Gobierno y sindicatos intentan pactar algunos acuerdos ante la crisis
El Gobierno y los sindicatos han iniciado un discreto pero intenso acercamiento con el objetivo de ofrecer un consenso ante la crisis econ¨®mica. Sin embargo, ¨¦sa no es la ¨²nica meta. El Ejecutivo teme que la crisis influya en las urnas y las centrales a¨²n arrastran las secuelas de la huelga general del 28 de mayo. Aunque hasta el momento estos contactos no se han traducido en acuerdos firmados ni en la convocatoria oficial de las mesas de negociaci¨®n, s¨ª hay un conjunto de medidas en embri¨®n y otras ya tomadas que suponen un gui?o del Gobierno a los sindicatos, que han moderado claramente sus posturas.
El 29 de septiembre, el vicepresidente del Gobierno y un hombre de confianza del secretario general de CC OO, Antonio Guti¨¦rrez, manten¨ªan una larga reuni¨®n en La Moncloa, con la crisis econ¨®mica y la concertaci¨®n social como fondo. Este encuentro es s¨®lo uno m¨¢s de la oleada de contactos -unos p¨²blicos (reuni¨®n PSOE-UGT en Ferraz), y otros privados (tanto del Gobierno con los dos sindicatos, como con cada uno por separado)- que se est¨¢n produciendo en los ¨²ltimos tres meses, seg¨²n han confirmado fuentes pr¨®ximas al Gobierno y los sindicatos.Narc¨ªs Serra intentaba conectar, con Comisiones Obreras desde antes de la huelga del 28 de mayo. Entonces ya envi¨® un discreto mensaje al l¨ªder de CC OO. para mantener un encuentro que no cuaj¨®.
Paralelamente, han sido muchos los dirigentes socialistas que han, colaborado en los ¨²ltimos meses en restablecer cauces de di¨¢logo con sus antiguos amigos de UGT. Con menos ruido que Alfonso Guerra, han empezado a tender puentes Jos¨¦ Barrionuevo -con la ley de huelga como excusa-; Carmen Garc¨ªa Bloise, Manuel Chaves, Paulino Barrab¨¦s, o Javier Solana -quienes nunca perdieron las buenas relaciones con UGT- y Luis Mart¨ªnez Noval -uno de los m¨¢s activos por su responsabilidad como ministro de Trabajo- Ello prueba que UGT quiere mantener las mismas relaciones con todos los sectores del PSOE. El l¨ªder ugetista Ant¨®n Sarac¨ªbar advierte "que nadie se equivoque: negociamos con el Gobierno y nos vemos con los partidos".
Esos contactos se iniciaron al tiempo que se produc¨ªa una reflexi¨®n en el seno de los sindicatos dirigida a recomponer el di¨¢logo social. Ha sido un proceso paulatino, que parte del consejo confederal de CC OO -celebrado los d¨ªas 23, 24 y 25 de junio- y, con m¨¢s reticencias, del comit¨¦ confederal de UGT del 25 y 26 de junio pasado.
Ese acercamiento entre el Gobierno y los sindicatos se est¨¢ gestando con enormes dificultades, no en vano se produce despu¨¦s de cinco a?os de enfrentamientos permanentes. La crisis econ¨®mica ha sido un factor decisivo reconocido por las dos partes y eso no es una novedad hist¨®rica: los grandes pactos se han firmado en las ¨¦pocas m¨¢s cr¨ªticas. As¨ª ocurri¨® con el Acuerdo Nacional de Empleo, tras el golpe de Estado de 1981; con los Pactos de La Moncloa de 1978, y con el Acuerdo Econ¨®mico y Social de 1984. Ahora parece dif¨ªcil un nuevo gran pacto global -a ning¨²n interlocutor le cuadra- y se buscan acuerdos concretos.
Adem¨¢s de la crisis econ¨®mica, pesan el desgaste electoral del PSOE y el escaso seguimiento del paro general del 28 de mayo, que ha dejado a muchos sindicalistas sin ganas de convocar una nueva huelga general.
"Nadie ha roto el carn¨¦"
El PSOE busca un acercamiento a los sindicatos, porque ha comprobado en las encuestas que parte de la fuga de votos se produce por la izquierda y que muchos votantes socialistas no entienden la ruptura con el sindicato. Necesita tambi¨¦n resolver la situaci¨®n esquizofr¨¦nica entre sus propios afiliados, porque, seg¨²n un dirigente socialista, "nadie ha roto el carn¨¦ del PSOE ni el de UGT" en los a?os de beligerancia.Cierto es que, hasta el momento, esos encuentros no han culminado en firmas; pero no lo es menos que se han producido decisiones gubernamentales en asuntos eminentemente sociales, totalmente imprevisibles antes del verano, y que cuentan con el apoyo impl¨ªcito de las centrales, que han arrinconado la idea de la huelga general.
Por ejemplo, la proyectada prohibici¨®n de los fondos de pensiones internos para potenciar los externos que dan m¨¢s control a los sindicatos; la lista de medicamentos, el que no se toque su gratuidad para los jubilados y la campa?a contra el fraude; la reforma de la incapacidad laboral transitoria; la subida de las pensiones seg¨²n la inflaci¨®n pasada, y los aplazamientos para enmendar la ley de huelga para lograr el mayor consenso.
Adem¨¢s, se trabaja afanosamente para buscar puntos de encuentro en el temario de negociaci¨®n pendiente, como el candidato a la presidencia del Consejo Econ¨®mico y Social, la reforma de la formaci¨®n profesional, la ley de salud laboral o la reforma del Inem. La intenci¨®n es convocar las mesas oficiales cuando tengan "constancia de que no nos vamos a tirar los trastos a la cabeza", seg¨²n un sindicalista. De ah¨ª los continuos aplazamientos para concretar un calendario oficial. Se trata, seg¨²n palabras de Guti¨¦rrez, de iniciar un di¨¢logo sin frustraciones".
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