"S¨®lo la mitad de los chabolistas estar¨¢n realojados en 1993"
Jos¨¦ Luis G¨®mez, de 44 a?os, dirige la orquesta del Consorcio para la Poblaci¨®n Marginada desde su fundaci¨®n, en enero de 1986. Es arquitecto urbanista y antes trabaj¨® en el equipo de Barrios en Remodelaci¨®n.Pregunta. ?Qu¨¦ entiende por integraci¨®n el Consorcio?
Respuesta. Conseguir que la poblaci¨®n marginada gitana se introduzca en la sociedad mayoritaria a todos los niveles. El tema de la vivienda no es ¨²nico: hay que desarrollar un programa de acci¨®n social integral. Al desaparecer con la democracia las leyes persecutorias contra los gitanos, el PSOE propuso un programa espec¨ªfico para que estas familias tuvieran acceso al mundo laboral, a la educaci¨®n y la vivienda. Pero el programa del Consorcio, que surge en 1986, llega tarde. En ese momento hay una sociedad en alza y con una lacra social como la droga, que interfiere directamente en el mundo de la poblaci¨®n marginada. Si ese programa se hubiera hecho 10 a?os antes, habr¨ªa sido m¨¢s f¨¢cil la integraci¨®n de la poblaci¨®n gitana.
P. El Consorcio decide d¨®nde han de vivir los gitanos chabolistas -el barrio-, en qu¨¦ tipo de vivienda -piso o casa baja- y con qui¨¦n -se realoja un 10% de familias gitanas en cada promoci¨®n de vivienda p¨²blica- ?No supone esta actuaci¨®n un cierto paternalismo contra el que puede reaccionar en el futuro el gitano realojado?
R. No. El Consorcio, en funci¨®n de un conocimiento intenso de las familias, selecciona aquellas que tienen un grado de integraci¨®n y pueden acceder a un piso para vivir en la sociedad como cualquier persona. Hay otras que a¨²n no pueden pasar de la chabola a una vivienda en altura, con una comunidad y la puerta de un vecino enfrente, y que requieren una etapa intermedia. A esas familias las realojamos en vivienda baja de forma provisional. Hay, eso s¨ª, un cierto paternalismo desde el punto de vista de que son marginadas y tienen un programa espec¨ªfico.
P. ?El objetivo es que todos los gitanos vivan en piso?
R. Claro, que se adapten a vivir como el resto de los espa?oles.
P. Muchas familias gitana! que viven en piso afirman, sin embargo, que est¨¢n descontentas Porque ni les gusta ni es conveniente para la venta ambulante.
R. Yo difiero en que digan eso. El realojamiento mayor y m¨¢s problem¨¢tico que hemos hecho es el del Pozo del Huevo. Ten¨ªan derecho a una vivienda en El Ruedo de la M-30, pero a todos se les dio la opci¨®n de que fueran a casa baja, aunque se les avis¨® de que no las ten¨ªamos a¨²n. Y prefirieron tener el piso. Como ellos dicen, m¨¢s vale p¨¢jaro en mano.
P. Quedarse con lo que hay porque lo que quieren no existe no frena el descontento.
R. Se pueden quedar en su chabola hasta que les demos la casa baja. Nosotros les damos la posibilidad de tener hoy un piso o, dentro de dos a?os, una casa baja con un patio y un sitio para guardar su coche. O dentro de cuatro a?os, me da igual. Si cogen el piso, que no demanden lo otro. Es su opci¨®n. Yo tambi¨¦n quiero una casa baja en Majadahonda.
P. Al ser a¨²n la venta ambulante su principal oficio, ?no parece normal que prefieran continuar en casa baja?
R. Seg¨²n un estudio que hicimos cuando empezamos a censar la poblaci¨®n chabolista, sobre un total de 1.796 familias, el 36% quer¨ªan casa baja y ¨¦l 62% quer¨ªan casa alta. Por otra parte, el programa de casas. altas es mucho m¨¢s f¨¢cil de hacer que el de casas bajas, y m¨¢s econ¨®mico. Adem¨¢s, cuando a una comunidad llegas con dos familias gitanas, m¨¢s o menos es aceptado -se dicen: si en la comunidad somos 60 vecinos, malo ha de ser que no podamos con ellos-, pero cuando a un barrio llegas con 80 familias gitanas hay protestas, como ocurri¨® en Villaverde, porque lo identifican con droga, delincuencia... -
P. Afirma que el programa del Consorcio es global, y, sin embargo, un solo equipo de dos visitadores se ocupa de las 970 familias realojadas en pisos. ?Es suficiente?
R. S¨ª, porque entendemos que son familias normalizadas, que est¨¢n integradas. Un responsable social ha decidido previamente que pueden acceder a una vivienda en altura, les ha presentado a la comunidad, ha escolarizado a los ni?os en la zona y les ha dicho d¨®nde est¨¢n los servicios sociales. A partir de ese momento, los visitadores comprueban su grado de integraci¨®n en la comunidad y en el barrio, el estado de las casas... Si vemos que una familia no se adapta, la trasladamos a casa baja. Hay algunas a las que, a lo mejor, se las visita una sola vez al a?o porque tienen un nivel buen¨ªsimo.
