Condenada a 26 a?os de c¨¢rcel Ana Camacho, gu¨ªa espiritual de la 'secta de Mazag¨®n'
La Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a 26 a?os de c¨¢rcel a Ana Camacho Carrasco, gu¨ªa espiritual de la denominada secta de Mazag¨®n, por entre otras cosas la muerte en 1988 de Rosa de Lima Sanz, la integrante de? grupo que quiso huir. La sentencia, hecha p¨²blica ayer, condena a los siete procesados pero rebaja considerablemente la petici¨®n fiscal.. Rosa Lima Sanz muri¨® en un hospital de Sevilla tras una serie de torturas escalofriantes por parte de Ana Camacho, quien cont¨® con la connivencia de los dem¨¢s miembros, convencidos de que la v¨ªctima "estaba endemoniada".
El tribunal ha condenado a siete a?os de c¨¢rcel por parricidio a Jos¨¦ Manuel S¨¢nchez Palancar, marido de la v¨ªctima. A dos a?os, por homicidio, a Asunci¨®n Mu?oz ?lvarez, Concepci¨®n Gonz¨¢lez Servi¨¢n y Emilia Gallego Vald¨¦s. A un a?o, por detenci¨®n ilegal, a Mar¨ªa Luisa Camacho Carrasco, la hermana de la principal acusada. Y a dos meses de arresto mayor, por encubrimiento de homicidio a Fernan do Asanza Fernaud.Las penas suman unos 40 a?os de c¨¢rcel para los procesados, mientras el ministerio p¨²blico, en sus conclusiones definitivas, hab¨ªa solicitado un total de 185 a?os de prisi¨®n.
Uno de los principales motivos de la rebaja de la pena ha sido la consideraci¨®n para cinco de los procesados de la atenuante de "obediencia debida provocada a trav¨¦s del error". Se trata de una novedad recogida en el art¨ªculo 6 del C¨®digo Penal, seg¨²n los magistrados, que solicit¨® el abogado Fernando Vergel para su defendido, Fernando Asanza.
La sentencia, de 57 folios, recoge adem¨¢s en el cap¨ªtulo de fundamentos de derecho que "la muerte de Rosa Lima Sanz, en contra de la acusaci¨®n que viene manteni¨¦ndose por el ministerio p¨²blico, se considera por el tribunal como un homicidio y no como un asesinato, por no compartirse las tesis del fiscal de que el envenenamiento por la megivaca¨ªna sea la causa fundamental del fallecimiento". Rosa Lima Sanz muri¨® en un hospitalde Sevilla despu¨¦s de recibir una serie de torturas escalofriantes por parte de Ana Camacho, que cont¨® con la connivencia de los dem¨¢s integrantes del grupo, convencidos de que la v¨ªctima ,,estaba endemoniada".
Los hechos ocurrieron en Mazag¨®n, localidad costera pr¨®xima a Huelva. La resoluci¨®n se?ala que Ana Camacho, una auxiliar de cl¨ªnica que hab¨ªa realizado un curso de control mental en 1978, dirig¨ªa el grupo "de forma desp¨®tica y estrafalaria". Los dem¨¢s integrantes depositaron en ella "una confianza ciega" y aceptaban "todas sus decisiones".
Ana Camacho, mediante cambios del tono de voz, convenci¨® a todos' de que a trav¨¦s de ella hablaban esp¨ªritus como El Gran ?guila, u otros de denominaciones m¨¢s modestas, como Santiago o Juan. Los componentes de la comunidad 11 se encontraron presionados por varias falsas creencias", entre ellas la de que "el apartamiento del grupo les llevar¨ªa de forma inexorable a su-propia condenaci¨®n eterna", seg¨²n la sentencia. Por todo ello, aceptaban las palizas de Ana, y alguno lleg¨® a beber orina de perro. La mayor¨ªa de las veces actuaban bajo los efectos de una mezcla de sustancias psicotr¨®picas, que Ana Camacho elaboraba y les proporcionaba "a modo de comuni¨®n", con el nombre de cafiaspirinas bendecidas.
Ana Camacho Carrasco, intemada desde hace cuatro a?os en la prisi¨®n de Sevilla, hubiera debido ser puesta en libertad de no pesar inmediatamente sobre ella una condena en firme, en virtud del art¨ªculo 504 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
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