Arkansas, el modelo de Clinton, para sacar a EE UU de la crisis econ¨®mica
Este Estado es el que m¨¢s puestos de trabajo ha creado en el ¨²ltimo a?o y el tercero mejor administrado
La mansi¨®n del gobernador est¨¢ vac¨ªa. Ni siquiera hay guardas para proteger el edificio de ladrillo rojo donde vive Bill Clinton, que ahora se pasa el d¨ªa en campa?a presidencial. La mayor¨ªa le perdona que haya olvidado sus labores en Arkansas, aunque s¨®lo sea por lo alto que ha puesto el nombre de un Estado del que a?os atr¨¢s se dec¨ªa que era un lugar en el que los hombres iban descalzos y las mujeres estaban siempre embarazadas.
"Desde hace meses estamos llenos casi todos los d¨ªas. En menos de un a?o he conocido m¨¢s legisladores y estrellas de televisi¨®n que en toda mi vida", dice el gerente del hotel Excelsior, situado a unos pocos metros del edificio en el que est¨¢ instalado el cuartel general de la campa?a Clinton-Gore y junto al teatro en el que esta semana canta el m¨ªtico Bob Dylan. Pero la publicidad otorgada a su Estado no es la ¨²nica raz¨®n por la que Bill Clinton es considerablemente popular en Arkansas. Un reciente informe publicado por la revista US News and World Report situaba a este Estado en el tercer lugar de una lista de los mejor administrados del pa¨ªs durante los ¨²ltimos 12 meses.Sorpredentemente, el Estado de Bill Clinton es el primero en cuanto al n¨²mero de puestos de trabajo creados en el ¨²ltimo a?o", afirma el semanario. La renta per c¨¢pita de los habitantes de Arkansas aument¨® en los ¨²ltimos 12 meses un 1,7%, lo que le sit¨²a en el octavo lugar entre los que m¨¢s han crecido en esta materia de los 50 Estados del pa¨ªs.
El candidato dem¨®crata consigui¨® captar inversiones en Arkansas entre 1989 y 1991 por valor de 3.500 millones de d¨®lares. ?ste es tambi¨¦n el noveno Estado en el que los salarios han crecido m¨¢s en los ¨²ltimos cuatro a?os, mientras que la tasa de desempleo baj¨® del 11,3% que ten¨ªa cuando Clinton lleg¨® a la gobernaci¨®n, en 1983, hasta el 7,7% actual.
Bajo el Gobierno de Clinton se han conseguido tambi¨¦n muy buenos resultados en el campo de la educaci¨®n, gracias sobre todo a un programa que su esposa Hillary copi¨® del Gobierno de Israel, y en otros aspectos relacionados con el cuidado de los ni?os y la lucha contra las drogas y el crimen. "Si Bill Clinton consiguiese repetir en la Casa Blanca su labor en Arkansas ser¨ªa el mejor presidente de Estados Unidos en muchas d¨¦cadas", afirma el secretario de prensa del gobernador, Michael Gauldin, desde su oficina en el Capitolio de Little Rock, donde estos d¨ªas se exhibe una exposici¨®n sobre el quinto centenario del descubrimiento de Am¨¦rica.
Gauldin calcula que dos tercios de la poblaci¨®n de Arkansas apoyan actualmente a Clinton. Ese apoyo es m¨¢s apreciable en las zonas rurales que en los suburbios de la capital, debido en parte a que el Gobierno del candidato dem¨®crata ha destacado en varias obras sociales dedicadas a los m¨¢s pobres.
El enemigo en casa
Entre el tercio que no lo apoya figura el influyente diario local, The Arkansas Democratic Gazette, que, pese a su nombre, tiene orientaci¨®n conservadora. Ese peri¨®dico es el responsable de haber vuelto a poner de actualidad el historial militar de Clinton al publicar la pasada semana que el candidato dem¨®crata conoc¨ªa las gestiones que hab¨ªa realizado un t¨ªo suyo para sacarlo de la lista de posibles reclutados para la guerra de Vietnam.
?ste, junto a las infidelidades del candidato -reconocidas p¨²blicamente-, son los asuntos sucios manejados durante la campa?a para la nominaci¨®n en el Partido Dem¨®crata y que presuntamente podr¨ªan volver a salir en las semanas que restan has ta la celebraci¨®n el 3 de noviembre de las elecciones presidenciales.
"En el fondo, el conflicto en tre la Gazette y Clinton es un asunto personal, como todo en este peque?o Estado donde todo el mundo se conoce", asegura Carmen Fowler, una empleada del Gobierno del Estado que conoce a Clinton y a su familia des de hace nueve a?os.
Correr por la calle, una forma de ganar votos
Hay poca gente en Little Rock que no se haya cruzado alguna ma?ana con el gobernador mientras ¨¦ste hace jogging por las calles de la ciudad. Tambi¨¦n es f¨¢cil encontrarse con Clinton en alguno de los restaurantes favoritos del hoy inaccesible personaje, entre ellos The Terrace, cuyos propietarios son Jerry y Terry, un palestino y una espa?ola, convertidos hoy en uno de los matrimonios m¨¢s famosos de la capital del Estado. "Al gobernador le gusta venir a ¨²ltima hora y suele quedarse despu¨¦s del cierre compartiendo unas botellas de vino con un grupo de amigos", recuerda Terry Baraka, que en realidad es Teresa G¨®mez.En Little Rock se considera a Clinton una persona sencilla y afectuosa. "Yo no veo en ¨¦l nada que me permita tener confianza en su labor como presidente, pero si hay que elegir entre Clinton y Bush me quedo con Clinton", dice el joven dependiente de una tienda de objetos militares en el centro de Little Rock. "Es familiar y cari?oso. Casi todo lo que se ha dicho de su vida personal son exageraciones", opina la due?a de un establecimiento de antig¨¹edades.
Mucha gente recuerda a Hillary como aquella muchacha inteligente y rebelde, de gruesas gafas y vestimenta informal, que no acab¨® de superar su etapa hippy. Hillary nunca lleg¨® a formar parte de la ¨¦lite de la peque?a sociedad de Little Rock enclave bautista y mas¨®n que seresiste a sumarse a la modernidad. "Es una mujer cordial y educada a la que siempre se ve en buena armon¨ªa con su marido", dice Terry Baraka.
Para dos personas de la actividad de Bill e Hillary, adictos al trabajo que recorren el Estado de norte a sur y de este a oeste, aparentemente, hay muy pocas cosas que hacer en un sitio como Little Rock. En realidad, lo ¨²nico que alguien como ellos puede hacer aqu¨ª es pensar en la presidencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.