P¨¢jaros sin enjaular

Muchos profesionales y algunos amigos le llaman p¨¢jaro, quiz¨¢ porque sopla de todo. Javier Paxari?o toca casi todos los saxos, flautas traveseras , y bastantes instrumentos de viento que llegan desde China, India, y el norte de ?frica. A Paxari?o, adem¨¢s, se le puede escuchar en cualquier formaci¨®n de jazz, acompa?ando a grupos de rock como Burning, o defendiendo las nuevas m¨²sicas con nombre propio: Pangea.Pangea es el nombre dado a la gran masa que dio lugar a los continentes actuales, y en lo musical, un intento de acercamiento a los pueblos que habitan la tierra, seg¨²n Paxari?o. Es tambi¨¦n el nombre del ¨²ltimo disco de este m¨²sico que present¨® en Madrid acompa?a do de m¨²sicos de talla, como Eduardo Laguillo -ser¨ªa injusto silenciar su disco Hay algo en el aire-, Baldo Mart¨ªnez, Rugerio de Souza y Fa¨ªn Due?as

Con todos estos elementos, Pangea ofreci¨® un buen concierto, amalagama de estilos y con una indefinici¨®n estil¨ªstica que les justifica tanto en un festival de nuevas m¨²sicas como en uno de jazz; en uno de m¨²sicas ¨¦tnicas como en otro de vanguardia. Con una cierta frialdad interpretativa, Pangea plante¨® una m¨²sica preciosista, compleja y disciplinada. Propone un nuevo camino de apertura hacia t¨ªmbricas orientales con mentalidad occidental, y su propuesta ofrece inspraci¨®n y una brillante ejecuci¨®n. Sus composiciones mezclan lirismo en la melod¨ªa y libertad en la estructura. Con un cuidado especial e imaginativo del aspecto r¨ªtmico, Pangea ofreci¨® una buena actuaci¨®n que, como todo lo indefinible, se escuch¨® con o¨ªdos abiertos y dej¨¢ndose llevar por una m¨²sica terrenal y a¨¦rea, en tiempos en los que todav¨ªa quedan p¨¢jaros sin enjaular.