Bush lucha por evitar que las revelaciones del caso Ir¨¢n-Contra detengan su ascenso en las encuestas
George Bush trata de evitar los efectos negativos que puede tener la revelaci¨®n de nuevos datos de su implicaci¨®n en el esc¨¢ndalo Ir¨¢n-Contra ahora que las encuestas empiezan a recoger su resurrecci¨®n pol¨ªtica. Clinton ha aprovechado el asunto para ponerlo como ejemplo de que su contrincante le miente. "Esto no s¨®lo contradice lo que el presidente ven¨ªa diciendo, sino que perjudica la credibilidad de la propia presidencia" dijo. Clinton a?adi¨® que este asunto deja en evidencia a su rival, que ha insistido en que los votantes deb¨ªan elegir a la persona m¨¢s fiable, a la que diga siempre la verdad.
George Bush reaccion¨® duramente a estas cr¨ªticas y dijo que todo ha sido provocado "por un fren¨¦tico gobernador de Arkansas que ve que la victoria se le est¨¢ escapando y afirma ahora que existe una prueba fehaciente". "?Esto es absurdo!"Las revelaciones sobre el Ir¨¢n-Contra no fueron hechas p¨²blicas, inicialmente, por el equipo de la campa?a de Clinton, sino por el gran jurado que investiga la implicaci¨®n del ex secretario de Defensa, Caspar Weinberger, en ese esc¨¢ndalo. Entre las pruebas est¨¢ el informe de Weinberger sobre la reuni¨®n celebrada en el Despacho Oval el 7 de enero de 1986. Ese informe dice: "El presidente decidi¨® ir adelante con la oferta irano-israel¨ª para vender 4.000 misiles del tipo Tow a Ir¨¢n a trav¨¦s de Israel. George Shultz y yo nos opusimos. Bill Casey, Ed Meese y el vicepresidente estuvieron a favor, lo mismo que Poindexter". Bush, que era vicepresidente en aquel momento, siempre ha sostenido que se mantuvo al margen de aquel esc¨¢ndalo.
Bush se neg¨® a responder sobre este asunto cuando se lo pidi¨® el director de comunicaciones de la campa?a dem¨®crata, George Stephanopoulos, que llam¨® personalmente al programa de televisi¨®n de Larry King, donde Bush interven¨ªa en la noche del viernes. Evidentemente irritado por la intervenci¨®n de Stephanopoulos, de 32 a?os de edad, Bush dijo que no entrar¨ªa en pol¨¦mica con "ese muchacho". "Lo que tendr¨ªa que hacer es ir a casa a hacer sus deberes".
Aunque Bush ha querido quitar ahora importancia al documento de Weinberger, todas las cadenas de televisi¨®n abrieron ayer sus informativos con ese tema y los principales peri¨®dicos lo mencionan en primera p¨¢gina como un asunto que puede complicar su recuperaci¨®n.
Los sondeos conocidos ayer, que no recogen todav¨ªa el efecto del Ir¨¢n-Contra, mantienen la t¨®nica de d¨ªas anteriores: Bill Clinton tiene dos puntos de ventaja en el del semanario Newsweek, tres puntos en el de CNNUSA Today, nueve en el de la cadena ABC y 10 en el de la CBS. Todos confirman el retroceso del candidato independiente Ross Perot, cuyo respaldo se mueve ahora entre el 10% y el 16%.
Los tres candidatos aprovechan el ¨²ltimo fin de semana antes de las elecciones del pr¨®ximo martes para el sprint de este marat¨®n. George Bush, en Burlington (Wisconsin), record¨® ayer que hoy se celebra la fiesta de Halloween, la noche de las brujas, "la fiesta preferida de mis oponentes". "Est¨¢n literalmente tratando de aterrorizar a Estados Unidos diciendo que nuestra naci¨®n est¨¢ en declive, que somos menos que Alemania, aunque un poco m¨¢s que SH Lanka", dijo el presidente.
Batalla de compromisarios
El panorama electoral para Bush sigue siendo complicado. A s¨®lo dos d¨ªas de la votaci¨®n, no hay datos ni s¨ªntomas de que el candidato republicano haya conseguido invertir la ventaja de Clinton en cuanto al n¨²mero de compromisarios que se necesitan para ser elegido presidente. Los votantes en Estados Unidos no eligen directamente un presidente, sino un n¨²mero de compromisarios -diferente seg¨²n la poblaci¨®n de cada Estado- que despu¨¦s designan al vencedor. Son necesarios 270 para ganar.
Bill Clinton, que ayer hizo campana en cuatro Estados del sur y del medio oeste, trata ahora de esquivar los ataques de Bush y centrarse en el mensaje que le hizo colocarse delante en las encuestas: el pa¨ªs no puede permitirse cuatro a?os m¨¢s de la misma pol¨ªtica econ¨®mica, es necesario un cambio.
Bush intenta descalificar la oferta de cambio de Clinton, consciente de que es una idea que est¨¢ funcionando y que puede funcionar a¨²n m¨¢s entre los votantes j¨®venes que el martes acudir¨¢n por primera vez a las urnas. "La pregunta", dijo el presidente el viernes en San Luis, "no es qui¨¦n va a cambiar las cosas, sino qu¨¦ cambios son los que permitir¨¢n una vida mejor y un mundo m¨¢s seguro".
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