EE UU inicia una pol¨¦mica y ambiciosa b¨²squeda de inteligencia extraterrestre
El lunes, 12 de octubre, coincidiendo con los 500 a?os del descubrimiento de Am¨¦rica, Estados Unidos lanzar¨¢ oficialmente el mayor esfuerzo realizado hasta ahora para comunicarse con civilizaciones extraterrestres. Este proyecto de la NASA se prolongar¨¢ durante 10 a?os, si no resulta afectado por los recortes presupuestarios. Las nuevas tecnolog¨ªas utilizadas permiten a los cient¨ªficos ser moderamente optimistas. "Realizaremos una b¨²squeda mayor en el primer minuto de esta primera etapa que la efectuada en los ¨²ltimos 30 a?os" ha se?alado Jill Tarter, cient¨ªfica jefe del proyecto.
El proyecto que se inicia el pr¨®ximo lunes ha sufrido tantos avatares pol¨ªticos que hasta ha cambiado de nombre para evitar lo que sus responsables llaman "efecto risitas". Eran inevitables las sonrisas entre los congresistas cuando cada a?o se dedicaban a borrar el proyecto de los presupuestos de la NASA. El ¨²ltimo intento, que no prosper¨®, tuvo lugar hace s¨®lo dos meses. Uno de los congresistas lleg¨® a preguntar: "?Por qu¨¦ tienen los contribuyentes norteamericanos que pagar la b¨²squeda de peque?os hombres verdes?", refiri¨¦ndose al estereotipo del marciano. Finalmente, el programa SETI (siglas en ingl¨¦s de B¨²squeda de Inteligencia Extraterrestre) ha pasado a llamarse High Resolution Microwave Survey (HRMS o barrido por microondas de alta resoluci¨®n) y ha obtenido 100 millones de d¨®lares (10.000 millones de pesetas) para los pr¨®ximos 10 a?os.
No busca marcianos
Aunque los pol¨ªticos no lo tengan todav¨ªa claro, el ex proyecto SETI tiene un definido car¨¢cter cient¨ªfico y no pretende buscar marcianos, ni limitar su alcance a los estrechos confines del sistema solar. Es un ejercicio de humildad del ser humano. Parte de la base estad¨ªstica de que la vida ha debido surgir en alguna otra parte de la inmensidad del universo adem¨¢s de en la Tierra y que otras civilizaciones ser¨¢n lo suficientemente inteligentes para intentar comunicarse con la terrestre. T¨¦cnicamente el programa es simple, ya que, consiste en barrer numerosas bandas o canales de frecuencias para intentar captar se?ales que puedan representar mensajes procedentes de otras civilizaciones.
No se puede hablar del proyecto sin citar a su principal impulsor desde hace 30 a?os, el astr¨®nomo norteamericano Frank Drake, que fue el primero en hacer una b¨²squeda sistem¨¢tica de emisiones extraterrestres en los tiempos modernos. Drake, que se ha Mostrado siempre optimista, lo es m¨¢s que nunca ahora: "Espero ser testigo de la detecci¨®n de se?ales antes del a?o 2000", ha dicho, mientras promociona el libro que ha escrito sobre el proyecto (se titula ?Hay alguien ah¨ª fuera?). Ahora, los astr¨®nomos esc¨¦pticos ponen en duda los c¨¢lculos de Drake y dicen que es muy posible que no haya ninguna otra civilizaci¨®n en nuestra galaxia. Si es as¨ª, la b¨²squeda se complica mucho, y las posibilidades de comunicaci¨®n bajan alarmantemente.
Esta b¨²squeda se inicia con la gigantesca antena de Arecibo, en Puerto Rico y seguir¨¢ con las de Go1dstone, en California y Green Bank, en la costa este. Luego se a?adir¨¢n estaciones de seguimiento de Australia.
Por el momento la estaci¨®n INTA-NASA en Espa?a, en Robledo de Chavela, no participar¨¢, como tampoco lo har¨¢n radioastr¨®nomos espa?oles. Espa?a no se ha sumado al proyecto por dos razones, seg¨²n las fuente consultadas. La primera es de tipo econ¨®mico, ya que no encajaba el proyecto en ninguno de los programas de investigaci¨®n financiados por el Estado y faltaron cinco millones de pesetas para que un astrofisico se encargara de su coordinaci¨®n. Otra raz¨®n es que los astrof¨ªsicos consultados pensaron que se trata de un proyecto a largo plazo de resultados -inmediatos improbables para su carrera acad¨¦mica.
15 millones de canales
El dinero del proyecto se ha invertido sobre todo en poner a punto receptores digitales que pueden barrer a gran velocidad millones de canales de radio -entre los 1.000 y los 10.000 megahercios, la zona de microondas, donde el ruido de fuentes estelares es menor- de, forma simult¨¢nea. Se supone que una civilizaci¨®n avanzada escoger¨ªa estas frecuencias para intentar comunicarse con otros mundos. Los receptores est¨¢n dise?ados para distinguir de las se?ales esperadas otras se?ales constantes que pudieran tener un origen desconocido a un ritmo de escucha de 15 millones de canales por segundo.
La b¨²squeda se limita a la V¨ªa L¨¢ctea y se realiza en dos escalas diferentes. Arecibo enfocar¨¢ unas 800 estrellas situadas a 100 a?os luz de la Tierra, similares al Sol en edad y tama?o, para recibir sus se?ales entre los 1.000 y los 3.000 megahercios. A esta b¨²squeda se a?adir¨¢n los observatorios de Australia en una segunda etapa. Desde California, por otra parte, se empezar¨¢ a escudri?ar pr¨¢cticamente todo el cielo en todo el rango de frecuencias, lo que se asemeja bastante a buscar una aguja en un pajar, si se tiene en cuenta que en la V¨ªa L¨¢ctea existen 400.000 millones de estrellas.
En el caso de que se detectaran se?ales significativas, no est¨¢ claro si compensar¨ªa el esfuerzo, ya que la comunicaci¨®n a esas distancias es virtualmente imposible. Pero se tendr¨ªa por fin la certeza de que el hombre no est¨¢ solo en el universo.
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