Crisis demogr¨¢fica: los espa?oles en edad de trabajar caen en casi un mill¨®n en seis a?os
La llegada de dos millones de extranjeros evita el impacto en la econom¨ªa del envejecimiento de la poblaci¨®n
El invierno demogr¨¢fico ya est¨¢ aqu¨ª. Llama a la puerta con aldabonazos inapelables: seg¨²n el censo continuo del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), desde enero de 2019 se han perdido unas 930.000 personas nacidas en Espa?a en edad de trabajar, entendido como el grupo con edades entre 20 y 64 a?os. No obstante, esa p¨¦rdida de capital humano se ha visto m¨¢s que compensada en n¨²meros por la llegada de for¨¢neos: en esas mismas edades el colectivo de los nacidos en el extranjero creci¨® durante el mismo periodo en unos 2,1 millones. Sin ellos no se podr¨ªa haber mantenido el dinamismo del mercado laboral y la actividad econ¨®mica se habr¨ªa resentido.
El envejecimiento de la poblaci¨®n espa?ola avanza lento pero inexorable, como un gran transatl¨¢ntico. Y est¨¢ redibujando con una fuerza demoledora el funcionamiento de la econom¨ªa. Ya nada ser¨¢ igual: en 2024, seg¨²n la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA), de los 468.000 puestos de trabajo que se crearon, solo 59.000 fueron ocupados por nacionales. El 88% del empleo generado el a?o pasado se debi¨® a trabajadores extranjeros o de doble nacionalidad. Y bajo esta realidad subyace otra que explica este auge del empleo inmigrante: en 2024, con datos de la EPA, se perdieron 335.000 personas de nacionalidad exclusivamente espa?ola en la franja de poblaci¨®n entre 25 y 54 a?os, supuestamente la edad ¨®ptima para la actividad laboral, mientras que aumentaba en 258.000 la que tiene m¨¢s de 55 a?os.
Conforme envejece la generaci¨®n del baby boom espa?ol, aquella que naci¨® entre finales de los cincuenta y finales de los setenta, el grueso de la poblaci¨®n se desplaza hacia edades m¨¢s cercanas a la jubilaci¨®n y con menores tasas de actividad. La tradicional pir¨¢mide demogr¨¢fica se est¨¢ transformando de forma irremediable en una hucha con la parte ancha cada vez m¨¢s arriba. Si nos remontamos a finales de 2019, seg¨²n la EPA se han perdido 1,2 millones de poblaci¨®n nacional en las cohortes entre 25 y 54 a?os. Al mismo tiempo, el segmento de 55 a?os en adelante sube en 1,17 millones.
Estos n¨²meros muestran el acusado proceso de envejecimiento. Se trata de movimientos tect¨®nicos que empezaron hace d¨¦cadas y que son el resultado de las ca¨ªdas que hubo en las tasas de natalidad hace 20 o 30 a?os respecto a las que hab¨ªa hace 50 o 60. Al baby boom le ha seguido un baby collapse. Y en gran medida explicar¨ªa, por un lado, el extraordinario avance de la poblaci¨®n inmigrante en el mercado laboral y, por otro, los problemas de vacantes que se?alan los empresarios.
Consecuencias del envejecimiento
El envejecimiento ya est¨¢ sucediendo y sus efectos son inevitables. Provoca m¨¢s bajas laborales, m¨¢s colas en la sanidad, menos movilidad laboral y una menor productividad, ya que cuanto m¨¢s trabajadores mayores hay, menos se innova y menos tecnolog¨ªa se usa. Afecta a los tipos de trabajo que se pueden desarrollar y precisa formaci¨®n para poder alargar las vidas laborales. Genera un consumo m¨¢s reducido porque ya han adquirido muchos bienes duraderos, disminuyendo la demanda de productos que requieren m¨¢s inversi¨®n como los coches. En la medida en que se acercan a la jubilaci¨®n, engordan su ahorro. Impacta en la fiscalidad porque al consumir menos se ingresa menos por el IVA ¡ªen cambio, re¨²nen m¨¢s patrimonio¡ª. Y, sobre todo, plantea retos de primer orden para financiar las pensiones.
