfica para determinar con exactitud sus efectos, seg¨²n informa el Ministerio de Sanidad.

El f¨¢rmaco empleado en los tratamientos es el AZT. Pero si un m¨¦dico diagnostica la conveniencia del DDI porque el paciente no tolera el AZT, puede conseguirse por los servicios para medicamentos extranjeros.

Algunos enfermos espa?oles de sida han criticado la lentitud de la Administraci¨®n. Luis Rodr¨ªguez El¨ªas, que gan¨® un juicio al Insalud en febrero que obligaba a indemnizarle con 25 millones por haber sido contaminado de sida en una transfusi¨®n de sangre, explica: "El AZT me produc¨ªa anemia entre otros efectos secundarios graves. Mi m¨¦dico tuvo que suspenderlo, con lo cual me quede sin tratamiento. Y para darme, el DDI tardaron cuatro meses, porque el ministerio no lo quiere comercializar; tuve que recurrir a amistades influyentes que me lo proporcionaron. No hay derecho. Es una irresponsabilidad".