Italia, zona 'destabaquizada'
86 trabajadores en huelga dejan sin fumar a 13 millones de aficionados a los cigarrillos
La primera zona destabaquizada del mundo no es fruto del moderno prohibicionismo norteamericano ni del rigor franc¨¦s en materia de leyes. Ha surgido en Italia, un pa¨ªs m¨¢s aficionado a filosofar sobre la ley que a cumplirla, por la determinaci¨®n de 86 trabajadores del monopolio italiano del tabaco y de la sal dispuestos a exprimir sin piedad -para 13 millones de fumadores- una norma de 1927.Aquella ley estableci¨® la exclusividad total del Estado en la distribuci¨®n de cigarrillos manufacturados en Italia o en el extranjero, tarea que, en abierta divergencia con la tendencia de la CE, se sigue realizando hoy a trav¨¦s de 21 almacenes centrales y unos 60.000 estancos. Ochenta y seis de los 803 empleados p¨²blicos de estos dep¨®sitos se declararon hace tres semanas en huelga y as¨ª impidieron el reabastecimiento de los estancos.
Los sindicatos asumieron su acci¨®n, con un seguidismo hacia las bases, incluso m¨ªnimas, propio de la historia del sindicalismo italiano, y el conflicto encontr¨® nuevos ecos en los 12.733 empleados del monopolio, movilizados m¨¢s tarde por el objetivo general de evitar que el Gobierno les privatice.
El resultado de todo ello era previsible. Hace ya una semana que no se encuentra un cigarrillo en los estancos italianos, que desde ayer hacen sonar a las once de la ma?ana sus alarmas antirrobo en protesta por la disminuci¨®n de ingresos. El Gobierno, que lleva perdidos m¨¢s de 40.000 millones de pesetas en impuestos no cobrados, se ha encontrado con las manos atadas por la cultura dominante, que digerir¨ªa mal que el suministro de tabaco fuera declarado "servicio p¨²blico imprescindible" para intervenir con la fuerza en la huelga.
?Y el pobre fumador? Se ha enfrentado a tres alternativas: dejar el vicio, fumar puros o tabaco de pipa o negociar con el contrabando. El problema es que, en el mercado negro, el paquete de rubio se paga a 20.000 liras (m¨¢s de 1.600 pesetas). Nadie se atreve a pedir un pitillo sin ofrecer 1.000 liras.
Quede para los anales de la sanidad que, hasta ahora, la imprevista cura de abstinencia no ha tenido efectos catastr¨®ficos. No hay noticias de que aumenten los infartos ni los brotes esquizofr¨¦nicos, aunque los m¨¦dicos s¨ª hablan de episodios de insomnio y estre?imiento en fumadores habituales. El balance de salud es, con todo, incierto, ya que la huelga coincide con d¨ªas de grave contaminaci¨®n.
Tampoco reflejan las p¨¢ginas de sucesos m¨¢s cr¨ªmenes conyugales ni m¨¢s suicidios de los habituales, aunque s¨ª ha tenido eco la historia de un desafortunado marroqu¨ª acuchillado y robado en Mil¨¢n mientras intentaba vender siete cartones de contrabando. Pero las agresiones al extranjero se est¨¢n convirtiendo en cotidianas y se puede dudar de la relaci¨®n de este incidente con la falta de tabaco.
No se excluye, sin embargo, que las autoridades recurran a argumentos de orden p¨²blico para explicar su decisi¨®n, anunciada ayer, de garantizar por la fuerza la distribuci¨®n de tabaco a partir de ma?ana, viernes.
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