Tragicomedia hiperrealista

En la primera escena de Trust, Mar¨ªa Coughlin, una muchacha de 17 a?os, tiene una violenta disputa con su padre. Se pinta los labios, enciende un cigarrillo y le dice que est¨¢ embarazada de un deportista. Su padre no puede por menos de llamarla puta, ella le da una bofetada y ¨¦l cae al suelo muerto. Pocas escenas despu¨¦s, Matthew Slaughter, un muchacho de unos 20 a?os, tiene otro enfrentamiento con su padre. Ha dejado su trabajo y su padre le rega?a por no haber limpiado el cuarto de ba?o. Por exigencias paternas lava dos veces seguidas un cuarto de ba?o impoluto, pero la ¨²ltima deja un cigarrillo encendido sobre el lavabo. Y esto genera una gran pelea entre ambos.Lo que m¨¢s choca de estas vidas paralelas, de estas tensas relaciones entre padres e hijos, que enseguida se sabe que acabar¨¢n uni¨¦ndose, es la forma en que est¨¢n rodadas. Todo a base de primeros planos, pero no s¨®lo de personas, sino tambi¨¦n de objetos, y algunos incluso cenitales. Esto, unido a la brillante fotograf¨ªa en color de Michael Spiller, donde predominan los colores b¨¢sicos, da lugar a que Trust tenga un tono hiperrealista bastante raro en cine.

Una revelaci¨®n

Aunque lo que m¨¢s choca de este segundo largometraje escrito y dirigido por Hal Hartley es la inventiva, la imaginaci¨®n y pericia narrativa que demuestra. Tanto por las diferentes piezas que entran en juego en esta comedia sentimental, que revitaliza el tradicional esquema de chico encuentra chica, chico est¨¢ a punto de perder chica y chico se queda con chica, como por la original forma que tiene de que encargen dentro del dibujo que quiere hacer.Este neoyorquino de pura cepa, nacido en Long Island en 1959, es la nueva revelaci¨®n del cine independiente norteamericano.

A mediados de los a?os ochenta, Hal Hartley comienza a hacer cortometrajes en super-8 y 16 m/ m, y su primer largo, ya en 35 m/m, es The unbelievable truth (1989). Rodado con 70.000 d¨®lares, s¨®lo las ventas en Estados Unidos producen 200.000, lo que le permite rodar enseguida Trust (1990) con mayor presupuesto, y Simple men (1992), su tercer largometraje, ya presentado en Cannes.

Trust, la primera pel¨ªcula de Hal Hartley que llega a las pantallas espa?olas, est¨¢ llena de detalles ins¨®litos dentro de una producci¨®n norteamericana actual. Desde que los protagonistas fumen incesantemente y beban cerveza o whisky hasta caer redondos, hasta la constante oposici¨®n del protagonista a cuanto le rodea que le lleva a afirmar que ver la televisi¨®n produce c¨¢ncer.