La cumbre de Birmingham no consigue superar la par¨¢lisis de la Comunidad
ENVIADOS ESPECIALESLos l¨ªderes de la CE aprobaron ayer en Birmingham una declaraci¨®n abstracta y repleta de lugares comunes que aplaza hasta la cumbre de diciembre en Edimburgo, e incluso para despu¨¦s, la soluci¨®n de los problemas pendientes, pero que pretende desactivar las reticencias que suscita el Tratado de Maastricht en varios Estados miembros, como Dinamarca y el Reino Unido. El Consejo Europeo extraordinario pudo as¨ª concluir dando una imagen de unidad despu¨¦s de que el presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand, advirtiese sobre la necesidad de que la CE siga siendo "el ¨²nico de los conjuntos internacionales que no se desagrega". "Hay que evitar el contagio" recalc¨®.
Los l¨ªderes europeos intentaron evitar que la falta de resultados concretos se interpretara como un fracaso de la cumbre. Junto con otros asistentes al Consejo Europeo, Mitterrand calific¨® de "abusiva" la tesis de que la cumbre sirve ante todo para echar una mano a un John Major (primer ministro brit¨¢nico) que "ha atravesado un momento dif¨ªcil pol¨ªticamente", en palabras del canciller alem¨¢n, Helmut Kohl La reuni¨®n fue "muy ¨²til", dijo Mitterrand, porque despu¨¦s de Ias turbulencias monetarias est¨¢ bien que nos veamos".En otro documento paralelo los Doce reiteran su apego a los objetivos de la convergencia econ¨®mica y al Sistema Monetario Europeo (SME), aunque invitan a los ministros de Finanzas a reflexionar sobre su funcionamiento.
"S¨®lo podemos tener ¨¦xito si los pueblos de nuestros pa¨ªses creen que el camino que estamos siguiendo es el correcto", afirm¨® Major, y para tratar de obtener esta adhesi¨®n popular, la declaraci¨®n final recoge algunas ideas, en parte sugeridas por el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors, para "demostrar a los ciudadanos los beneficios de la Comunidad y del Tratado de Maastricht".
Para el presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, la principal virtud del Consejo fue el restablecimiento del "clima de comunicaci¨®n y confianza", que se hab¨ªa deteriorado en los ¨²ltimos meses, sobre todo entre el Reino Unido y Alemania, a pro p¨®sito de las pol¨ªticas monetarias.
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Gonz¨¢lez: "Coser no es tan r¨¢pido como descoser"
Viene de la primera p¨¢ginaBirmingham no pasar¨¢ a la gran historia de los consejos europeos. Los Doce no han avanzado ni un ¨¢pice en ninguno de los grandes problemas abiertos sobre su mesa: el SME sigue sin la libra ni la lira; los daneses no saben todav¨ªa c¨®mo intentar acordar su paso con el de los otros europeos; Maastricht no ha sido ratificado en los Comunes ni lo ser¨¢ posiblemente antes de seis meses, y no se ha conseguido todav¨ªa la f¨®rmula. m¨¢gica del principio de la subsidiariedad para recortar los poderes de la Comisi¨®n Europea.
Acaso lo m¨¢s importante que han conseguido hacer los Doce en Birmingham es producir un texto que es el m¨¢s corto y sencillo de toda la historia de los consejos europeos, al decir del propio Felipe Gonz¨¢lez. Tambi¨¦n han logrado, seg¨²n el presidente del Gobierno, y no es poco, confirmar en todos sus puntos el camino emprendido y transmitir el mensaje de confianza que los ciudadanos esperaban: Maastricht debe ser ratificado lo antes posible; Europa debe seguir construy¨¦ndose entre los Doce, sin exclusi¨®n de nadie; no hay que permitir una Europa de dos velocidades, etc¨¦tera.
Aparentemente satisfecho por el desarrollo del debate, Gonz¨¢lez explic¨® que lo sucedido en Maastricht era un "Consejo intermedio, muy presionado por las, circunstancias, en el que se reafirma todo lo que era necesario reafirmar y que despeja el camino hacia Edimburgo", la siguiente cumbre europea con la que concluir¨¢ en diciembre la presidencia de la CE.
La cumbre de Birmingham, se ha sabido ahora, estaba preparada para un eventual rechazo franc¨¦s a Maastricht y ha ido acomod¨¢ndose luego a fas distintas perturbaciones de la construcci¨®n europea, principalmente el s¨ª tan escaso de los :Franceses y las turbulencias monetarias, pero tambi¨¦n la negociaci¨®n sobre el GATT, en la que se cifran buena parte de las esperanzas de una recuperaci¨®n mundial.