En cualquier caso, el fen¨®meno hace imprescindible la entrada de for¨¢neos para paliar el declive demogr¨¢fico. De hecho, los inmigrantes ya est¨¢n aguantando el mercado laboral: de los 1,9 millones de empleos creados desde finales de 2019, 540.000 son nacionales, 850.000 extranjeros y 500.000 tienen doble nacionalidad ¡ªsolo Ecuador, Colombia, Venezuela, Argentina y Uruguay copan el 75% de los de doble nacionalidad¡ª. Es decir, los trabajadores de origen for¨¢neo representan el 70% de la ocupaci¨®n generada en el ¨²ltimo lustro.
Una aportaci¨®n superior a los 60.000 millones
Valgan unos c¨¢lculos aproximados: si se toma el PIB, entre 2022 y 2024 la ocupaci¨®n ha supuesto 8,8 puntos del crecimiento. Dado que alcanzan un 70% del empleo creado y que sus salarios son casi un 30% menores, esto significa que pueden haber supuesto m¨¢s de 4 puntos del avance registrado en la econom¨ªa durante el ¨²ltimo trienio. En euros su aportaci¨®n al PIB superar¨ªa los 60.000 millones.
Esto explica parte del crecimiento diferencial de la econom¨ªa espa?ola respecto a la aton¨ªa de la zona euro. Una econom¨ªa puede crecer b¨¢sicamente por dos motivos: o pone a m¨¢s gente a trabajar o hace m¨¢s con lo que ya tiene, es decir, mejora su productividad. En este caso, Espa?a est¨¢ tirando m¨¢s a fuerza de traer gente de fuera que trabaje. Esto tiene efectos sobre el crecimiento per c¨¢pita, que en realidad no est¨¢ avanzando tanto como lo hace el conjunto de la econom¨ªa y, en parte, explica esa sensaci¨®n de que tras la crisis inflacionaria todav¨ªa queda por recuperar algo de poder adquisitivo en algunos grupos.
Sin embargo, una econom¨ªa que crece a golpe de incorporar efectivos tiene numerosas ventajas: comparen dos tribus que deben 50 sacos de grano cada una. Las dos cuentan con 50 miembros. Pero en la primera pasa el tiempo y duplican el grupo hasta las 100 personas. En cambio, en la segunda su poblaci¨®n se estanca. Aunque ambos clanes siguen debiendo lo mismo, ahora el esfuerzo del primer colectivo para pagar su deuda se ha reducido a la mitad. Toca a medio saco por cabeza. Su capacidad para generar riqueza es mayor simplemente a fuerza de sumar efectivos. En el segundo tendr¨¢n que sufrir m¨¢s para devolverla.
Es la ventaja de atraer poblaci¨®n: genera m¨¢s recaudaci¨®n que permite pagar las pensiones y la deuda, hace que las empresas ingresen m¨¢s y capten una mayor inversi¨®n, y facilita los ajustes porque cuando el mercado de una empresa crece mucho basta con congelar gastos y salarios para recuperar la competitividad. En cambio, con unos crecimientos bajos el margen es menor y obliga a recortar, lo cual es siempre m¨¢s traum¨¢tico y tiene graves consecuencias sobre la desigualdad al perderse empleo en lugar de salario. En definitiva, los tama?os importan.
Las personas de origen extranjero han pasado de ser el 14,6% de la poblaci¨®n al 20,9% en ocho a?os. Aunque hay pa¨ªses que todav¨ªa tienen una proporci¨®n algo mayor, desde 2016 solo Noruega entre los europeos ha elevado m¨¢s su porcentaje de inmigrantes respecto al total de la poblaci¨®n. Pero es en las regiones motores de la econom¨ªa espa?ola donde la tendencia se agudiza. Sobre todo si se pone el foco en los menores de 44 a?os: en Madrid los no nacidos en Espa?a suponen el 42% de la poblaci¨®n entre 25 y 34 a?os. Y el 37% entre los 35 y 44 a?os. En Catalu?a las cifras son incluso mayores: llegan al 44% y al 40% de esos grupos, respectivamente.
