El Madrid, a la espera de Mart¨ªn V¨¢zquez
Aquel Madrid de tiempos no tan lejanos (tres temporadas), que atacaba en avalanchas y mareaba a los defensas rivales, le habr¨ªa metido siete goles al Valencia de ayer. El Madrid de ahora le marc¨® dos y gracias. Fue una noche, ins¨ªpida, con un Madrid que pas¨® el compromiso sin brillantez a la espera de la llegada de Mart¨ªn V¨¢zquez.Bernard Tapie, presidente del Marsella, estuvo en el palco del Bernab¨¦u probablemente para ver a Prosinecki -aunque Mendoza dice que no lo quiere vender-, pero debi¨® anotar en su agenda mental el nombre de Michel. De nuevo fue la inspiraci¨®n puntual de Michel, el mejor en los ¨²ltimos meses, quien salv¨® el problema. Desaparecida esa autoflagelaci¨®n mental que le causaba el no ser el m¨¢s querido de la quinta, Michel es en estos momentos el ¨²nico jugador del Madrid que realmente marca la diferencia. Sus apariciones en escena, breves anoche, bastaron para doblegar a un triste Valencia.
El rendimiento que dio ayer el Valencia es muy preocupante para el f¨²tbol espa?ol. Con un presupuesto muy elevado y con jugadores de categor¨ªa, el Valencia deber¨ªa luchar por el t¨ªtulo de Liga. Pero es un equipo blandengue, fofo de esp¨ªritu, que acabar¨¢ luchando por un modesto puesto en la Copa de la UEFA. Anoche sali¨® al campo derrotado, con mentalidad digna de un Segunda B en partido de Copa. Hiddink coloc¨® a cinco jugadores atr¨¢s e inici¨® la presi¨®n sobre el Madrid tan atr¨¢s que le cedi¨® 80 metros al Madrid. No s¨®lo eso. Torpe como nunca, Fernando, que deb¨ªa organizar el juego del Valencia, se convirti¨® en un boicoteador indirecto de sus compa?eros. No dio un solo pase en condiciones en todo el partido. Adem¨¢s, el Valencia, excepto en cuatro contraataques, fue incapaz de controlar el bal¨®n m¨¢s all¨¢ de 30 segundos. Y para redondear la noche, Penev, el ¨²nico hombre que a¨²n tiene algo de agresividad en este equipo, apenas jug¨® unos minutos. El mi¨¦rcoles disput¨® un partido con Bulgaria en Suecia, y lleg¨® a media tarde de ayer a Madrid. Demasiadas concesiones.
Pero los goles no llegaron hasta que el Valencia se qued¨® con 10 por expulsi¨®n de Roberto. Ya las ventajas eran tantas que al Madrid s¨®lo le restaba que le quitasen al portero valencianista. Y fue entonces cuando surgi¨® Michel, que corri¨® en pos de un bal¨®n imposible para recoger lo con la punta de la bota y coloc¨¢rselo en la cabeza a Hierro. Fue lo mejor de la noche.
En la grada no estaba Mart¨ªn V¨¢zquez, que llega hoy a Madrid. El equipo est¨¢ pidiendo a gritos su ayuda. Pero la diferencia entre el equipo que dej¨® Mart¨ªn V¨¢zquez y el que va a encontrarse es abismal. Aquel era un bloque de oro puro: Sanchis, Schuster, Gordillo, Michel, Mart¨ªn V¨¢zquez, Butrague?o y Hugo S¨¢nchez en la plenitud de sus carreras. Siete tipos que la tocaban y que siempre miraban hacia adelante. El Madrid de ahora es inferior. Faltan hombres y algo de la calidad que antes sobraba.
Pero, a¨²n as¨ª, hay detalles, incluso en partidos tan aparentementes blandos como el de ayer, que insin¨²an que algo est¨¢ cambiando en este equipo., En las dos ¨²ltimas temporadas, el Madrid se paseaba como alma en pena. El descontrol t¨¢ctico era evidente. Ahora se ve un trabajo organizativo. El equipo presiona, trabaja y se coloca con coherencia en el campo. Pero le faltan dos cosas: autoconfianza e inspiraci¨®n ofensiva.
Esas carencias son l¨®gicas si el Prosinecki actual es el encargado de llevar el equipo. Est¨¢ en un per¨ªodo terap¨¦utico y Floro es valiente apostando por una terapia de choque. Aunque ayer estaba motivado, el miedo evidente a chutar fuerte repercute en su rendimiento y en la confianza que transmite a sus compa?eros. Corre demasiado con el bal¨®n pegado a las botas, acarici¨¢ndolo m¨¢s que golpe¨¢ndolo. Y, curiosamente, marc¨® su gol en una de las pocas acciones en las que jug¨® sin bal¨®n.
Y un detalle final. Sanchis, por primera vez, jug¨® con la camiseta por dentro del pantal¨®n. Ha sido necesaria una asamblea de socios para acabar con una superstici¨®n personal tan gravosa para la imagen. del club. Habr¨¢ que ver si en el futuro alguien plantea otros temas cruciales en tan importante reuni¨®n. Por ejemplo, que todos los jugadores lleven el pelo cortado al cero; o que compren coches ¨²nicamente de color blanco. El f¨²tbol mejorar¨¢, sin duda.
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