El primer hombre que baj¨® de un ¨¢rbol era ya un etnobot¨¢nico
Schultes, que ha asistido al congreso Etnobot¨¢nica 92, recientemente clausurado en C¨®rdoba, es un americano simp¨¢tico, de 77 a?os, que se desenvuelve con sencillez ante sus colegas, que, sin embargo, hablan de ¨¦l con reverencia. No en vano el profesor es una autoridad que durante 53 a?os ha estudiado las especies aut¨®ctonas del Amazonas y ha aprendido de los ind¨ªgenas mucho de lo que sabe sobre las plantas. De ah¨ª que su principal preocupaci¨®n sea la formaci¨®n de etnobot¨¢nicos, ante el abandono de su h¨¢bitat por las nuevas generaciones de indios.Schultes es partidario de que los etnobot¨¢nicos oigan todav¨ªa a los ind¨ªgenas "para que ellos nos ense?en a diferenciar cada tipo de especie", aunque considera que ese conocimiento ¨ªntimo de las plantas, que los nativos han transmitido de forma oral de padres a hijos, "se est¨¢ perdiendo r¨¢pidamente por la aculturizaci¨®n y occidentalizaci¨®n inflexible de las sociedades primitivas y la extinci¨®n de muchos pueblos abor¨ªgenes". En este sentido, dice que esto se manifiesta especialmente en el empleo de las plantas medicinales por parte de los nativos. "Cuando se dispone de la medicina moderna, eficaz y f¨¢cil de utilizar, se produce la total aceptaci¨®n de los remedios occidentales".
De igual manera que, a su criterio, "el primer hombre que baj¨® de un ¨¢rbol ya era etnobot¨¢nico, pues necesitaba conocer las virtudes de las especies vegetales para sobrevivir", este cient¨ªfico asiste preocupado al fen¨®meno de las grandes multinacionales que entran con m¨¢quinas oruga en los bosques para arrasar las zonas -dejando la desolaci¨®n a su paso- donde "el indio ha cortado con cuchillos y observado plantas". En este sentido, a?ade que la introducci¨®n de la ganader¨ªa en los bosques tropicales h¨²medos est¨¢ exterminando los territorios por donde avanza, dej¨¢ndolos bald¨ªos, y que s¨®lo en Brasil se ha destruido por este procedimiento una superficie equivalente a la de Suiza.
"Reniego de aquellos que dicen que la etnobot¨¢nica es un club de jardiner¨ªa", afirma contundente el cient¨ªfico. "Son tan brutos que piensan que con su qu¨ªmica y sus m¨¢quinas pueden hacer ciencia. S¨®lo el 10% de las 80.000 plantas amaz¨®nicas ha sido analizado por los qu¨ªmicos, y ¨¦stos no podr¨ªan desarrollar su trabajo sin el que realizamos previamente los bot¨¢nicos", dice Richard Evans Schultes, para a?adir que hay 1.600 especies vegetales que se emplean con ¨¦xito en la medicina, "y ¨¦sas seguro que no son todas las que existen".
El profesor considera que la investigaci¨®n etnobot¨¢nica tiene varios aspectos de vital importancia que pueden contribuir en forma notable al progreso de la ciencia. Hay tres que encuentra de singular inter¨¦s y que, "sin p¨¦rdida de tiempo, merecen una atenci¨®n amplia y constructiva". Schultes rescata de uno de sus libros estos aspectos: la protecci¨®n de las especies vegetales en peligro de extinci¨®n, el rescate de los conocimientos sobre los vegetales y sus propiedades que poseen las culturas que est¨¢n en peligro de r¨¢pida desaparici¨®n y la domesticaci¨®n de nuevas plantas ¨²tiles, o conservaci¨®n gen¨¦tica de las plantas econ¨®micamente prometedoras".
Schultes ha dejado un mensaje en el congreso de C¨®rdoba: "La protecci¨®n de los recursos etnobot¨¢nicos debe ser considerada entre los objetivos de m¨¢xima prioridad en materia de conservaci¨®n. Fomentar esta protecci¨®n, formar m¨¢s etnobot¨¢nicos capaces de salvaguardar esta herencia y proveer fondos para los estudios de Campo es nuestra meta. Pronto ser¨¢ demasiado tarde", se?al¨® Schultes.
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