?D¨®nde es la fiesta?
Estreno en Sarajevo de 'El refugio'
No hab¨ªa sido una tarde especialmente tranquila. En los alrededores del palacio presidencial hab¨ªan ca¨ªdo varias granadas. No lejos del teatro donde la compa?¨ªa Teatro de Guerra iba a estrenar la obra El refugio, los proyectiles serbios hab¨ªan desfigurado algunas viviendas y arrebatado algunas vidas. Los cad¨¢veres de tres ni?os de 10 a?os reposaban en la morgue del hospital de Kosevo esperando turno. Dos empleados lavaban en aquellos momentos el cuerpo de un hombre de 40 a?os. S¨®lo llevaba unos viejos calzoncillos y varias heridas en el vientre, en el costado y en la cabeza.
La funci¨®n empez¨® a las cinco de la tarde en el cabar¨¦ convertido en refugio del Teatro de la Juventud. Cerca de 100 personas hab¨ªan desafiado a los morteros, a los francotiradores y a la loter¨ªa de las bombas para asistir al estreno mundial de El refugio.
La obra, escrita al alim¨®n por el director de escena Dubravko Bibanovic y el autor dram¨¢tico Safet Plakalo, plantea un dilema que en Sarajevo, una ciudad sitiada desde hace cinco meses, es el pan amargo de cada d¨ªa: ?Desde d¨®nde combatir, desde tu trabajo o desde la primera l¨ªnea? Los miembros del Teatro de Guerra de Sarajevo, que han sufrido en sus carnes los efectos devastadores de la guerra (un t¨¦cnico de luces muerto por una granada y dos actores con sus piernas amputadas por culpa de un mortero), han debatido hasta la saciedad qu¨¦ hacer. Un qu¨¦ hacer absolutamente brechtiano. Su respuesta la dieron el viernes, a las cinco de la tarde, mientras las bombas volv¨ªan a sembrar fuego y muerte sobre la ciudad levantada a orillas del r¨ªo Miljacka. Bertolt Brecht se hubiera sentido a gusto entre el p¨²blico. He ah¨ª una muestra viva de su teor¨ªa teatral: vida llevada al escenario, pasi¨®n convertida en arte y distancia para que la emoci¨®n no enturbie el entendimiento de la realidad.
Miodrag Trifunov, Miki, el actor que representa en la obra al director de escena, partidario de hacer teatro como una forma de preservar la dignidad, la integridad, la normalidad de la vida en medio de una poblaci¨®n y una ciudad sometidos a una lenta aniquilaci¨®n ante la mirada silenciosa de Europa, lleva en el teatro la misma ropa que en la realidad. Es algo muy com¨²n aqu¨ª. Por eso no es rara la sensaci¨®n de estar viviendo algo que a fuerza de ser tan real resulta irreal: como los cad¨¢veres de los ni?os muertos en el dep¨®sito de cad¨¢veres, como que caiga un mortero y mate a ocho personas en medio de un mercado un domingo por la ma?ana y de todas esas vidas s¨®lo queden dos cerebros y unas gafas sobre el cemento, o que disparen a los transe¨²ntes como si de una nueva especialidad de caza o de deporte infame se tratara. El refugio mezcla esos dos ingredientes: la dureza de la vida cotidiana, una dureza no mensurable en t¨¦rminos razonables, sino una dureza hecha de n¨ªtida crueldad, y un humor a prueba de bombas. Las bombas que cayeron afuera, en el exterior del teatro, antes de la representaci¨®n, durante la representaci¨®n y al final de la representaci¨®n.
Bombas que no son figuras ret¨®ricas, efectos especiales para hacer m¨¢s veros¨ªmil lo que ocurre en los teatros y cines del mundo. Pero a los habitantes de Sarajevo no les gusta dramatizar, del mismo modo que no se resignan a perder el humor, a maquillarse, a abandonar los refugios, a salir a la calle. A ir al teatro. Por eso la obra transcurr¨ªa no s¨®lo en el escenario, sino en el improvisado patio de butacas del cabar¨¦-refugio del Teatro de la Juventud: en ese grupo de ciudadanos y ciudadanas, de milicianos, que hab¨ªan tomado la decisi¨®n de ir al teatro. Uno ha o¨ªdo muchas veces la expresi¨®n "teatro necesario". Nunca hab¨ªa tenido ocasi¨®n de comprobarlo en la propia piel: en la risa, el silencio, la expectaci¨®n, los aplausos de un grupo de habitantes de Sarajevo que fueron al teatro a pesar de que su ciudad estaba siendo bombardeada. Teatro y vida en un mismo delgado hilo ardiendo.
El precio de la entrada
Por cierto, Miki, el actor que representa al director de escena, que defiende frente al autor la necesidad de combatir desde el escenario como algo tan importante como combatir en el frente de batalla, llevaba una inscripci¨®n en el peto del pantal¨®n vaquero que tambi¨¦n usa en la vida real: Where is the party? (?D¨®nde es la f¨ªesta?), dec¨ªa. La fiesta es aqu¨ª, en el centro de la ciudad vieja, en el cabar¨¦-refugio del Teatro de la Juventud. La pieza seguir¨¢ represent¨¢ndose en los pr¨®ximos d¨ªas. A continuaci¨®n el Teatro de Guerra de Sarajevo har¨¢ una gira por algunos de los m¨¢s renombrados refugios de la ciudad, Si tiene ocasi¨®n, no se lo pierda. Precio de la localidad: una cajetilla de tabaco.
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