P. ?C¨®mo explica entonces los problemas existentes en El Ruedo y en la colonia del alto de San Isidro (Carabanchel), con familias que no pagan el alquiler y, a veces, ni siquiera el agua, la luz ola comunidad? .
R. Que no paguen no es problema del Consorcio porque el contrato lo tienen con el Ivima [Instituto de la Vivienda de Madrid]. Pero en las viviendas que nos han cedido el Ivima y la EMV [Empresa Municipal de la Vivienda] para que las administremos y las adjudiquemos nosotros -dos viviendas por escalera-, no hay impagados. En el alto de San Isidro y en El Ruedo, la mayor¨ªa de las familias no son gitanas, y no paga nadie.
P. Seg¨²n el convenio de permutas que tienen con el Ivima y la EMV, no pueden realejar a m¨¢s de dos familias gitanas por escalera en cada promoci¨®n de vivienda p¨²blica. ?No supone una cierta marginaci¨®n que cada bloque sea de familias payas con su familia gitana?
R. La mayor¨ªa de los gitanos -el 82%- quieren vivir con payos. Todas las familias payas que tienen vivienda de promoci¨®n p¨²blica saben, que tienen una carga de una familia gitana. En el Consorcio decidimos que una o dos familias gitanas por bloque era el n¨²mero ideal, aunque yo soy partidario de aumentarlo a tres, siempre que el 90% de la comunidad sea payo y el 10% gitano. Cuando en un bloque se juntan muchas familias gitanas puede haber problemas de adaptaci¨®n. Aunque todo esto es discutible.
P. ?Hay programas de inserci¨®n y de empleo espec¨ªficos para los realojados en piso?
R. No. Cuando a¨²n est¨¢n en la chabola o en casa baja les llevamos a los servicios sociales, a la vivienda y a los programas laborales porque ellos, despu¨¦s de 500 a?os de marginaci¨®n, no se atreven a ir a una junta municipal de distrito o a una empresa para pedir trabajo. Pero casi todos los que viven en altura tienen un trabajo fijo. En El Ruedo s¨ª se han hecho espec¨ªficos para ellos: electricidad, fontaner¨ªa...
P. ?Existe el peligro de que los bloques se conviertan en guetos si no se aplican medidas sociales concretas?
R. Con realojamientos masivos, es necesario un programa social antes del realojamiento. Nosotros estuvimos un a?o y medi¨® trabajando con el Pozo del Huevo antes del realojamiento. Y ah¨ª los tienes, sin problemas. El peligro est¨¢ en algunas actuaciones de la EMV [del Ayuntamiento], que realoja gente de bolsas de deterioro urbano con otra gente de bolsas de deterioro social. Eso puede estallar porque juntan varios n¨²cleos peque?os. Pero esto no tiene que ver con el Consorcio.
P. ?Cu¨¢nto tiempo le queda al Consorcio de trabajo?
R. El Consorcio tiene dos partes. Una es el realojamiento, al que se ha dado como plazo final la primavera de 1993. All¨ª llegaremos con un poco m¨¢s del 50% de la poblaci¨®n censada en 1986 realojada. Hay que ampliar el plazo: a 1994 o a 1995, depende. Es cuesti¨®n de dinero. Por otra parte, est¨¢ la gente que se dedica a la acci¨®n social integral. Ellos tienen que durar todav¨ªa mucho tiempo. No se sabe cu¨¢nto tiempo puede tardar una familia en alcanzar el nivel suficiente de integraci¨®n para pasar de casa baja a piso. Depende de muchos factores: la demanda laboral, que desaparezca el rechazo de los payos a emplear a los gitanos, que seamos capaces de crearle al gitano la demanda de un desarrollo cultural y social y la conciencia de que lo deben hacer ellos.
P. ?Cu¨¢ntas generaciones van a ser necesarias9
R. Muchas generaciones. Cuando adem¨¢s intervienen factores externos, como la consecuci¨®n de dinero f¨¢cil por la droga o los medios que sea, se dificulta la tarea de asimilaci¨®n.
P. ?El Consorcio ha seguido alg¨²n modelo para trabajar con la etnia gitana?
R. No. Experiencias de este tipo no existen ni en Espa?a ni en Europa. Intentamos que el programa se haga en otras ciudades porque as¨ª se cortar¨ªa la venida de mucha gente a Madrid.
P. ?Para cu¨¢ndo est¨¢ previsto el realojamiento del alto de San Isidro?
R. No lo s¨¦. La Administraci¨®n, no es capaz de luchar contra un rechazo masivo, como el de los vecinos de Villaverde con El Molino o los vecinos de Latina con los realojamientos de Jauja, avenida de los Caprichos o cu?a Latina. Es necesario que se implique todo el mundo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.