La guerra comercial, una locura

Ser¨ªa el colmo de la locura que Estados Unidos y la Comunidad Europea iniciaran una guerra comercial, como parece probable, en los ¨²ltimos d¨ªas de la Administraci¨®n de Bush.El presidente electo, Bill Clinton, debe convocar una reuni¨®n urgente con George Bush para evitarlo. ( ... ) Decisiones de esa importancia competen a la nueva Administraci¨®n, no a la antigua. ( ... ) Los l¨ªderes europeos tienen la misma obligaci¨®n de llegar a un acuerdo con la Administraci¨®n de Clinton. ( ... ) Clinton cree en una Comunidad fuerte, en el libre comercio y en la reactivaci¨®n de la econom¨ªa norteamericana, que sigue siendo el motor de la prosperidad internacional. Pero debido a su compromiso para reanimar la econom¨ªa de EE UU, es posible que Clinton tenga m¨¢s dificultades que su antecesor para evitar el proteccionismo y el aislacionismo.

Clinton ha dejado claro que, para ¨¦l, los asuntos nacionales son lo primero. Los l¨ªderes europeos tendr¨¢n que aceptar un menor inter¨¦s de EE UU respecto a los problemas econ¨®micos y pol¨ªticos del mundo, lo que no es motivo de alarma: el final de la guerra fr¨ªa significa que ha dejado de existir una amenaza totalitaria. Europa deber¨ªa aprovechar la oportunidad de hacerse cargo en mayor medida de la seguridad de su propio continente, y no s¨®lo de ¨¦l, puesto que esto le dar¨¢ derecho a desempe?ar un papel m¨¢s importante a la hora de tomar decisiones.

6 de noviembre