Retenciones para todos
En estos tiempos en que tanto se escribe y habla del fraude fiscal, el fraude del IVA, las facturas falsas, las comisiones ilegales y otros esc¨¢ndalos de similar naturaleza, no se termina de comprender c¨®mo es posible que no se hayan arbitrado soluciones para tratar de evitar o, por lo menos, reducir uno de los mayores fraudes que pueden darse, a saber: la irritante diferencia de posibilidades de defraudar que se da entre unos y otros sectores de la poblaci¨®n dependiendo de las rentas que perciben, actividades que desarrollan o grados de control que se ejercitan sobre unas y otras. Porque no deja de ser irritante para quienes cobran de una n¨®mina o un cup¨®n, dividendo o renta ver que en el momento de cobrar ya est¨¢n pagando sus impuestos por anticipado y con un control absoluto, en tanto que otros, con actividades m¨¢s o menos rentables, no s¨®lo no pagan lo que deben ni por anticipado ni despu¨¦s; sino que, adem¨¢s, lo hacen con total impunidad por la falta de control que sobre ellos existe o por la absoluta ineficacia de los controles que se aplican.Hay que preguntarse c¨®mo es posible que, ante esta tremenda desigualdad, no se haya producido ya la rebeli¨®n de los que pagan. Porque este hecho no es de ahora. Hace muchos a?os que se produce si bien nunca con la intensidad con que actualmente, debido a la presi¨®n fiscal hoy existente. Reflexionando sobre este punto, llego a una doble conclusi¨®n:
1. La gente que cobra una n¨®mina, una renta o un cup¨®n no tiene conciencia de pagar el impuesto que le retienen. Hay una ilusi¨®n financiera en virtud de la cual el que cobra la n¨®mina o la renta, o el cup¨®n, se hace a la idea de que no es ¨¦l quien paga el impuesto que le retienen, sino que el mismo corre a cargo del pagador de aquellas utilidades. A lo m¨¢s que se llega, a la vista de la hoja de liquidaci¨®n de salarios, es a pensar: ?qu¨¦ barbaridad, qu¨¦ cantidad de impuestos me han retenido!, eso, me han retenido, que es cosa distinta de pagarlos aunque en el fondo ambas palabras encierran el mismo significado.
2. La gente que cobra un sueldo, una renta o un cup¨®n no tiene clara conciencia de la tremenda diferencia que, en cuanto a pagar impuestos, existe entre ellos y otros ciudadanos a los que se aplican retenciones.
Aqu¨ª es donde se produce mi perplejidad. Si el sistema de retenciones da tan buenos resultados al fisco en orden a recaudar y controlar rentas, ?por qu¨¦ no se generaliza su aplicaci¨®n? ?Qu¨¦ insalvables inconvenientes pueden existir para que, lo mismo que se retiene a un empleado o a un profesional cuyos servicios se requieren no se haga lo propio cuando el pago se hace a otro empresario que proporciona servicios o a un proveedor que vende mercanc¨ªas o maquinaria? ?Qu¨¦ dificultades presenta el que la entidad o empresario que paga una factura detraiga un porcentaje de la misma al pagarla y lo ingrese en una cuenta fiscal abierta a nombre del empresario expedidor de la misma, con cargo a la cual pueda ¨¦ste disponer, exclusivamente, para pagar sus impuestos, cualesquiera que estos. sean?
Probablemente se me dir¨¢ que esto ser¨ªa echar a las espaldas de las ya muy sacrificadas empresas una obligaci¨®n m¨¢s con unos costes indirectos posiblemente insoportables en bastantes casos.
Y tendr¨ªan raz¨®n los que as¨ª dijesen si esta generalizaci¨®n de las retenciones se pretendiese a todos los niveles existentes en el amplio espectro empresarial; pero lo que seguro que no se me negar¨¢ que si se limita al conjunto de las empresas que mueven alrededor del 90% de la econom¨ªa del pa¨ªs, s¨®lo ser¨ªan aproximadamente un 10% de los empresarios los que se ver¨ªan afectados y, si los efectos de esta medida llegasen a ser tan beneficio sos para la Hacienda P¨²blica como lo son las retenciones que en la actualidad se practican, ?qu¨¦ inconveniente podr¨ªa existir para encontrar alguna especie de compensaci¨®n a la carga de trabajo adicional que esta nueva obligaci¨®n pudiera suponer? Adem¨¢s de incrementar la recaudaci¨®n, esta medida aumentar¨ªa el control sobre los que actualmente no lo tienen, que, por otra parte, experimentar¨ªan la ilusi¨®n financiera de pagar menos impuestos y, sobre todo, contribuir¨ªa a reducir la irritante desigualdad con la que he iniciado mis meditaciones sobre este asunto. Yo creo que esto es como lo del huevo de Col¨®n, pero siempre habr¨¢ quienes est¨¦n dispuestos a no ponerlo de pie porque tumbado les va mejor.
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