Confianza descalabrada
Se habla de la confianza de los ciudadanos. Pero casi m¨¢s importante parece la confianza entre los 12 primeros ministros y jefes de Estado, un tanto descalabrada despu¨¦s del cruce- de acusaciones entre alemanes y franceses, entre brit¨¢nicos y alemanes, y un poco entre todos, que ha suscitado la crisis monetaria y el paso cansino hacia la ratificaci¨®n de Maastricht. Han vuelto a reunirse, se han hablado y sonre¨ªdo, y todos se han puesto de acuerdo en todas las cuestiones esenciales.
"Quiz¨¢ nadie lo dice con tanta claridad", se?al¨® Gonz¨¢lez "pero lo que se ha producido [en la CE] es un descosido, y coser no es tan r¨¢pido como descoser" "Tenemos que tener la paciencia de seguir recomponiendo la confi?anza", a?adi¨®. Respecto a la novedades literarias de este Consejo, Gonz¨¢lez a?adi¨®: "Hemos hecho un gran esfuerzo termino l¨®gico ( ... ), pero la innovaci¨®n literaria que permite una mayor transparencia no debe modifica el contenido".
La delegaci¨®n espa?ola asegur¨® ayer que sus enmiendas al texto original brit¨¢nico hab¨ªan permitido obtener un texto aceptable y sin peligros potenciales para la construcci¨®n europea. Uno de los portavoces espa?oles expres¨® el temor de que alguna de las frases de m¨¢s sabor brit¨¢nico y conservador sirviera como cl¨¢usula restrictiva ante futuras acciones de la CE. A este respecto, Gonz¨¢lez subray¨® que la declaraci¨®n no tiene ninguna fuerza jur¨ªdica.
La declaraci¨®n final es, as¨ª, una interpretaci¨®n del tratado de efectos s¨®lo did¨¢cticos y pedag¨®gicos para la opini¨®n p¨²blica. Tiene, por supuesto, la ventaja de que ata una vez m¨¢s a los Doce a Maastricht e insiste en que es necesario hacer progresos en direcci¨®n a la Uni¨®n Europea para que ¨¦sta siga siendo "el ancla de la estabilidad en un continente sometido a r¨¢pidos cambios".
Con el prop¨®sito de acercar la CE a los ciudadanos europeos se menciona, por ejemplo, en la declaraci¨®n la posibilidad de hacer p¨²blicas algunas discusiones del Consejo de Ministros; se prev¨¦ que la Comisi¨®n pueda comparecer ante las c¨¢maras legislativas nacionales, que mantendr¨¢n crecientes contactos con el Parlamento Europeo, y se pretende tambi¨¦n que la legislaci¨®n de la Comunidad "sea m¨¢s sencilla y clara".
Directivas prescindibles
Jaeques Delors y Helmut Kohl propusieron incluso la posibilidad de revisar parte de la legislaci¨®n comunitaria para determinar si era conforme al principio de la subsidariedad, y, si no era as¨ª, modificarla. Antes de finales de 1993, el presidente de la Comisi¨®n presentar¨¢ una lista de las directivas prescindibles. Delors ya puso ayer . como ejemplo un reglamento excesivamente puntilloso sobre el traslado de cerdos en camiones.
El oscuro concepto de la subsidariedad estipula que las decisiones que pueden ser eficazmente tomadas a nivel local o nacional no lo sean a nivel comunitario, y queda recogido en el Tratado de Maastricht, pero algunos jefes de Gobierno, como el dan¨¦s Poul Schl¨¹ter, consideran que se trata a¨²n de una "caja vac¨ªa" que hay que ir rellanado.
"Reafirmamos que las decisiones", reza el texto de la declaraci¨®n, "deben ser tomadas lo m¨¢s cerca posible del ciudadano". "La centralizaci¨®n no es el camino correcto para lograr una mayor unidad". "Las acciones a nivel comunitario s¨®lo deben emprenderse cuando son necesarias".
Delors advirti¨®, sin embargo, a los Estados miembros que no deben recortar la autoridad del ¨®rgano gestor que preside porque perder¨ªa eficacia a la hora de vigilar el cumplimiento de determinadas, pol¨ªticas, como, por ejemplo, la competitividad. En general, todos los participantes se mostraron de acuerdo en que "renacionalizar" las pol¨ªticas constitu¨ªa un riesgo muy serio que era indispensable evitar. Los pa¨ªses menos desarrollados de la CE ser¨ªan los m¨¢s perjudicados.
El ¨²nico sobresalto que se produjo- durante el Consejo Europeo fue el rumor sobre una indisposici¨®n de Mitterrand, que padece c¨¢ncer de pr¨®stata. El portavoz presidencial desminti¨® el rumor del s¨²bito abandono del almuerzo por tonton, como se le llama popularmente en Francia, y el propio Mitterrand se pase¨® poco despu¨¦s ante las c¨¢maras de televisi¨®n para dar mayor credibilidad al ment¨ªs.
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