A pesar de la llegada de inmigrantes, el paro ha ca¨ªdo en casi 600.000 individuos frente a 2019. Y toda la reducci¨®n del desempleo son nacionales, dice Miguel ?ngel Garc¨ªa, investigador de Fedea y profesor de la Universidad Rey Juan Carlos. El grueso del empleo inmigrante va a trabajos que los espa?oles no demandan o lo hacen en menor medida. Por lo general, seg¨²n la radiograf¨ªa que hizo el Banco de Espa?a en un informe de hace unos meses, proceden de Latinoam¨¦rica, tienen una edad media de 32 a?os y menos formaci¨®n que los nacionales, aunque sus cualificaciones hayan mejorado en los ¨²ltimos a?os, y se emplean en sectores y trabajos menos cualificados, como en la hosteler¨ªa, agricultura, servicios del hogar y cuidado de personas, construcci¨®n y transporte. ¡°Su tasa de actividad es una de las m¨¢s altas de la UE y, a diferencia de lo que ocurre en otros pa¨ªses, es superior a la de los nacionales¡±, dice el supervisor. En el ¨²ltimo a?o, solo la hosteler¨ªa y la log¨ªstica han abarcado casi la mitad del empleo creado en las cifras de afiliaci¨®n. La reciente bonanza del turismo y las actividades de transporte no se habr¨ªa sostenido sin ellos: se habr¨ªa producido una escasez de trabajadores en esos sectores y se habr¨ªa notado tanto en el PIB como en precios m¨¢s altos.
Dicho esto, la naturaleza de los sectores en los que trabajan implica que no se mejora mucho la productividad, si bien es cierto que tambi¨¦n liberan a trabajadores espa?oles m¨¢s productivos que de no contar con ellos estar¨ªan cuidando de los hijos o los dependientes. Al elevarse el empleo en estos sectores menos intensivos en capital f¨ªsico y tecnol¨®gico, hay proporcionalmente una menor inversi¨®n privada. Y tambi¨¦n consumen menos por su menor renta: pese a que los exclusivamente extranjeros son el 40% del empleo generado, el aumento de la poblaci¨®n for¨¢nea solo ha supuesto un 25% del incremento del consumo, seg¨²n c¨¢lculos de Funcas.
La duda sobre este patr¨®n de crecimiento es qu¨¦ pasar¨¢ si en alg¨²n momento hay un par¨®n de la econom¨ªa. En principio, parece una ventaja estructural el poder atraer tanta mano de obra que comparte lazos culturales e idioma. Pero tambi¨¦n cabe el riesgo de que dejen de venir o se marchen, como sucedi¨® en la pasada crisis financiera ¡ªque tuvo una dureza y duraci¨®n inusitadas¡ª, y entonces podr¨ªan acabar siendo proc¨ªclicos, agudizando la recesi¨®n. Aun as¨ª, la visi¨®n de los analistas en general es positiva: ¡°En un shock negativo podr¨ªan brindar una mayor flexibilidad porque en lugar de producirse los ajustes mediante un mayor desempleo se podr¨ªan resolver con los movimientos de la poblaci¨®n¡±, explica Manuel Hidalgo, profesor de la Universidad Pablo de Olavide y miembro de EsadeEcPol.
Otra cuesti¨®n es si conllevan un chute fiscal a corto plazo pero acaban generando a largo un coste fiscal porque tributan unas cantidades inferiores al ganar menos. Esa visi¨®n no tiene en cuenta los fort¨ªsimos impactos macro y el deterioro econ¨®mico y fiscal que habr¨ªa en el contrafactual, subraya Hidalgo. Algunos estudios sobre Dinamarca y Holanda sugieren que la diferencia entre lo que aportan y reciben fiscalmente los inmigrantes es un coste para Hacienda. Si bien en su mayor¨ªa son datos de pa¨ªses donde los extranjeros pueden acceder a ayudas con mayor facilidad, hay m¨¢s refugiados pol¨ªticos y tienen barreras por el idioma. A Espa?a vienen por motivos econ¨®micos, hablan el idioma y presentan una mayor tasa de actividad y empleo que los espa?oles. Adem¨¢s, el sistema de ayudas est¨¢ dise?ado para que los inmigrantes tarden en poder acceder a ellas, pues primero hay que cotizar y residir un tiempo. Y, en todo caso, la segunda generaci¨®n de latinoamericanos suele estar mucho m¨¢s integrada respecto a lo que sucede en otros pa¨ªses.
Espa?a est¨¢ recibiendo una inmigraci¨®n que se integra con mayor facilidad, en unos n¨²meros muy elevados sin que se hayan visto por ahora los problemas experimentados en otros pa¨ªses. Pero los expertos consultados tambi¨¦n destacan los importantes retos que plantea, como atender las necesidades de vivienda, evitar guetos, mejorar la educaci¨®n y la formaci¨®n para dar oportunidades a las segundas generaciones y adecuar la formaci¨®n de los que vienen a las necesidades del mercado laboral. De c¨®mo se resuelvan depender¨¢ la aceptaci¨®n pol¨ªtica de este modelo de crecimiento forzado por el envejecimiento.
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